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Animación con crítica social

El historietista Alberto Vázquez, ganador de tres 'goyas', estrena su laureada película 'Psiconautas'

Sonia Vizoso
Alberto Vázquez, ganador de tres 'goyas', en su casa-estudio.
Alberto Vázquez, ganador de tres 'goyas', en su casa-estudio.Óscar Corral

Un Pato Donald sin techo, alcohólico, deprimido. Adorables ositos de peluche que sorben la sangre de fabulosos unicornios. Un pajarito cocainómano, incapaz de agitar sus alas para huir de una isla de infelicidad. Con este universo anti-Disney, cargado de psicología y crítica social, el gallego Alberto Vázquez (A Coruña, 1980) ha hecho historia en la animación española. En la última edición de los Premios Goya, este artista nacido del cómic se llevó los dos galardones de este género por su cortometraje Decorado y su película Psiconautas. Los niños olvidados, una cinta esta última dirigida junto a Pedro Rivero que se estrena este viernes en casi 50 salas de todo el país. “Son historias para adultos que juegan con la perversión de los iconos infantiles”, describe desde su casa-estudio del barrio coruñés de Monte Alto.

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Los anticuentos de Vázquez explosionaron sobre una mesa de dibujo de este quinto piso sin ascensor próximo a la Torre de Hércules. Es el hogar periférico donde se crió un dibujante e ilustrador que a sus 36 años, ignorado por los focos de las estrellas de cine, atesora un sinfín de reconocimientos cinematográficos, entre ellos 18 galardones internacionales por Psiconautas y un tercer cabezón conseguido en 2012 por Birdboy, uno de sus cinco cortometrajes. “Los premios sirven para conseguir financiación y seguir haciendo nuevos proyectos”, afirma. “Yo quiero vivir de esto, pero también quiero tener libertad creativa; si hiciese un proyecto comercial debería ser desde mi perspectiva de calidad”.

Vázquez, que estudió en la escuela pública de artes y oficios Pablo Picasso de A Coruña y en la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra, es un dibujante tardío. Fue con 20 años cuando descubrió las posibilidades del cómic adulto, con el que dio rienda suelta a su pasión por contar historias. Dos años después, con la novela gráfica Psiconautas en la que se basó luego el corto Birdboy y la película premiada en los Goya, ya había perfilado su peculiar universo, un “mundo de personajes imaginarios con referentes reales de amigos, conocidos y experiencias personales” en el que dice sentir “libertad infinita”: “Es una galaxia tan amplia que no quiero salir de ahí”.

Las historias de Vázquez están protagonizadas por animales antropomórficos que remiten al cuento y la fábula, personajes con los que cualquier espectador empatiza al momento pero que pronto revientan sus expectativas. Su forma de hablar, lo que dicen, lo que hacen, lo que sufren. Son fábulas sin moral. Dos adolescentes que habitan una isla asolada por una catástrofe ecológica protagonizan Psiconautas, producida por la gallega Zircozine Animation y la vasca Basque Films, y en Decorado Vázquez mezcla “el cuento de terror y la comedia subversiva” para ironizar sobre el sentido de la vida. El director ya está trabajando en su nueva película, Unicorn Wars, una parodia bélica sobre una guerra entre ositos y unicornios.

Autor, director, guionista y director de arte de dos cintas nominadas en los Goya, la organización entregó a Vázquez una sola entrada para la ceremonia de entrega de las estatuillas, sin posibilidad de llevar siquiera acompañante, lamenta. “Los Goya son sobre todo para los actores y a la animación no se le da la cobertura que merece. Es tratada como un premio técnico, con todo mi respeto a los técnicos”, critica Vázquez. “Pero se debería tener en cuenta que los actores pueden llegar a hacer tres películas al año; un largometraje de animación, sin embargo, es un proceso que dura entre tres y cuatro años”.

Vázquez ha logrado que Psiconautas, que costó un millón de euros, compita en festivales europeos con cintas independientes que multiplican por 15 ese presupuesto. Censura la falta en España de escuelas públicas que impartan animación, como las que funcionan en Francia, Reino Unido o Italia, y niega el tópico de que el cine vive de las subvenciones. “Hay interés en desprestigiar a la cultura. España destina al cine poco más de 40 millones de euros [de dinero público] al año, mientras que Francia otorga 700 millones en ayudas”. Más allá de las cinco películas que se suelen repartir todos los premios de los Goya, Vázquez sostiene que en España “se produce un montón de cine de calidad”. Y pone como ejemplo al también gallego Óliver Laxe, ganador de dos premios en el Festival de Cannes, otro outsider de la alfombra roja.

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Sobre la firma

Sonia Vizoso
Redactora de EL PAÍS en Galicia. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago. Lleva 25 años ejerciendo el oficio en la prensa escrita y ha formado parte de las redacciones de los periódicos Faro de Vigo, La Voz de Galicia y La Opinión de A Coruña, entre otros. En 2006 se incorporó a El País Galicia.

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