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EL PAÍS DE TCM

Michael Caine: “No soy de esos actores que quiera mostrar al mundo su Hamlet”

El intérprete protagoniza una entrega de la serie 'Con mi propia voz', con la que TCM trata de recuperar las voces de las grandes estrellas del cine

Michael Caine vuelve a las pantallas con Un golpe con estilo, la historia de un jubilado que, junto con un par de amigos, decide atracar el banco que les ha estado estafando sus fondos de pensiones. El actor inglés cumplió el pasado 14 de marzo 84 años y puede presumir de tener una de las filmografías más brillantes de todos los tiempos con títulos inolvidables como El hombre que pudo reinar, Alfie o La huella. Michael Caine es el protagonista de una de las entregas de la serie Con mi propia voz, con la que TCM trata de recuperar las voces de las grandes estrellas del cine a su paso por festivales internacionales.

Caine ha ganado un par de Oscar, los dos como actor de reparto. El primero, en 1987 por Hannah y sus hermanas, el film de Woody Allen. El segundo en 2000, cuando interpretó al entrañable doctor Larch en Las normas de la casa de la sidra, la película que dirigió Lasse Hallström, basada en la novela de John Irving Príncipes de Maine, reyes de Nueva Inglaterra. A menudo le vemos haciendo pequeños papeles, como el de Alfred, el mayordomo de Batman en la trilogía que sobre El caballero oscuro realizó Christopher Nolan. En otras películas es el gran protagonista, como en La juventud de Paolo Sorrentino. Pero de una manera u otra Michael Caine rara vez decepciona. Su sola presencia en las pantallas, como se suele decir, bien vale el precio de la entrada.

Sin embargo, él nunca se ha considerado a sí mismo como uno de esos actores “que quiere mostrar al mundo su Hamlet”. Así lo explicaba en el Festival de San Sebastián de 2001, donde recordó buena parte de su, ya por entonces, fecundísima carrera. “Creía que sabía jugar al fútbol hasta que hice Evasión o victoria. Hay que tener en cuenta que jugaba con Pelé”, rememoraba. “Teníamos a Rambo (Sylvester Stallone) en la portería. Normal que nadie pudiera meternos un gol. Esa película fue muy divertida”, dijo entre risas.

Del director del film, John Huston, destacó su fuerza y seguridad. “Si escucháramos hablar a Dios sonaría como John Huston”, dijo. Sin embargo, regaló su mayor piropo a otro realizador, Joseph L. Mankiewicz. “Era el más culto de todos con los que he trabajado. El mejor con las palabras. Además, en La huella, tenía en frente al mejor actor que había, Laurence Olivier, y Joseph me dijo: no te preocupes, yo te protegeré en la sala de montaje”.

“He hecho todo tipo de personajes, desde mafiosos, homosexuales, travestis, asesinos psicópatas, tontos”, resumió para finalizar. “La verdad es que he hecho de todo”. Es verdad. Su nombre aparece en más de 150 títulos de crédito. Pero nosotros, los espectadores, estamos encantados de verle siempre y por mucho tiempo, señor Caine.

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