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Feria de Hogueras de Alicante

Debutó Ginés Cartagena, acelerado y bullidor, fiel reflejo de su padre

La terna de rejoneadores solo pudo cortar tres orejas en el cierre del ciclo alicantino

El rejoneador Ginés Cartagena, en la plaza de toros de Alicante.
El rejoneador Ginés Cartagena, en la plaza de toros de Alicante. Manuel Lorenzo (EFE)

Tras una brillante primera parte de festejo, la segunda fue poco menos que lamentable. Mitad por el escaso juego de los tres últimos toros de Bohórquez, mitad por el poco acierto de los rejoneadores, sobre todo de Manuel Manzanares y Ginés Cartagena.

Sin alardes fuera de tono, seguro, incluso más sobrio que de costumbre, se mostró Andy Cartagena con el toro que abrió plaza. Buen toro. Con muchos pies de salida, encelado en la cola del caballo y templado por Cartagena. Solo un rejón de castigo y un tercio de banderillas con fallo en el primer intento, sin mucho ajuste, pero con seguridad. Desigual de colocación los palos, ya con el toro menos impetuoso y mucho más templado. Las cortas, en bucle, y un par a dos manos cerraron la lidia. Tras este último par, el número de coger al toro por los cuernos que tanto agradeció la gente. Aunque el toro tardó en caer, bastó un certero rejonazo.

Ayudó muy poco el cuarto, que manseó de salida y se hizo el remolón el resto de la lidia. Tuvo que llegarle mucho Andy Cartagena, con un tercio de banderillas muy laborioso, con alguna pasada en falsa, para meter en vereda al toro de Bohórquez. Las “levadas” en banderillas animaron el cotarro, al igual que las tres cortas y el par a dos manos. Pero pinchó una vez y en la siguiente descordó al toro. La cosa quedó en ovación.

BOHÓRQUEZ / CARTAGENA, MANZANARES, CARTAGENA

Toros despuntados para rejoneo de Fermín Bohórquez, bien presentados, de excelente juego los tres primeros, mansos 4º y 5º, y de poca entrega el 6º.

Andy Cartagena: estocada (oreja); dos pinchazos (saludos)

Manuel Manzanares: estocada (oreja); tres pinchazos y estocada trasera (saludos)

Ginés Cartagena: estocada algo trasera (oreja); bajonazo que hace guardia y pinchazo (división de opiniones)

Plaza de Alicante, 25 de junio. Quinta y última corrida de Hogueras. Más de media entrada.

Mucha fuerza sacó de toriles el segundo, al que Manzanares se lo llevó pegado a la cola del caballo Rómulo, a escasos milímetros. También solo una zarpa, para pasar enseguida a banderillas, primero con Príncipe, y luego con Mazantini. Bien cosido siempre el toro al estribo, Manzanares anduvo certero al clavar con cierto riesgo en cada envite. Los remolinos al salir de la suerte pusieron la nota de colorido a una labor rematada con Búcaro, primero con las banderillas cortas, y luego con un rejón de muerte que fue suficiente.

El quinto tampoco quiso pelea y manseó de principio a fin. Todo lo tuvo que poner Manzanares en este toro. Porfía continua, llegadas a las cercanías del toro, provocaciones, pero el de Bohórquez nunca estuvo por la labor. Lo mejor de la lidia llegó en banderillas cortas, montando a Tomatito. A la hora de matar, no anduvo fino el caballero.

Debutó Ginés Cartagena, de un físico muy parecido al de su malogrado padre y fiel seguidor de su estilo. Brindó este toro al cielo, a la memoria de su padre. Se mostró con desparpajo y su actuación estuvo basada en la llegada inmediata al tendido, guiños a la gente, velocidad de vértigo en algunas acciones, pero contando siempre con el apoyo de sus paisanos. Si de ejecución las suertes fueron algo ligeras, de colocación el acierto fue mayúsculo. Solo la rosa final quedó malparada, aunque rectificó con acierto al segundo intento. Lo más celebrado fue una banderilla al violín y el par a dos manos, de eléctrica llegada al toro y de acierto total.

El toro que cerró plaza y feria no fue tan manso como los dos anteriores, pero también le faltó entrega. Su lidia tuvo un momento de peligro que pudo tener graves consecuencias, cuando el toro persiguió a un subalterno y Ginés Cartagena se cruzó en el camino. El subalterno fue atropellado, pero por fortuna todo quedó en el susto. No estuvo afortunado Ginés Cartagena en este toro. Ejecutadas las suertes a velocidad de vértigo, falló más de la cuenta en algunos encuentros y clavó de forma desigual. A la hora de matar también anduvo desafortunado.

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