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Columna
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Anticorrupción

'Line of Duty' figura entre las diez series mejor valoradas en Gran Bretaña

Ángel S. Harguindey
Thandie Newton en la cuarta temporada de 'Line of Duty'.
Thandie Newton en la cuarta temporada de 'Line of Duty'.

La cuarta temporada de Line of Duty (Movistar) es un nuevo alarde del talento de la BBC. Si las tres primeras registraron unos índices de audiencia extraordinarios en la segunda cadena de la televisión pública británica, la cuarta accedió justificadamente a la primera cadena, y ya se anuncian dos entregas más.

Su creador, Jed Mercurio, la definió acertadamente: “Es la entrega más intensa y con la antagonista más retorcida y compleja de todas”. Pocas veces una serie policiaca ha dibujado un personaje más maquiavélico que el de la detective jefe Roz Huntley (Thandie Newton, quien ha trabajado con realizadores como Neil Jordan, Bertolucci, Jonathan Demme, James Yvoryo Guy Ritchie, entre otros).

El denominador común de la serie (cada temporada aborda un caso distinto) es la unidad AC-12, encargada de perseguir a policías corruptos, que dirige un jefe circunspecto y masón, encarnado por Adrian Dunbar, a quien arropan dos eficaces y no menos discretos sargentos (Vicky McClure y Martin Compston). Con un estilo narrativo sobrio, basa su capacidad seductora en el talento de su trama y la eficacia de unos personajes espléndidamente perfilados, muy lejos del ya habitual predominio de los efectos especiales a los que tan afines son los adictos a la PlayStation. Se trata de una serie para todos los públicos, siempre que se aprecien las narraciones inteligentes.

Lo sorprendente de Line of Duty es que todavía no la haya exhibido en España, el país de la policía patriótica o los comisarios Villarejo, ninguna cadena generalista, pese a su incontestable calidad y al éxito popular en su país de origen. Sus tres primeras temporadas figuran entre las diez series mejor valoradas en Gran Bretaña y la primera fue vista por una media superior a los cuatro millones de espectadores, dato que debería ser suficiente para unas cadenas a las que los realities les impiden ver el bosque.

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