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Columna
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Gabardinas

Me escondo debajo del sofá para no ver algunos capítulos de 'First Dates', pero en el fondo quisiera poder participar en el programa

'First Dates'.
Juan Jesús Aznárez

Jorge es un hombre de mediana de edad que acude a la consulta del psicólogo con un problema que le causa profundo malestar. Confiesa la imperiosa necesidad de participar en First Dates, sentarse frente a una mujer, abrirse la gabardina y hacer el ridículo. Almudena también se excita mostrando su intimidad en público. Después de hacerlo, los dos exhibicionistas huyen, proceden a aliviarse pensando en la atención que han conseguido y disminuye el estrés. Saben que su comportamiento es repugnante, pero no pueden evitarlo: envidian a los desvergonzados concursantes del programa de citas dirigido por el alcahuete Carlos Sobera.

Las excentricidades observadas entre los participantes de la serie de Cuatro exigirían el acompañamiento de un equipo de psicólogos, porque algunos llegan al casting desabrochándose la gabardina, manifestando rarezas solo compatibles con alguna simpática patología. Sobra materia prima para encontrarlas entre los 17 millones de solteros españoles, casi todos empeñados en salir del restaurante-estudio dándose el pico, ajenos a que algunos de quienes lo ofrecen parecen estar como regaderas.

Un buen número de concursantes son exhibicionistas normales, que dicen cosas normales durante el cortejo: "Yo soy un calzonazos", “Uy, a mí, eso me gusta mucho", responde ella. La abundante presencia de poetas entre los pretendientes también es gratificante: “En esas tetas me puedo echar una siesta magnífica”. Y tampoco debe desdeñarse la sinceridad de los aspirantes nada dispuestos a permanecer callados y parecer tontos, que hablar y despejar las dudas.

Las mentiras de algunos solitarios son tan obvias que enternecen: “no quiero un hombre porque esté sola, sino para un intercambio intelectual y emocional". He pedido cita al psicólogo. Estoy enfermo. Tengo un profundo sentido del ridículo y miedo escénico. Además, soy un envidioso: siento vergüenza ajena y me escondo debajo del sofá para no ver algunos capítulos de First Dates, pero en el fondo quisiera poder participar en el programa, abrirme el chubasquero y hacer el ridículo sin importarme que se rían de mí.

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