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Cine expandido, identidades en tránsito

La artista bilbaína Alex Reynolds plantea un juego de correspondencias audiovisuales en su proyecto 'Ella es la película'

María, a todo actor le invade otra persona cada vez que interpreta un papel. En ocasiones, ese intruso no es bienvenido”, escribe Linus, director de teatro, a María, bailarina, en una carta fechada el 19 de diciembre de 2011. Aunque, en realidad, Linus no escribió esa carta, sino que, en un retorcido juego de inversiones y suplantaciones, él fue su receptor, el destinatario de un mensaje escrito por su supuesto alter ego y dirigido a una persona a la que no conocía, pero que, como él, había pasado a formar parte de una intrincada ficción urdida por la artista bilbaína Alex Reynolds.

Alguien lleva una vida paralela a la tuya. Esta persona se parece a ti, responde a tu nombre, vive en tu casa. Pero no eres tú, era el título del proyecto que, por encargo de la productora de arte contemporáneo Mobile Arts Productions (MAP), la autora desarrolló en Estocolmo en invierno de 2011. Reynolds seleccionó a ocho sujetos, entre la lista de contactos de MAP, para elaborar una inquietante ficción epistolar: cada uno de los elegidos fue recibiendo diversas cartas supuestamente escritas por él mismo y dirigidas a otro miembro de ese elenco de un relato que se urdía en la distancia y cuyos pasivos participantes sólo podrían conocer de forma fragmentaria.

La cita extraída de esa carta de Linus a María aporta una posible clave para entender el conjunto —la ficción es, siempre, una infiltración en lo real—. El proyecto aprovechaba el potencial de una idea recurrente en el cine de terror —el desdoblamiento— para lanzar preguntas desestabilizadoras que también apelaban a las frágiles defensas de nuestra privacidad. La memoria de este proyecto forma parte de la muestra Ella es la película, que funciona como síntesis de las obsesiones y estrategias de Reynolds: desligando lo cinematográfico de su soporte, la pieza sonora Marta convierte al visitante en sujeto y cámara de una película inexistente; trabajos audiovisuales como De día o Ver nieve establecen contrastadas relaciones de complicidad con el espectador, delegando, en un caso, el desciframiento de lo fragmentario y, en otro, la propia génesis de una ficción capaz de transformar una identidad. Voluntad de juego y espíritu inquisitivo se entreveran en un recorrido apasionante que logra cuestionar los límites de los diversos lenguajes empleados, sin dejar nunca de comunicar y espolear la reflexión íntima.

Ella es la película. Alex Reynolds. Galería Marta Cervera. Madrid. Hasta el 14 de enero.

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