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EL ESPAÑOL DE TODOS
Columna
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Teoría de la primera página

En un medio digital, siempre cómodo de espacios, la tentación de extenderse puede ser irresistible

A fin de los años setenta en el Tele-Exprés de Barcelona, gratísimo diario desaparecido en la Transición, Manuel Campo Vidal y yo elaboramos una teoría de la primera página, tan artesanal como todo lo que se hacía en el Paleolítico, Inferior por supuesto, cuando digital solo venía de dedo.

Campo Vidal y yo concebimos un modelo de primera que debía contener un drama; algo que comenzaba; y algo que se apagaba

Hay dos grandes escuelas de pensamiento sobre ese escaparate del periódico impreso que son: un tema virtualmente único instalado con una gran fotografía o ilustración en toda o casi toda la página; y la segunda, el espacio dividido en una serie de propuestas de emplazamiento, extensión y número de columnas, acorde a su importancia. La primera fórmula se entiende que era casi siempre igual a sí misma; pero la segunda tenía menos variación de lo que pudiera pensarse, con media docena o poco más de repartos diferentes con el objeto de que la repetición habituara al lector.

La primera versión era más continental, de periódico de presunta alcurnia, clase media para arriba; mientras que la segunda era la que, cualquiera que fuesen sus pretensiones sociales, afectaban los diarios británicos tipo sábana —broadsheet—, entre los que el más augusto era The Times, dejando el formato más pequeño, llamado tabloide, para los populares, de los que era líder indiscutido el Daily Mirror. El Tele-Exprés era de esta segunda expresión, aunque fuera un poco mayor que el llamado berliner, y similar en dimensiones a este mismo periódico.

Campo Vidal y yo concebimos un modelo de primera que debía contener un quilombo o drama; un nacimiento o algo que comenzaba; y algo que se apagaba.

En un medio digital puede seguir habiendo una primera, pero ni la lectura inalámbrica es la misma, ni su arquitectura igual de rotunda

Tomado un periódico nacional español contemporáneo se comprueba que las cosas —en el impreso— no han cambiado tanto. Se abre con algo razonablemente dramático: la ampliación de las sanciones norteamericanas a Irán; a pie de página, el famoso delincuente mexicano, preso en EE UU, El Chapo que ha tenido que ponerse de uniforme, azul marino, lo que marca el fin de una etapa; y el nacimiento, o mejor renacimiento, con la gran foto de la presentadora murciana, Marta García, que reaparece en televisión, sin pelo, pero con un tumor superado. Y eso en el Día Mundial contra el Cáncer. Business as usual.

Veamos también otras características de ese mismo periódico. Hace unos 20 años y más años el número de noticias, sin contar una pequeña batería de textos, solo de títulos, que podía incluirse o no, era de siete u ocho, que en nuestro caso son ocho, y tanto en una como otra, tres de ellas a dos o más columnas y el resto a una. Y en la primera antigua la distribución de secciones solía ser de una y hasta dos de Internacional, que más de la mitad de las veces abría el periódico, y otras tantas de Nacional, que ocupaba el segundo lugar en aperturas, y el resto se nutría de lo que entonces se llamaba Sociedad —piojeo de lo que iría hoy en otras secciones— y Local, más algún reportaje de investigación, agenda propia. Veamos cómo ha ido modernamente.

Tres textos de Internacional, apertura con Irán, las vicisitudes del narcotraficante mexicano; y el último atentado terrorista en Francia; dos de Nacional, la inevitable Ada Colau; y el no menos inevitable PSOE, a vueltas consigo mismo. Finalmente, la noticia médica, que anteriormente habría sido Sociedad. Falta a la cita Podemos que no calla nunca y echo de menos Local, que no debería callar nunca. Pero las proporciones áureas se mantienen.

Todo ello pasa, sin embargo, a la historia con el digital. Formalmente puede seguir habiendo una primera, pero ni la lectura inalámbrica es la misma, ni su arquitectura igual de rotunda y por ello convincente. Cierto que hay aparatitos en los que se reproduce o imita la estructura, pero no es igual. En el digital, siempre cómodo de espacios, la tentación de que la primera se prolongue por abajo puede ser irresistible. Y por ello es una relación de temas sobre los que se llama la atención, pero cierto que con la gran ventaja de su renovación instantánea, de la que no gozaba el mamotreto impreso.

Seguiremos con la transformación de las secciones, empezando por Internacional.

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