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Feria de Fallas
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Oreja para el debutante Álvaro Lorenzo en el único toro potable

Juan Bautista y Fortes, desapercibidos, ante una corrida de Alcurrucén mansa y sin fondo

El diestro Fortes recibe a su segundo astado de rodillas durante la corrida de la Feria de Fallas, con toros de Alcurrucén, en la que ha compartido cartel con Juan Bautista y Álvaro Lorenzo
El diestro Fortes recibe a su segundo astado de rodillas durante la corrida de la Feria de Fallas, con toros de Alcurrucén, en la que ha compartido cartel con Juan Bautista y Álvaro LorenzoEFE

Del envío de Alcurrucén, el sexto salvo el honor de la divisa. De los seis, solo ese toro que cerró la corrida fue de aprobado alto. El resto, de suspenso. Sin paliativos. Aunque hubo uno, el cuarto, que tuvo su estilo en la primera vara de castigo, para salirse suelto en la segunda.

ALCURRUCÉN / BAUTISTA, FORTES Y LORENZO

Toros de Alcurrucén de correcta presentación, mansos, sin fondo, a excepción del sexto que tuvo recorrido y mucha nobleza.

Juan Bautista: entera con derrame -aviso-  (saludos); media trasera (silencio).

Fortes: pinchazo y entera perdiendo muleta (saludos); media muy tendida y entera perdiendo muleta -aviso-  (silencio).

Álvaro Lorenzo: entera desprendida y dos descabellos (silencio); entera escupida y estocada (oreja).

Plaza de Valencia. 11 de marzo. Primera corrida de Fallas. Media entrada.

Fue, además, una corrida incómoda de manejar de salida con la capa: distraídos, ajenos a los capotes, recorrieron el ruedo al aire que les convenía. El que cerró la tarde fue la excepción. Se fue de largo en el primer puyazo, se dejó pegar y se le sirvió con un refilonazo en la segunda entrega en el caballo. Antes de eso, tuvo su cierto ritmo para la capa, nada que ver con los cinco que saltaron antes, que sirvió para que Lorenzo lo toreara con mucho ritmo y gusto. No fue, sin embargo, toro de gran entrega en banderillas, pero Álvaro Lorenzo vio las posibilidades y lo aprovechó. La faena tuvo forma y fondo, con el toro entregado a la causa. Y autoridad. Vistos los cinco primeros capítulos de la tarde, la cosa supo a gloria en este sexto. Hubo orden en la faena, combinando tandas con gusto por los dos pitones. Aunque por el izquierdo pareció más cortito el de Alcurrucén, Lorenzo le supo sacar provecho. Bien construido todo, con armonía. Todo lo contrario, dejando que el toro también se sintiera a gusto embistiendo. Por dos veces cogió Lorenzo la muleta con la izquierda; por dos veces entendió que no había que disputarle al toro con la provocación. Bien llevado siempre, todo tuvo encaje y argumento. La primera estocada la escupió el toro, pero la segunda fue certera. Buena imagen dejó este nuevo matador en su debut valenciano.

La otra cara de la moneda fue el tercero, el primero de su lote. Ya en el primer tercio sembró el desconcierto, yendo de caballo en caballo para ser picado en un aquí te pillo aquí te pico. Lidia desordenada y ningún capote capaz de fijar a un toro que tampoco quería ser convencido. A la muleta llegó de igual guisa. Buscó a las primeras las tablas y ninguneó a su matador. No salió de los adentros, y Lorenzo, con buen criterio, no alargó lo que se presumía un imposible.

Los cuatro toros que se repartieron Juan Bautista y Fortes fueron casi como un calco los unos de los otros. Bautista trató de sujetar al toro que abrió la corrida con un tanteo poco convencido. Rapidito y a tirones, fue desarmado en una ocasión. Solo hubo un intento con la mano izquierda, que resultó un fiasco. Se empeñó en matar a recibir y al tercer intento, vio luz verde a su empecinado empeño. El cuarto empujó entregado en la primera vara, pero se marchó sin permiso de la segunda en respuesta contradictoria. Fue y vino sin clase. Y sin mayores problemas. Otra vez ligerito Bautista con la muleta. Y otra vez el consumado oficio de un torero que soportó palmas de tango cuando la tarde se venía cuesta abajo.

Fortes abrió la faena al segundo con un farol de rodillas, en boga en estos tiempos, seguido con cuatro muletazos sin ponerse en pie. Vistoso comienzo que no sirvió para iluminar la faena. De cerca, sereno, consintió Fortes en faena terca y constante. Le puso corazón en los parones y en un cosido cambiado por la espalda, también última moda. Superó un momento de apuro, al salir perseguido, y volvió a encontrarse en situación complicada después del primer pinchazo. A este toro se le había recibido con algunas protestas por su justa presencia.

El quinto fue el más serio de tipo del conjunto de un lote más que correcto. Pero se apagó muy pronto, antes de lo debido y puso freno a cada acometida. Fortes planteó una lucha cuerpo a cuerpo, pero el toro solo espabiló cuando intentó atrapar al torero. Otro apuro superado por Fortes que, como en el anterior, se vio sorprendido y perseguido. Faena, en fin, anodina. Gris.

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