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El arte desnudo de Mario Testino

El fotógrafo expone en el museo Helmut Newton de Berlín imágenes gigantes de hombres y mujeres sin ropa

James Gooding y Donovan Leitch, en Los Ángeles, en 1999.
James Gooding y Donovan Leitch, en Los Ángeles, en 1999.MARIO TESTINO

Paredes tapizadas con fotografías gigantes que muestran la belleza de hombres y mujeres, la mayoría sin ropa o con vestimentas que dejan traslucir la perfección del cuerpo humano. Así es la exposición en el museo de fotografía Helmut Newton de Berlín, donde se puede disfrutar de la genialidad de Mario Testino, uno de los fotógrafos más afamados, que muestra 50 retratos en una colección que recibió el nombre de Undressed. La exposición, que abrirá sus puertas mañana, 3 de junio, podrá visitarse hasta el próximo 19 de noviembre, y pertenece a PHotoEspaña.

La fiesta visual que ofrece el museo es singular. Los retratos gigantes de Testino que cubren las paredes de tres salas del museo, muestran hombres y mujeres que lucen sus cuerpos de forma desenfadada, un experimento para intentar analizar la transición de la moda hacia el erotismo y la anatomía humana en la frontera con la pornografía. Las fotos tienen la magia de enseñar al público que la desnudez humana sigue siendo un arte siglo tras siglo. Testino muestra que la fotografía inspirada en la moda tiene un espacio que permite copiar las obras de arte en cuerpos humanos.

La muestra del Helmut Newton extrae de la sexualidad entre hombres y mujeres y entre parejas homosexuales un aura mágica que evita lo cotidiano e invita a soñar. Las fotos de Testino convierten además al espectador en un voyeur cómplice de un gran fotógrafo.

La iniciativa está acompañada por otra exposición del propio Helmut Newton, titulada Unseen, una selección de imágenes que en su mayoría nunca habían sido expuestas en galerías o museos. Newton, gran inquisidor de la belleza femenina y que siempre mostraba a sus modelos en poses lascivas o en ambiguas sesiones casi masoquistas, combinaba la desnudez y la moda en forma sutil y, al igual que Testino, buscaba transformar al público en voyeur. La serie de fotos de distinto formato que se puede contemplar en el museo, realizada a lo largo de cinco décadas, subraya también el cambio de rol de la mujer en la sociedad occidental y su elegancia sin tiempo.

Una tercera muestra del museo recoge la afición de Jean Pegozzi por la fotografía. Este empresario multimillonario y coleccionista de arte africano es quizás el anfitrión más famoso de Cap d’Antibes, en la Costa Azul, donde posee una villa que heredó de su padre. A sus famosas fiestas acuden estrellas del cine y de la música que se dejan retratar por el anfitrión. Aunque el oficio de Pegozzi no tiene nada que ver con Testino y Newton, durante años se ha dedicado a retratar a sus invitados en sus célebres fiestas en la piscina.

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