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Muere Bibiano, voz gallega contra el silencio de la dictadura

Integrante de Voces Ceibes e impulsor de la Movida viguesa, el artista muere a los 66 años después de llegar a ser el principal productor de espectáculos de la comunidad

Bibiano Morón en su casa de Vigo.
Bibiano Morón en su casa de Vigo.XURXO LOBATO

"Ai!, rabioso e vello / can de palleiro. / Daste conta de / que vas morrer. / E non poderás pegar / e non poderás morder". Podría decirse que el cuerpo de Franco aún estaba caliente cuando, en verano de 1976, Bibiano Adonis Morón Giménez cantaba esta letra en el Pabellón de Riazor, en A Coruña, y hacía atronar al público con el estribillo: "Túa forte dentadura / virase abaixo. / Abaixo a dentadura, / abaixo a dentadura". El perro mestizo, rabioso y viejo, que se daba cuenta de que iba a morir, y ya no pegaría más, ni tampoco mordería, podría ser cualquiera. Pero Bibiano, miembro del Partido Comunista desde los tiempos de sombra y clandestinidad, burlaba la censura a la vez que se hacía entender perfectamente por los asistentes a aquel acto en homenaje a los militantes presos en Carabanchel. Las voces estremecidas cantaban a coro "abaixo a dentadura" mientras los dueños de todas esas gargantas pensaban para sus adentros "abajo la dictadura". Así transcurrían aquellos años en los que Bibiano, uno de los mayores cantautores y productores musicales que ha tenido Galicia y que ha muerto esta madrugada en Vigo, pocos días después de cumplir 66 años, ponía la banda sonora al movimiento de rebeldía y protesta en el noroeste peninsular.

Bibiano Morón, nacido en Santiago de Compostela en 1950 pero vigués hasta el tuétano, vivió para la música y en ella lo fue casi todo, desde niño de coro en la escolanía de la Catedral hasta importador de grandes estrellas que situaron a Vigo durante una serie de años dorados en los circuitos internacionales. Los de su edad lo recuerdan sobre todo como referente de la Nova Canción Galega e integrante tardío, pero espléndido, de Voces Ceibes, pareja de escenario de Benedicto. Los que nacieron una década después lo identifican con la Movida, como impulsor, productor y socio de la discoteca Kremlim, meca de peregrinación nocturna para aquel movimiento en Vigo, hermanado con Madrid. Los que vinieron todavía más tarde lo asocian con esos grandes conciertos de Leonard Cohen, Iggi Pop, Lou Reed, Santana, Caetano Veloso, Compay Segundo o Van Morrison. También con aquel de Madonna en Vigo la misma noche (de hace 26 años) en que A Coruña recibía a Prince. Ni el más rabioso derby entre el Celta y el Deportivo ha eclipsado aquel pulso localista entre las dos ciudades gallegas, con los grandes astros del pop de aquel momento como artillería pesada.

Voces Ceibes había nacido mucho antes de incorporarse Bibiano, en torno a 1968, tras un concierto de Raimón en Santiago. En ese momento se suele ubicar el germen del colectivo que cimentó y construyó la canción beligerante, libre y defensora de la lengua gallega, del que formaban parte Benedicto, Xavier, Vicente Araguas o Xerardo Moscoso. Bibiano entró de la mano de Araguas y lo hizo para convertirse en referente, cargado con toda esa formación musical que los otros no tenían, dispuesto a defender sus ideas políticas con sus canciones y ponerle además un puñado de sentimiento y, en la medida en que le dejasen, una buena dosis de rock. No todo el mundo entendió que un cantautor, habitualmente armado de voz y guitarra, decidiese incorporar la batería y los sintetizadores al sonido folk y a las letras comprometidas, pero Bibiano, seguidor de músicos como Los Sputnicks o Janis Joplin, lo hizo.

El músico, fundador de Xuventudes Comunistas, sindicalista de Comisiones Obreras y trabajador del sector naval durante la dramática reconversión, enfermó esta Nochebuena y fue ingresado en un hospital de Vigo. Esta madrugada, el enérgico productor de conciertos ha fallecido y hay viejos amigos que no son capaces de creerse la noticia. La fecha del 28 de diciembre ayuda, pero también contribuye al desconcierto el proverbial arte que desarrolló el cantante para burlar las dificultades censoras con "ironía y humor", como él decía, después de ver cómo prohibían algunas de sus composiciones.

Su obra maestra fue el disco Estamos chegando ao mar (Estamos llegando al mar, 1976), el primero que publicó, y su último LP se tituló Aluminio (1979), una obra postmoderna que cosechó duras críticas por piezas como el Negra Sombra de Rosalía de Castro en versión electrificada. Después de este desengaño, Bibiano se entregó de lleno a la Movida. Con Teo Cardalda, Pablo Novoa y Javier Martínez fundó la banda Trenvigo, creó el Aula de Música Moderna y Electrónica en la Escuela de Artes y Oficios de Vigo y luego siguió su camino como empresario de conciertos. En esto, durante años, en Galicia también llegó a ser el más importante.

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