Saint Etienne: sonidos del alma vieja del sur de Inglaterra

Desde su aparición a principios de los noventa, el trío británico Saint Etienne ha sido un grupo que se ha regido solo por sus propias normas. Fue uno de los pocos combos que vio llegar el britpop y no movió ni una pestaña. Su respuesta al trip hop fue apenas una mueca y su forma de introducirse en la cultura de club fue comprarse otro sintetizador de segunda mano. Bob Stanley, Sarah Cracknell y Pete Wiggs contestaron la efervescencia noventera con un disco folk y la llegada de la electrónica más sesuda con un puñado de singles influenciados por el eurodisco. Casi todo les salió bien y se plantaron en el siglo XXI sin haber perdido prácticamente ningún fan. Entonces les dio por el ambiente y las texturas, cuando ellos siempre habían sido de aquellos grupos en constante búsqueda de la canción pop perfecta. Encadenaron una serie de discos que no eran ni demasiado buenos ni demasiado malos.

Artista: St. Etienne

Disco: Home counties

Sello: PIAS

Calificación: 8 sobre 10

Y así hasta este Home counties, su primera referencia con material nuevo en siete años. Se trata de un álbum dedicado al sur de Inglaterra, de donde proceden los integrantes de la banda. En un contexto político como el actual uno podría adivinar que este es un largo que versa sobre ser inglés en los tiempos del Brexit y Boris Johnson. Pues no. Es un disco que, como casi todos los discos de esta gente, trata de la melancolía y la memoria. Y eso se ve claro desde los primeros segundos de The reunion, la breve intro con la que arranca el álbum y que es un fragmento de un viejo programa de BBC Radio 4. Tras esta declaración de intenciones de apenas medio minuto, llega Something new, una deliciosa balada a piano y cuerdas que es la perfecta traducción sonora del concepto alma vieja, algo que conocen perfectamente desde jóvenes. A pesar de ser un disco que trata de ellos mismos y de lo que siempre han sido –ratas de fonoteca, mods con teclados, admirables hermanos mayores-, Home counties se concede algunas interesantes licencias. En Dive suenan casi a Gloria Stefan, After Hebden es un tema que no desentonaría en el Tango in the night de Fleetwood Mac y Unopened fan mail es Sugababes. Mientras, Underneath the apple tree es esa canción de northern soul que llevan ensayando desde mediados de los noventa y Out of my mind, una nueva revisión del éxito pop que nadie va a escuchar.

Este álbum, pues, se encuentra a medio camino entre esa Inglaterra somnolienta de The Kinks y esa Inglaterra efervescente de Pet Shop Boys, acaso el grupo que siempre fue el reverso grandioso de Saint Etienne. Ambos combos cuentan con experiodistas musicales en sus filas y, mientras los de Neil Tennant han sido y son un diario de gran tirada, estos siempre han tenido alma de fanzine. Y eso no va a cambiar, ni siquiera hoy, cuando después de dos décadas fingiendo que no buscaban nada, han encontrado el que es, probablemente, su mejor álbum.