Els Joglars, los eternos rebeldes
La compañía cumple 55 años y lo celebra con el montaje ‘Zenit’ y el documental ‘La zarza de Moisés’
Ahí siguen en Pruit, rodeados de vacas y huertas, sus vecinos paisanos y un paisaje descomunal. Els Joglars, la mítica compañía teatral creada por Albert Boadella, continúa afincada en el campo, en la provincia de Barcelona, pero su mirada abarca la realidad entera. Con su visión bufonesca e irreverente de la vida, a base de un trabajo lento y artesanal, en el que el tiempo juega un papel fundamental, Els Joglars resisten como los eternos rebeldes y cumplen 55 años de su nacimiento. Y lo celebran a lo grande con su último montaje, Zenit, sobre la deriva de los medios de comunicación, y un documental La zarza de Moisés, dirigido por Arantxa Aguirre, en el que se aborda el proceso creativo de este grupo de teatro catalán. “La sátira busca corregir los errores de la sociedad y eso es fantástico”, asegura Ramón Fontseré, actor y director actual de Els Joglars, tras la salida de Alberto Boadella.
Ética frente a la glotonería
"El periodismo es un oficio imprescindible para la democracia", asegura Fontseré sobre el porqué de esta mirada de El Joglars con su último Madrid montaje. Zenit se representa actualmente en el teatro María Guerrero de Madrid (hasta el 9 de abril) y continuará luego gira por distintas ciudades. A Madrid, con las entradas casi todas vendidas, volverán en mayo. Donde no han sido contratados, de momento, es en ningún teatro de Cataluña, excepto un par de representaciones en un festival en julio en Sant Feliu de Guisols y en L'Hospitalet de Llobregat. "En este periodismo de hoy no importan la moral ni la ética, su finalidad es calmar la avidez y glotonería de la masa", añade Fontseré, que en la obra representa al periodista que defiende la ética del oficio.
Arantxa Aguirre (Madrid, 1965) aprovechó el proyecto de un nuevo montaje para captar in situ todo el proceso creativo en el que se embarca el grupo desde que aparece la primera idea. “Tienen una forma de trabajar única, no empiezan con un libreto ya escrito, sino con improvisaciones, a partir de situaciones. Creo que era importante mostrar ese entorno aislado y rural en el que crean sus obras. Durante el proceso de trabajo, viven allí y forman una familia”, asegura Aguirre, directora de El esfuerzo y el ánimo o Dancing Beethoven. La zarza de Moisés más que contar ese proceso creativo lo enseña en el día a día. La cámara capta como los seis miembros de El Joglars que protagonizan Zenit barren, cortan madera, martillean los clavos del escenario y hablan y hablan para dar forma a lo que quieren contar y cómo. “El juego del teatro es probar y ensayar”, asegura Ramón Fontseré, a la cabeza del reparto en Zenit.
Aguirre ha sido testigo única de los encuentros de esta familia teatral en la masía y en la Cúpula, construida en los años setenta, el espacio mágico y sicodélico donde trabajan. “He visto cómo van surgiendo las ideas y se van probando y rechazando o aceptando. Todo lo ensayan y lo repiten miles de veces. He descubierto los entresijos de cómo llegan al espectáculo final. Ha sido como abrir un juguete y ver cómo funciona la maquinaria y porqué”, asegura apasionada la realizadora de La zarza de Moisés, que se estrenó el pasado lunes en el María Guerrero dentro de los actos del Día Mundial del Teatro y contó con la participación de los miembros del grupo, incluido el propio Boadella, “el abuelo de la compañía”, que apareció disparando con una pistola y cargándose a todos sus antiguos compañeros.
Pero ahí siguen, vivos y en el campo, burlándose de todos y de todo.
