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Columna
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El síntoma

Hay que volver a aquellos tiempos en los que se exigía dos tercios de los votos del Congreso para elegir a los responsables de RTVE

Ángel S. Harguindey
Trabajadores de RTVE aplauden después que el Congreso diese el primer paso para cambiar el modelo de elección del presidente y del Consejo de Administración del ente público.
Trabajadores de RTVE aplauden después que el Congreso diese el primer paso para cambiar el modelo de elección del presidente y del Consejo de Administración del ente público.ULY MARTÍN

En noviembre de 2011 el PP ganó las elecciones generales con mayoría absoluta: 186 escaños de un total de 350. En las primeras declaraciones de Rajoy prometió "anteponer el interés general" y procurar que "por ninguna circunstancia nadie se sienta excluido del proyecto común". En diciembre forma Gobierno. A los poco más de tres meses de ejercicio del poder, el Consejo de Ministros aprobó un decreto ley por el que se modificaba la forma de elección del consejo de administración de RTVE, que exigía desde 2006 el consenso de dos tercios de la Cámara de los Diputados. A partir de entonces bastaría con la mayoría absoluta, es decir, bastaría con lo que decidiera el Gobierno.

Lo cierto es que Rajoy no escondió sus cartas. El que una de las primeras decisiones de calado fuera modificar lo necesario para controlar la televisión pública era un síntoma de lo que vendría después que, naturalmente, era algo mucho más profundo que un cambio en la cúpula de RTVE. Era una declaración de principios: los presupuestos generales estaban al servicio del Partido Popular.

Vinieron los dolorosos e injustos recortes en todo aquello que no afectara a los poderosos. Llegó la amnistía fiscal y el empobrecimiento de la clase media y trabajadora, y una reforma laboral que entronizaba la precariedad. Y con ello, como diría Vincente Minnelli, llegó el escándalo, el de la corrupción: "El dinero público no es de nadie". Era necesario controlar con mano de hierro la RTVE ante todo esto, y así se hizo.

Ahora, cinco años después de aquella prepotente decisión gubernamental y con un PP en minoría parlamentaria, el PSOE presentó una proposición de ley que el martes fue aceptada por todos, para reformar el modelo de la televisión pública. Se trata de volver a los mejores tiempos de la casa, aquellos en los que se exigían dos tercios de los votos del Congreso para elegir a los responsables de RTVE. Así de simple.

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