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Jessica Chastain: una actriz inagotable

La intérprete se ha convertido en una activista por los derechos de las mujeres en la industria del cine

Gregorio Belinchón
Costhanzo

A Jessica Chastain le ha costado mucho ser estrella como para que alguien la detenga o la obligue a guardar silencio. Durante tres años, la actriz fue uno de los grandes secretos de Hollywood, rodando película tras película hasta que la explosión ocurrió en 2011, con seis estrenos. Pocas veces se ha visto una eclosión igual en una intérprete. Y con todo merecimiento. Adicta al trabajo, a las declaraciones combativas y un camaleón de la interpretación —según Guillermo del Toro, que la dirigió en La cumbre escarlata—, ella define así su ductilidad: “Me gusta picotear, variar de personajes, porque ¿para qué quedarte en uno? Mi vida ya es suficientemente aburrida”.

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Miente, porque tras la máscara del aburrimiento se esconde una intérprete que ha luchado con ahínco por alcanzar el puesto que hoy ocupa en la industria del cine. Jessica Michelle Chastain nació en 1977 en Sacramento, hija de un músico de rock al que nunca consideró su padre. En cambio, a su padrastro, un bombero, lo califica como “una de las mejores personas” de su vida.

En su ciudad natal empezó con 13 años en la danza y posteriormente en una compañía de teatro semiprofesional dedicada a Shakespeare. Allí se ganó una beca —otorgada por Robin Williams, a quien nunca conoció— para estudiar en la mítica escuela de artes Julliard, en Nueva York. Graduada en 2003, se mudó a Los Ángeles para comenzar la habitual ascensión a la fama de personaje secundario en personaje secundario en capítulos de series de televisión.

Sin embargo, fue el teatro el que le reportó cierto prestigio en la profesión; así su talento llegó a Al Pacino, que la contrató para su Salomé en 2006. Al cine pasó en 2008, con Jolene, un filme de Dan Ireland. Y ese año rodó El árbol de la vida, de Terrence Malick con Brad Pitt, una jugada ganadora… que por culpa de los numerosos efectos digitales y la meticulosidad de Malick en el montaje no se estrenó hasta 2011. Mientras el gran público desconocía la existencia de esta pelirroja que ya había cumplido 30 años sin protagonizar una película, los directores de reparto se soplaban entre ellos su nombre: ahí había una joya.

Aunque no había protagonizado ninguna
película hasta los 30 años, su nombre ya era conocido

Tanto trabajo oculto, tanto filmar y filmar tenía que dar sus réditos, y en 2011 Chastain estrenó Take Shelter, de Jeff Nichols; la citada El árbol de la vida; Coriolanus, de Ralph Fiennes; Criadas y señoras, de Tate Taylor; Wilde Salomé, documental de Al Pacino sobre su obra de teatro, y Tierra de asesinatos, de Ami Canaan Mann. De repente, la melena pelirroja aparecía por todas partes. Y ella no levantó el pie del acelerador. Solamente hace unas semanas reconocía que le había llegado el momento de parar: “Este año, salvo que me apunte a algo en invierno, no voy a rodar. Me he tomado un descanso. Pero me encanta mi trabajo y por eso hago tantas películas”, contaba en Madrid antes de irse a Cannes a participar como jurado en el festival de cine más importante del mundo. Este viernes estrena La casa de la esperanza, en la que da vida a Antonina Zabinski, que dirigió junto a su marido el zoo de Varsovia durante la II Guerra Mundial. A través de los túneles y los sótanos bajo las jaulas lograron que escaparan centenares de judíos. “Es una película profundamente femenina”, asegura Chastain.

Porque existe una Chastain actriz, protagonista de títulos tan dispares como La noche más oscura, Mamá, La desaparición de Eleanor Rigby, El año más violento, Interstellar, Marte o Las crónicas de Blancanieves. Y existe una Chastain activista, sin pelos en la lengua, en constante brega por que acabe la desigualdad de género en la industria del cine, y que el último día del certamen de Cannes, soltó esta perla: “Es la primera vez que he visto 20 películas en 10 días. Y una de las cosas que me llevo de esta experiencia es el análisis de los personajes femeninos. Es preocupante cómo nos ve el mundo, para ser sincera. Hay varias excepciones, pero en general la representación de los personajes femeninos ha sido lo que más me ha sorprendido. Espero que cuando haya más mujeres encargadas de contar las historias también tendremos personajes femeninos en los que podamos reconocernos. Las mujeres también somos proactivas, no solo reaccionamos a las cosas que pasan alrededor de los hombres. Creo que, si incluimos más narradoras, tendremos en el cine más mujeres como las que veo en mi vida cotidiana”.

“Busco guiones con personas reales, quiero dar voz a las historias que no se cuentan”, declaró

En su caso, jamás elige filmes banales: “Busco guiones con mujeres reales, quiero dar voz a las historias que no se cuentan”. Y no se cansa de recordar el desequilibrio salarial y laboral: “Las cosas están cambiando, y cuanto más hablemos del tema, más cambiarán. Necesitamos más diversidad delante y detrás de la cámara. Y esto tiene que ser un problema de cada día. Cada uno tiene que pensar cómo puede ayudar a esta industria. Si no quieres ser parte de la solución, eres parte del problema”, contaba el año pasado.

En abril la revista Variety la escogió, junto a Blake Lively, Chelsea Clinton y otras activistas destacadas, como protagonista del número Power of Women, por su brega contra la desigualdad de género. Para Chastain su apoyo a la organización Planned Parenthood lo ha convertido en una cruzada personal: “Soy la primera mujer de mi familia que no ha tenido un hijo siendo adolescente”, contaba en Variety. “Soy la primera en ir a la universidad. Mi abuela no tuvo acceso al control de la natalidad ni a la educación sexual. Mi madre, lo mismo. Es muy importante en nuestra sociedad proteger a las mujeres que no tienen los medios para pagar por el cuidado de su salud y Planned Parenthood hace eso”.

En esta pausa actual Chastain ha aprovechado para casarse en Treviso con su pareja desde hace cinco años, Gian Luca Passi de Preposulo, mientras espera el estreno de tres películas —entre ellas, el debut en la dirección del guionista Aaron Sorkin y el nuevo trabajo de Xavier Dolan— y confirma o no que se suma al universo X-Men. Y en el futuro, la dirección: “En un momento dado lo haré. Yo ya estoy escribiendo porque daré el salto con un guion propio. Pero ocurrirá cuando tenga que ocurrir”.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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