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‘La Gran Muralla’ levantada entre Hollywood y China se tambalea

La mayor coproducción de la historia entre ambos países obtiene buenos resultados en taquilla pero recibe críticas dispares

China estrenó hace dos semanas la película La Gran Muralla, la mayor apuesta del país hasta la fecha en su intento de hacerse un hueco en la industria cinematográfica global. Con un presupuesto que supera los 140 millones de euros (el más alto de la historia de China), la participación de uno de los directores más laureados del país o de actores tanto locales como internacionales de primer nivel, el filme parecía tenerlo casi todo para convertirse en un taquillazo. Y, aunque los chinos han respondido a la llamada, las críticas no han acompañado.

Matt Damon, en un fotograma de 'La gran muralla'.
Matt Damon, en un fotograma de 'La gran muralla'.

La Gran Muralla es la primera colaboración de calado entre China y Estados Unidos en este ámbito. El filme está producido entre el estudio hollywoodiense Legendary -adquirido por el conglomerado Wanda a principios de año- y varias productoras del país asiático. La película, de ciencia ficción, muestra una batalla entre las tropas de la dinastía Song (ayudadas por tres mercenarios extranjeros) y unas criaturas sobrenaturales. La icónica muralla y sus guerreros son la última esperanza para evitar la extinción de la raza humana.

Los responsables del proyecto no han escatimado en casi nada: el director es Zhang Yimou, autor de éxitos como la linterna roja o La casa de las dagas voladoras e ideólogo de las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Entre el elenco de actores está Matt Damon como gancho para la audiencia global junto a varios intérpretes muy reconocidos por el público chino como Andy Lau, Jing Tian o Wang Junkai. La película se ha filmado íntegramente en la ciudad de Qingdao, donde Wanda está construyendo su particular Hollywood.

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La película ha recaudado 115 millones de euros durante las dos primeras semanas de exhibición. Es una cifra nada desdeñable, pero las expectativas eran muy altas teniendo en cuenta que la campaña de promoción ha sido de las mayores que se han visto y que Wanda -que está detrás de su producción- controla prácticamente todas las salas de cine en China.

La razón de ser de esta alianza inédita entre el gigante asiático y Hollywood es crear productos que gusten tanto dentro como fuera de China. Sin embargo, al menos los espectadores chinos no parecen estar muy satisfechos con el resultado: en el portal Douban, el más famoso del país para los aficionados al cine, la película recibe una puntuación de 4,9 sobre diez. Y la crítica, aunque ha elogiado los efectos especiales, considera que la historia tiene un guión "más que previsible" y reprueba "la falta de humanidad y de profundidad" de los personajes. "El contenido chino se reduce a las linternas, las armaduras de estilo chino, la misma muralla y otros lugares comunes", decía uno de los autores de DsMovie, una página especializada seguida por millones de personas.

En los últimos años Hollywood ha mostrado cada vez más interés en el mercado chino, que crece a tasas de doble dígito y se prevé que se convierta en el primero del mundo a finales de esta década. Las coproducciones con China tienen la ventaja obvia de que sortean automáticamente los estrictos controles que limitan el número de películas extranjeras que pueden verse en el país.

Si para Hollywood China es cada vez más decisiva para asegurar la rentabilidad de sus películas, Pekín ve en la industria cinematográfica americana el canal ideal para que las películas Made in China sean un éxito también en Occidente. De ahí la fiebre compradora de Wanda, que ya se ha convertido en uno de los mayores productores, distribuidores y exhibidores de cine del planeta. La Gran Muralla se ha planteado como un nuevo modelo de colaboración entre ambos bloques que, de funcionar, se repetiría en el futuro. Aunque esto, y a falta de que la película se estrene en el resto del mundo (Universal se encarga de ello), aún está por ver.

El mercado chino se estanca

Cuando La Gran Muralla era solamente un proyecto sobre el papel, la recaudación en los cines de China crecía a un ritmo del 40% anual. Todo hacía pensar que el país superaría a Estados Unidos como principal país consumidor de cine tan pronto como en 2017. Pero este año, y contra todo pronóstico, se prevé que la tasa de crecimiento aumente solamente un 4,5%, según los cálculos de la consultora Entgroup. Este final de año ha sido especialmente decepcionante, con una caída de las ventas durante tres meses consecutivos.

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