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Pilar del Río

La viuda de Saramago prosigue con la utopía ibérica

Pilar del Río recoge el Premio Luso-Español de Arte y Cultura por fomentar el intercambio cultural

Pilar del Río recibe el reconocimiento a manos del presidente de Portugal y su Ministro de Cultura.
Pilar del Río recibe el reconocimiento a manos del presidente de Portugal y su Ministro de Cultura.Uly Martín (EL PAÍS)

“El viaje no acaba nunca, solo los viajeros acabamos”. El escritor portugués José Saramago murió en 2010. Nunca vio la utopía ibérica que soñó y defendió en libros y entrevistas, pero su viuda, Pilar del Río, ha recogido el testigo de esa visión humanista al frente de la fundación que lleva el nombre del autor, nacida en 2007. Por ello, por su dedicación "a la defensa de los derechos humanos, la promoción de la literatura portuguesa y el intercambio de la cultura portuguesa, española y latinoamericana", ha recogido este viernes en Madrid el Premio Luso-Español de Arte y Cultura, convocado bienalmente por los ministerios de Cultura de ambos países, y dotado con 75.000 euros. “Gracias, obrigada, eskerrik asko, gràcies, graciñas”, ha agradecido la periodista —y traductora al español de casi todas las obras del escritor de Ensayo sobre la ceguera—en cada una de las lenguas peninsulares, por este premio “transibérico y europeo”.

“Cuando escribía estas palabras se me ocurrió mirar un mapa de carreteras, y quedé impresionada por la cantidad de líneas que van de un lado a otro de la península, más venas que el ser vivo más vivo. Hay que aprovecharlas, recorrerlas como si fuera el cuerpo amado”, ha leído del Río, visiblemente nerviosa, ante la atenta mirada de los titulares de Cultura de ambos países, Castro Mendes y Méndez de Vigo —“Estamos tan unidos que los dos apellidamos igual”, ha bromeado el popular— y el presidente del país vecino, Rebelo de Sousa. “Sin Pilar del Río, Saramago no habría tenido la ligazón que tiene a España”, la ha felicitado el presidente luso. Si Iberia existiera ellos, probablemente, no estarían ahí, ni tampoco tendría razón un galardón para estrechar lazos. Pero la línea de la frontera sigue en su sitio (imaginario), y los objetivos de la Fundación José Saramago de plena actualidad: fomentar la lectura de libros y autores portugueses, el intercambio cultural con España y Latinoamérica y promover una declaración universal de deberes humanos.

Saramago transformó el ideal en una de sus habituales alegorías en La balsa de piedra (1986), donde la Península Ibérica se desgajaba de Europa por los Pirineos y quedaba a la deriva en el Atlántico, rumbo a América, habitada por unos personajes igualmente en busca de nada. “Hace casi 30 años que oí a Lázaro Carreter comparar el viaje de Don Quijote y Sancho con el que los cinco ocupantes del Citroen Dos Caballos realizaban por la península”, ha recordado del Río, que ha opuesto esa desconexión imaginaria a los valores del Brexit, como “un remolcador que arrastre a Europa del caos y del ensimismamiento en el que se encuentra desde hace tiempo”.

“Este premio te obliga a seguir trabajando”, se ha dirigido De Vigo a la viuda del escritor. “Por aquello por lo que tienes amor, por seguir estrechando las relaciones entre España y Portugal, por seguir guardando el legado de Saramago”. El galardón es solo otro de los síntomas de portugalidad que desde este viernes invaden la 76º edición de la Feria del Libro de Madrid, de la que Portugal es país invitado con un centenar de actos y la presencia de casi 40 escritores en la lengua de Pessoa.

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