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‘Black-ish’, la vida y la raza

La comedia protagonizada por Anthony Anderson y Tracee Ellis Ross opta a tres Globos de Oro

Tracee Ellis Ross y Anthony Anderson, en 'Black-ish'.
Tracee Ellis Ross y Anthony Anderson, en 'Black-ish'.

Los integrantes del universo de Black-ish conocen la clave de su éxito. Como resumió su creador, Kenya Barris, en el festival de televisión PaleyFest, lo suyo no es predicar ni ir echando el discurso. “Simplemente compartimos nuestras experiencias”, describe el guionista. Experiencias de lo más diversas como la conversación que mantuvo con sus dos hijos menores sobre los disturbios raciales en Ferguson (EE UU). O la educación de Anthony Anderson, coproductor y protagonista de esta serie centrada en una familia negra estadounidense. “Criado entre Compton y Watts (ciudades de California) y el primero de mi familia que sale de la barriada como estrella”, admite.

Y además están las experiencias que trae Tracee Ellis Ross a la mesa, criada en Suiza en la opulencia y fruto de un matrimonio interracial, alguien que ya de niña se dio cuenta de que no todos los padres de sus compañeras del colegio cantaban en el intermedio de la Super Bowl. “Me di cuenta enseguida de que además de ser mi madre, la mujer que me despertaba por las mañanas y que siempre estaba en casa a la hora de cenar era Diana Ross. Pero para mí primero fue mi madre”, recuerda la actriz a EL PAÍS.

Ni la infancia de Anderson ni la de Ellis Ross tienen nada que ver con la del matrimonio Johnson, Dre y Rainbow, que interpretan en Black-ish. Pero ellos están seguros de que su forma de ser es en buena parte lo que hace de la serie algo diferente. Una serie que defiende este domingo tres candidaturas al Globo de Oro, como mejor comedia y para sus dos protagonistas, por el trabajo realizado en su tercera temporada, que se puede ver en España en el canal TNT (viernes, 20.10). “No sabes cuánta gente se me acerca, da igual el color, el tamaño o la edad, y me dice eso de 'tu familia en la televisión es como la mía”, reconoce Ellis Ross. La actriz y antes modelo compara el impacto de Black-ish con el de esos clásicos que disfrutó de niña, ya fueran las series de Lucille Ball, Carol Burnett o Los ángeles de Charlie —“me gustaban las mujeres fuertes”, acota esta intérprete de 44 años— o esas más familiares (y negras) como El show de Bill Cosby o Martin. “Lo que te acabas dando cuenta es que cuanto más específica es tu historia, eso la hace más universal”, añade.

De ahí que Black-ish se haya convertido en el referente de la diversidad, capaz de tratar desde el prisma de esta familia negra y acomodada aquellos temas que otras comedias con éxito nunca han podido ni oler. “No vamos sacando temas de los titulares de los periódicos para parecer más actuales. La serie se siente auténtica porque sacamos las ideas de nuestra propia vida”, insiste la actriz de una temporada en la que, además de hablar de los disturbios raciales, la serie habla de Dios, de las elecciones estadounidenses y de cómo sobrevivir un viaje a Disneyworld.

Ellis Ross le agradece mucho de lo que le está pasando a su madre. De ahí que el próximo 8 de enero quiera llevar a Diana Ross como su pareja a los Globos de Oro. “Fue ella quien me enseñó el mundo y me mostró cuán diverso es”, confiesa con admiración. Su madre, que acaba de recibir de manos de Barack Obama la más alta condecoración civil junto con Robert De Niro, Ellen DeGeneres y Tom Hanks, también la enseñó lo que significa ser mujer. “Porque la serie se llama Black-ish y sí, hablamos de temas raciales, de cultura y de identidad, pero también de género y de lo que significa ser mujer, madre y esposa, en televisión o en la actualidad”, define. Ella no tiene la voz de Diana Ross, pero la actriz asegura que fue la líder de las Supremes quien la enseñó a sentirse cómoda delante del público y a ser una mujer con aspiraciones. “Soy quien soy y estoy en esta serie gracias a ella”, resume.

Un problema de moda

Tracee Ellis Ross hará algo más que llevarse a su madre a los Globos de Oro. También está pensando en robarle alguno de los modelos a la cantante. Siempre lo hace. “Ella sí que sabe de glamour”, reconoce del estilo materno. Los trajes de Diana Ross hicieron historia en más de un sentido. Como recuerda la actriz, su madre hizo más que marcar tendencia. Su estilo a la hora de vestir también estuvo relacionado con la forma en la que una mujer negra se hizo hueco en esta industria. “Mi madre cambió la forma en la que éramos vistas. No sé si consciente o inconscientemente. Pero por eso nunca me tomo a la ligera lo de hacer una buena entrada”, añade orgullosa con la herencia familiar.

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