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La orquesta de jóvenes Gustav Mahler cumple 30 años repleta de españoles

La formación juvenil creada por Claudio Abbado prepara en Lisboa su tradicional gira europea de Pascua que recalará en Madrid, Barcelona y Zaragoza

Por los pasillos de la Fundaçao Calouste Gulbenkian, en Lisboa, se escucha estos días español por doquier. Y no es por decibelios, que también, sino por afluencia. La orquesta de jóvenes Gustav Mahler (GMJO) cumple 30 años con idéntico número de músicos españoles en sus filas: 30 jóvenes de 19 a 26 años. “España es ahora mismo el país que más músicos aporta a la GMJO, el doble que Alemania y Francia con 15 y más del triple que Austria, Italia o Gran Bretaña con nueve, ocho y cuatro, respectivamente”, aclara su secretario general, Alexander Meraviglia-Crivelli, durante un encuentro con EL PAÍS.

Hablamos de la principal orquesta juvenil europea (junto con la EUYO) que reúne a 114 jóvenes músicos de 20 nacionalidades. Todos han superado una concienzuda selección, que se realiza anualmente en más de 20 países, por tutores de reconocido prestigio que se valen de filmaciones en vídeo para asegurar un criterio común. “Aquí no tenemos cuotas ni por países ni tampoco de género. Nos regimos exclusivamente por la calidad de los músicos. Y hoy son mayoría españoles, pero también mujeres, con más del 60% de la orquesta”, precisa Meraviglia-Crivelli. Entre los tutores hay nombres legendarios como el violinista Werner Hink, concertino de la Filarmónica de Viena durante más de 40 años o el violonchelista Wolfgang Boettcher, primer violonchelo de la Filarmónica de Berlín en la era Karajan. Pero también músicos más jóvenes que fueron integrantes en el pasado de la GMJO, y que ahora alimentan el proyecto con su experiencia, como es el caso del trompetista español Martín Baeza de Rubio.

La GMJO es una criatura de Claudio Abbado. Nació en 1986, durante su etapa al frente de la Ópera Estatal vienesa, aunque su primera gira la realizó en la Pascua del año siguiente. “Abbado quería reunir para las generaciones venideras aquella riqueza cultural separada por fronteras políticas tras las dos guerras mundiales”, recuerda Meraviglia-Crivelli, “y Gustav Mahler representaba a la perfección esa riqueza cultural”. No se trata de recuperar nada, sino de alimentar el futuro. Y el secretario general de la orquesta subraya esta idea con una frase atribuida al propio Mahler: “La tradición no es el culto a las cenizas sino el mantenimiento del fuego”.

Unas cañas después de Berlioz

Entre los 30 músicos españoles de la GMJO también ganan ellas. 17 chicas que incluyen a la más joven, la clarinetista Irene Martínez Navarro, que cumple su primer encuentro en la GMJO. Pero también a la más veterana, la violista Paloma Cueto-Felgueroso, que participa en su última gira. Irene reconoce a EL PAÍS querer seguir formándose en la Escuela Reina Sofía y Paloma la lógica preocupación laboral que le viene encima. Hay algunos que acaban de conseguir su primer puesto profesional, como el trompetista Yael Fiuza Souto en la Ópera Alemana de Berlín. Pero también los que probarán suerte en las academias orquestales de Berlín y Ámsterdam, como el contrabajista Iker Sánchez Trueba. La violista Paula Romero Rodrigo se queda con la experiencia única que se vive en la GMJO que nada tiene que ver con otras orquestas. Acaba de terminar el ensayo con Berlioz y la legión española se reúne para tomar unas cañas convocados por el grupo que comparten en WhatsApp.

El fuego de Abbado también se conserva a través de sus herederos, como Daniel Harding, que dirige su primer proyecto al frente de esta orquesta. “Deseaba dirigir la GMJO desde que la escuché en 1991 con Abbado tocando la Quinta, de Mahler”, confiesa en su camerino tras el ensayo. El director inglés, que actualmente es el titular de la Orquesta de París, se vinculó a otro conjunto creado por el italiano, la Mahler Chamber Orchestra, pero reconoce en la GMJO el espíritu de su maestro: “Se siente todavía su filosofía de hacer música, de fomentar la escucha y convertir una gran orquesta en música de cámara”, precisa.

Harding dirigirá en gira dos programas centrados en las sinfonías Segunda, de Schumann, y Quinta, de Bruckner, junto a piezas orquestales de Schoenberg y varias arias y canciones de Schubert, Berlioz y Berg con el barítono Christian Gerhaher como solista. Empiezan en Lisboa, después actuarán en los ciclos de Ibermúsica, en Madrid (20 y 21 de marzo). Y más adelante llegarán a Barcelona (el día 26) y Zaragoza (el 27), tras Luxemburgo y París, para terminar en Fráncfort, después de Ferrara y Viena.

Pero la GMJO dispone también de un sistema de directores asistentes. En el pasado permitió impulsar las carreras de maestros hoy tan conocidos como Franz Welster-Möst o Manfred Honeck. Más recientemente a jóvenes que ya han iniciado sus respectivas carreras, como Mirga Grazynité-Tyla en Birmingham o David Afkham en nuestra OCNE. El director asistente en esta ocasión ha sido el suizo Lorenzo Viotti, ganador de los concursos de Cadaqués y Nestlé en Salzburgo, que reconocía a EL PAÍS el reto que supone dirigir a músicos que tienen casi su misma edad. El ambiente que se respira dentro del conjunto es muy especial y ayuda mucho la sede de Pascua que tiene la GMJO desde 2010 en Lisboa. Risto Nieminen, director del Departamento de Música de la Gulbenkian, reconocía a este periódico lo especial que resulta ver a tantos jóvenes compartiendo un mes de trabajo y vivencias en torno a la música.

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