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Combate dialéctico en el ‘ring’

El Español organiza el I Torneo de la Dramaturgia, en el que se enfrentan ocho autores de cara al público, en rondas eliminatorias

Rocío García
En primer término, Carme Portaceli, entre Jordi Casanovas (izquierda)  y Miguel Cuerdo, productor de La Zona. Detrás, de izquierda a derecha, Ignacio del Moral, Yolanda García Serrano, Lourdes Ortiz y Marta Buchaca, ayer durante la presentación del I Torneo de Dramaturgia.
En primer término, Carme Portaceli, entre Jordi Casanovas (izquierda) y Miguel Cuerdo, productor de La Zona. Detrás, de izquierda a derecha, Ignacio del Moral, Yolanda García Serrano, Lourdes Ortiz y Marta Buchaca, ayer durante la presentación del I Torneo de Dramaturgia.Bernardo Pérez

Un ring en toda regla, pero sin golpes directos ni ganchos a la mandíbula. Todo lo más, un ganador, que lo será no por KO, sino por votación. Un cuadrilátero servirá de escenario a un auténtico combate de palabras. El Teatro Español organiza el I Torneo de la Dramaturgia, en el que ocho dramaturgos (cinco mujeres y tres hombres) enfrentarán sus textos de cara al público. Será una lucha encarnizada pero pacífica, con el lenguaje y las historias originales como únicas armas. A lo largo de todos los viernes del mes de mayo y de los dos primeros de junio, serán los propios espectadores quienes elegirán la obra vencedora cada noche, tras una votación en una urna preparada al efecto en el teatro. Tras las sucesivas rondas eliminatorias, la gran final se celebrará el 16 de junio. Los cuatro semifinalistas viajarán a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara para competir en otro torneo con dramaturgos mexicanos.

Las condiciones eran claras: textos originales escritos para dos personajes, cuya duración no podía exceder de los 45 minutos y que no necesitaran de ninguna escenografía o luces. También que a mitad del relato sucediera algo decisivo en la narración. Las obras se enfrentarán en combates de dos en dos. Los ocho dramaturgos que se batirán en duelo en esta iniciativa son Lourdes Ortiz frente a Marta Buchaca, Ignacio del Moral con Santiago Cortegoso, Yolanda García Serrano frente a Carolina Román y Sergi Belbel con Lola Blasco. Actores como Miguel Ángel Muñoz, Lucía Quintana, María Pujalte, David Lorente o Abdelatif Hwidar serán, entre otros, los encargados de poner voz a las diferentes piezas, que serán secretas hasta el momento de cada función, que contará con Lucía Miranda como maestra de ceremonias.

La palabra adquiere así todo su sentido teatral. “El lenguaje se carga de oficio, de riesgo, humor y pasión. Es un juego lúdico para luchar y competir en el mejor sentido de la palabra y poder de esta manera crecer como creadores”, asegura la directora del teatro municipal de Madrid, Carme Portaceli. Para el dramaturgo Jordi Casanovas, alma de este proyecto, del que el festival Temporada Alta, en Girona, ya ha realizado siete ediciones en catalán, supone una oportunidad única de dar el protagonismo absoluto al autor y su obra y fomentar la dramaturgia viva en español, que, en su opinión, atraviesa un momento excelente. “Según nuestra experiencia en Girona, es un acontecimiento adictivo que el público repite y repite”, asegura Casanovas, que ha contado con la productora La Zona para llevar adelante esta aventura teatral. Actores y autores solo podrán preparar la obra tres horas antes de cada combate. Será la única ocasión en la que los dramaturgos, que desconocen a priori quienes interpretarán sus textos, puedan dar algunas pautas a los actores y actrices.

El cuadrilátero, con dos sillas y dos atriles, es la única escenografía que encontrará el espectador en la sala pequeña del Español, con capacidad para 100 personas y con las entradas al precio de cuatro euros la función. Los cuatro dramaturgos que lleguen a las semifinales podrán realizar pequeñas modificaciones o cambios en sus textos, tras ver sobre el escenario como son acogidos por los espectadores.

La falta de dramaturgia y escenografía, sin posibilidad de acotaciones, han sido los retos más difíciles, pero también más estimulantes, a los que se han enfrentado los autores a la hora de realizar el encargo, por el que no han cobrado un duro. “La palabra cobra aquí su sentido más poderoso. Es con la palabra con la que se realizan todos los cambios dramatúrgicos. Ha sido un desafío muy positivo”, explica Lourdes Ortiz (Madrid, 1943), mientras que Marta Buchaca (Barcelona, 1979) o Carolina Román (Formosa, Argentina, 1972) resaltan la grandeza de este juego al descubierto. Una pluma de oro y el favor del público serán los premios para el ganador de este singular torneo.

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