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Picasso, de unos almacenes en Francia a la casa del embajador

Las telas han visto la luz durante la presentación de la temporada cultural 2017 del Instituto Francés

Rut de las Heras Bretín
Rossy de Palma, madrina de la temporada cultural francesa del Instituto Francés, bajo 'Femmes à leur toilette', uno de los tapices de Picasso.
Rossy de Palma, madrina de la temporada cultural francesa del Instituto Francés, bajo 'Femmes à leur toilette', uno de los tapices de Picasso.Bernardo Pérez

Que Picasso forma parte tanto de la cultura española como de la francesa es sabido. Y que un cambio de decoración en un salón de la residencia de un embajador no es cualquier cosa también se puede imaginar. Lo extraordinario es que Picasso pase a formar parte de la remodelación de esa estancia, como ha ocurrido este jueves en la Residencia de Francia. Más aún si lo que se muestra son dos tapices del pintor malagueño, rara avis en la variopinta obra del artista. Las telas, basadas en el collage Femmes à leur toilette que se conserva en el Museo Picasso de París, estarán en Madrid el tiempo que dure la restauración de los tapices del siglo XVII que anteriormente ocupaban esas paredes, también parte de la historia común entre Francia y España. Uno representaba el Tratado de los Pirineos firmado en la isla de los Faisanes y otro el matrimonio de María Teresa de Austria con Luis XIV, abuelo de Felipe V, primer Borbón que reinó en España.

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Los dos tapices de Picasso representan la misma escena de mujeres acicalándose, uno mantiene los colores del collage; el otro en gris, blanco y negro, como si del Guernica se tratara. Normalmente el Estado francés no los muestra, este nuevo emplazamiento hará que todo el que visite la casa del embajador los disfrute. El director general del Instituto Francés de España, Nicolas Kassianides, consciente de que es un lugar de acceso muy restringido ha declarado a EL PAÍS que se están buscando fórmulas para organizar algún tipo de visita.

Estas piezas del patrimonio francés son un reflejo de los puentes que hay, que se construyeron y se construirán entre los dos países vecinos. Y en torno a esta idea de “leer el pasado para escribir el futuro”, se ha presentado también este jueves la programación de la temporada cultural francesa 2017 del Instituto Francés de España con el título Memoria(s) del Futuro. El embajador, Yves Saint-Geours, invitó a los españoles a acompañar a esta institución en su “viaje temporal a través de los puentes entre las dos culturas y entre pasado y futuro”, con conmemoraciones como la celebración del 80º aniversario de la primera vez que se expuso el Guernica y los 60 años desde que se concedió el Nobel de Literatura a Albert Camus.

El presente como punto de encuentro

En este presente que Saint-Geours definió como el punto de encuentro de la tradición con la creación contemporánea, se han organizado multitud de actividades en las que la danza se mezcla con las nuevas tecnologías; la literatura de Camus con la isla de Menorca de donde era originaria su familia materna; don Quijote con pintores contemporáneos franceses; Madrid con París que formarán un tándem del que en otoño conversarán sus dos alcaldesas, Manuela Carmena y Anne Hidalgo. Será en la capital española y el embajador no ha podido confirmar la fecha exacta aún. Un amplio programa en el que tienen cabida los videojuegos, el cómic y la realidad virtual y el pensamiento de filósofos y ensayistas como Javier Gomá y Alain Finkielkraut.

Una programación que no se verá influida de ninguna manera por el convulso año electoral francés, de lo que se enorgullecen tanto el embajador como Kassianides. Y que envidia la actriz Rossy de Palma, madrina junto con la cantante Silvia Pérez Cruz y el escritor Arturo Pérez-Reverte de esta temporada cultural –que no estuvo presente por “un asunto familiar grave”, según dijo el embajador- . “Allí la cultura es algo intocable, aquí no hay un respeto”, aseguró la actriz durante la presentación. Respeto y admiración como el que se tenían Picasso y André Malraux. Fue el francés el que siendo ministro de cultura incitó a la creación de estos tapices, el artista, reticente, le dijo: “Olvida que soy pintor”, a lo que le contestó: “Olvida que soy ministro”. Finalmente llegaron a un acuerdo, acuerdos que las dos representantes de la cultura española en el acto anhelan.

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