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Iseo, viento cálido del norte

La cantante pamplonesa se asoma a las salas y los festivales importantes con su voz enérgica y cautivadora

Lorenzo Calonge
Iseo, fotografiada en Madrid.
Iseo, fotografiada en Madrid.álvaro garcía

Leire Villanueva entró una noche a tomar una cerveza al Mediterráneo, “el Medi”, un bar del centro de Barcelona, y vio cómo varios músicos amateur tocaban por turnos para amenizar el local. No se lo pensó dos veces cuando vio al camarero. “Yo también quiero estar ahí arriba”, le espetó. A los días volvió para hacer una prueba con una amiga con la que había montado una “bizarrada” de grupo y le gustó tanto al jefe que, a pesar de que toda la programación estaba ocupada, decidió abrir una hora antes los lunes para el particular dúo Couscous mon amour. Tenía 19 años (ahora 25) y en ese momento empezó su “mili” musical esta joven pamplonesa, que ya en solitario pasó a llamarse Iseo, y cuyo primer disco, Last night, ha sorprendido en 2016 por su voz enérgica y cautivadora que despliega y repliega con gran naturalidad.

En los últimos dos años, ha ganado varios concursos con pedigrí, ha pisado algunos de los festivales más destacados (FIB, Mad Cool y SOS 4.8) y no para de tocar por toda España cada fin de semana. “Estoy en una fase de picapedrera”, confiesa. De esa época en Barcelona (ahora lleva dos años en Madrid), le quedó su “adicción” por los directos y el “aprendizaje del oficio” para capotear todas las situaciones inimaginables, como aparecer una noche en el escenario y encontrarse que su público era una única persona. “Fue curioso porque vino a verme a mí, así que le di un concierto privado”, recuerda. 

Su música la han definido como una mezcla de pop, soul y rhythm & blues, aunque ella salta rápido ante el intento de etiquetado. “Me hace gracia esa necesidad de calificar. Yo claramente tengo influencias, no he inventado la pólvora, pero las etiquetas limitan. Lo más importante es ser verdadera para llegar a la gente. ¿Por qué no creemos a los políticos? Porque a lo mejor ellos también saben que lo que dicen no es del todo cierto”, afirma esta cantante de pocos monosílabos y abundantes explicaciones. Al rato, no obstante, concede motu propio que sus composiciones “se ubican en la música negra, y en algo de jazz y de bossa nova”.

"Económicamente la música aún no me da. Pensé en buscar un trabajo para llenar la nevera, pero decidí que no porque el tiempo que me quedaría para Iseo ya no sería de valor"

Más allá de estilos concretos, la personalidad de su sonido empieza y termina con una voz vigorosa con la que juega y que usa como un instrumento más. Estudió piano de pequeña por culpa de sus padres –“los grandes causantes de todo esto”, aclara”- y en la adolescencia hizo los primeros pinitos con la guitarra de su madre, pero la voz le viene de serie. “Tengo un manejo muy natural de ella, no he dado clases de canto porque temo perder la espontaneidad. Como me dice un amigo, es fascinante que no sepa lo que estoy haciendo”. Cuenta con sorpresa que la han emparentado con Adele o Amy Winehouse (“pura alma y dolor”) y no entiende, sin embargo, que la hayan comparado con Russian Red. “¿Solo porque somos dos chicas españolas tocando la guitarra y cantando en inglés? Ah, perfecto, yo veo un abismo entre nosotras”, zanja.

Se reconoce “ambiciosa”, aunque admite que todavía no vive de la música pese a que ha puesto todos los huevos en esa cesta. “Malvivo, económicamente todavía no me da y eso también me crea mis frustraciones. Hace un año, antes de sacar el disco, pensé que tenía que buscar un trabajo para llenar la nevera, pero, después de darle muchas vueltas, decidí esperar. Si tienes un empleo al margen, el tiempo que te queda para el proyecto musical ya no es un tiempo de valor, sino el que te sobra cuando llegas cansada a casa. Y sé que 2016 me ha ido tan bien, en parte, por estar volcada de forma completa en la música”.

El año pasado no hubo prácticamente una provincia de España donde no se dejara ver con su nueva banda, sacó la cabeza en los grandes medios y a mitad de curso reeditó Last night con tres temas más. Hasta 2018 no lanzará un nuevo álbum porque, a partir del verano, estará centrada en su segundo proyecto, Iseo & Dodosound, una heterodoxa reunión con el dj de Pamplona que transita por el reggae, el trip hop, el dub y la música digital. Será el segundo trabajo juntos tras Cat Platoon, de 2015.

Al margen de su carrera en solitario, tiene un dúo con el dj Dodosound, con el que se adentra en el 'reggae', el 'dub' y la música digital

“Cambian todas las reglas del juego y eso es maravilloso. Cambia la energía, la puesta en escena, los circuitos por donde nos movemos y la forma de componer. Esto último fue lo más raro al principio. Con Iseo siempre había compuesto sola, en un acto muy íntimo y personal. Así que hacerlo junto a otra persona era como si alguien te viera ducharte. Pero luego se ha convertido en algo muy interesante. La voz, quizás, es lo que menos cambio porque no puedo aspirar a hacer los giros habituales del reggae. Canto a mi manera y a mucha gente le ha llamado la atención”, explica.

Como el EP que grabó en 2013 (Red Gardens) o concursos que ha terminado ganando, se lanzó a esta aventura con Dodosound casi sin buscarlo. “Me apunto a un bombardeo”, reconoce. La reducida escena musical de Pamplona los juntó y no les fue tan mal con el primer disco cuando la continuación está ya en el horno.

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