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‘Incorporated’, un futuro peligroso no tan lejano

Los hermanos Alex y David Pastor debutan en la televisión en EE UU con una serie de ciencia ficción

Álvaro P. Ruiz de Elvira
El protagonista de 'Incorporated' Sean Teale.
El protagonista de 'Incorporated' Sean Teale.

“Hacer una serie es como rodar cinco películas a la vez”. Los hermanos Àlex y David Pastor estaban acostumbrados a rodar cine. Suyas son Infectados: Carriers y Los últimos días. Cuando trabajaban en el guion de lo que acabaría siendo Incorporated, se dieron cuenta de que la historia que querían contar y el mundo que querían mostrar necesitaba algo más de la hora y media o dos horas de un filme. Y así nació su primer trabajo televisivo, una serie de ciencia ficción ambientada en un futuro cercano en el que grandes corporaciones privadas tienen un poder ilimitado, las diferencias sociales y económicas son abismales y el cambio climático ha reducido los recursos de la Tierra. La única temporada de Incorporated,de 10 episodios, arranca hoy (22.00) en España en Syfy.

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“Incorporated trata mucho sobre la sociedad americana, un capitalismo salvaje a un nivel mucho más extremo que en España, y a la vez también es una serie sobre qué sucede cuando las desigualdades del Tercer Mundo se trasladan a un país como Estados Unidos”, comentan los Pastor a EL PAÍS. Sean Teale (Reign, Skins), Georgina Haig (Érase una vez) y Eddie Ramos (Teen Wolf) encarnan a los principales personajes de la ficción, que cuenta con la presencia de la actriz británica Julia Ormond.Teale interpreta a un ejecutivo que, en la búsqueda de una mujer, tendrá la oportunidad de derribar el sistema opresor. “Hay muchas cosas que plantea la serie que no son necesariamente futuristas. Si te vas ahora a Brasil, a México o la India, la gente vive así”, indican los cineastas.

“El sistema de la televisión es mucho más intenso que el de cine. Llega un momento en pleno proceso en el que estás escribiendo capítulos mientras estás en preproducción de otro, mientras otro se está rodando, otro se está montando y tienes que ir cambiando de chip constantemente”, dicen los Pastor. “Es hacer malabarismos y tener cinco pelotas en el aire a la vez, esperando que no se te caiga ninguna, mientras que el cine, aunque también es estresante y duro, como mínimo es un poco más ordenado; todo va por pasos”, añaden.

Àlex y David Pastor.
Àlex y David Pastor.

Esta transición de formatos ha resultado posible en parte gracias a Pearl Street Films, la productora de Matt Damon y Ben Affleck. Pese al aval de la compañía de las dos estrellas de Hollywood, la serie, que se estrenó en EE UU a finales de 2016, no ha sido renovada para otra entrega. Los hermanos Pastor apuntan que, si más adelante alguien quiere seguir con la historia y les llaman, pensarían retomarla. “La serie ha dado en el clavo un poco demasiado. Políticamente, a ciertos sectores de Estados Unidos les resulta un poco incómoda, porque realmente captura lo que está sucediendo ahora mismo con el Gobierno de Trump”, sostienen. “Estamos orgullosos de la serie. Si ha incomodado a quien tenía que incomodar, pues hemos hecho bien nuestro trabajo”.

Como tantos cineastas en los últimos años, la televisión ha abierto un nuevo camino a los Pastor: “Tenemos proyectos concretos, pero es pronto para hablar. La televisión nos ha abierto un mundo que hace un par de años no tratábamos y al que hemos tomado un poco el gusto. Aunque también se echan de menos cosas del cine, así que estamos valorando proyectos para ambos, tanto en inglés como en castellano”. La carta de presentación televisiva ya la tienen.

Una ciencia ficción sucia

Àlex y David Pastor han centrado su carrera en la ciencia ficción escribiendo, y en ocasiones dirigiendo, filmes como Eternal o Out of the Dark. ¿Cuál ha sido su mayor influencia, y en especial para esta serie? Ambos crecieron leyendo sagas literarias como las novelas del ciclo Fundación, de Isaac Asimov, pero Incorporated "se nutre más de un tipo de ciencia ficción que apareció a partir de los ochenta y noventa, como el mundo ciberpunk de William Gibson", responden. "Aunque no tratamos el tema de las realidades virtuales e Internet, sí que es una ciencia ficción más sucia y menos esperanzadora, que no mira a las estrellas y al viaje espacial, sino que habla de cómo la tecnología se mezcla con la vida en un mundo ecológicamente más degradado y en el que hay más diferencias económicas, sociales, etcétera"

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