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Muguruza, el músico al que apasiona la imagen

‘Black Is Beltza ASM Sessions’, su último disco en colaboración con otros artistas

De izquierda a derecha, Fermín Muguruza y Raúl Fernández.
De izquierda a derecha, Fermín Muguruza y Raúl Fernández.Germán Doblas (EFE)

Desde siempre Fermín Muguruza no para. Desde hace unos años Fermín Muguruza no para de editar discos colectivos, grabados aquí y allá con las amistades y colaboradores que la vida y los viajes van poniendo en su camino, a tiro de su natural capacidad para tejer complicidades. El último, Black Is Beltza ASM Sessions es fruto de su residencia artística en el Arts Santa Mónica (ASM) de Barcelona, donde el pasado verano desarrolló decenas de actividades durante el par de meses que estuvo trabajando allí a la sombra de la exposición Black Is Beltza, originada por el cómic homónimo realizado junto a Jorge Alderete y Harkaitz Cano. “Me da vértigo la idea de hacer un disco como los de siempre. Me da vértigo el día después, la rueda promocional, el presentarlo en directo… de esta manera me siento mucho más libre porque son trabajos que hago, los presento, digo que están ahí y sigo haciendo más cosas, aunque eso tiene el peligro de la sobrexposición en los medios. Pero los otros tipos de trabajo casi los veo más como un freno, aunque no los descarto”.

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Tras la experiencia de grabar en Nueva Orleans, similar en concepto a la que realizó hace 10 años en Jamaica, Fermín tuvo a su disposición el centro de arte barcelonés Santa Mónica para hacer lo que quisiese, y además de producir cápsulas audiovisuales, promover charlas y encuentros, celebrar el 7 de julio con un desfile callejero con aire Nueva Orleans bajo el nombre de Black Fermin, se encontró con una situación idónea para trabajar. “Hace tiempo que conozco al productor Chalart58 y decidimos que montase su estudio allí, de cara al final de las Ramblas, donde al trabajar veíamos esa Barcelona abierta y a la vez contradictoria. Nos pusimos a trabajar con bases instrumentales y comenzamos a invitar a sumarse a quienes venían a participar en los actos de la exposición”. El listado es enorme, ya que se trata de un disco tan colectivo que Fermín no ha querido ofrecer muchas entrevistas al respecto: “Trabajábamos como más me gusta, viendo a los invitados escribir in situ lo que iban a grabar poco después allí mismo. Esa forma de colaborar me ha parecido siempre muy estimulante”.

Disco abierto

El resultado es un disco acogido bajo la etiqueta de “dub”, pero es algo más abierto: “Para mí dub significa participación, encuentro y estilísticamente no sería un disco de dub estricto, pues hay dub, pero también hip-hop, sonidos magrebíes, trap, reggae… es dub heterodoxo, la ortodoxia siempre me ha parecido un atraso”. ¿Y qué tiene de atractivo el dub más allá de la idea de participación? “Te diré que es la música que me permite liberarme, con ese bajo tan presente, esa sonoridad; no sé, hay músicas que me animan o me divierten, pero solo el dub me libera, me hace olvidar mis problemas, me transporta”. ¿Y qué le ves como compositor? “La posibilidad de darle la vuelta a la canción de estructura clásica. Por ejemplo en el disco hay dos piezas con la misma base que cada artista desarrolla de manera diferente, eso permite el dub”. En esta variedad destaca una versión de La Negra Flor, “es que Radio Futura siempre me han gustado y estábamos al final de las Ramblas, donde solían estar los transexuales, la canción es un reggae, no sé, pegaba con el momento y la situación. Pedimos permiso a los hermanos Auserón y sin escuchar nada nos lo concedieron. Es uno de los temas que más está llamando la atención, por cierto”.

Pese a que lamenta no haber podido estar más tiempo con Chalart58 dando forma a las bases, Fermín acepta que cada vez es un artista más poliédrico que tanto hace documentales, escribe cómics, hace teatro —con Albert Pla en Guerra— produce discos o prepara, como ya es el caso, la película de dibujos animados que pasará al cine el cómic Black Is Beltza: “Creo que se está visualizando más la idea de ser…. ¿poliédrico? De todas formas me viene de lejos, pues tras Kortatu hice radio, monté el sello Ezan Ozenki, abrimos una tienda de discos… he producido discos, en Brigadistak Sound System ya grabamos con un estudio móvil mientras viajábamos. Ahora sigo en esa línea, si quieres batallo más en el ámbito de la imagen, pero hacer trabajo en muchas direcciones no es nuevo en mí”. ¿Y para cuando un descanso, o pararse a pensar, dejar de ser una bici que cae si no se pedalea? “¿Descansar?... no sé, es una idea compleja, no sé muy bien qué quiere decir”.

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