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LIBROS

‘Juego de tronos’ en México

Jorge Zepeda Patterson ofrece una sátira política que incluye una masacre en la Feria del Libro de Guadalajara

Mural de Diego Rivera.
Mural de Diego Rivera.UIG (getty)

La visión de la política como forma de delincuencia suma lo circunstancial del momento presente y la imagen arquetípica del poder como criadero de maldades: en ese submundo de alto nivel suceden los crímenes de Los usurpadores, la tercera novela de Jorge Zepeda Patterson (Mazatlán, 1952). Mientras se decide el candidato y seguro vencedor para las elecciones de 2018 a la presidencia de México, asistimos a la inauguración de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el 25 de noviembre de 2017, donde un comando asesinará a más de 140 personas entre las celebridades invitadas. Ha empezado una operación que quizá termine en golpe de Estado y magnicidio, “la terrible telenovela mexicana” de la que hablará la prensa internacional.

Jorge Zepeda, que ha definido su historia como “una especie de Juego de tronos” contemporáneo, ha creado para sus ficciones un detective múltiple, tres hombres y una mujer, los Azules, protagonistas ya de tres aventuras, Los corruptores (2013), Milena o el fémur más bello del mundo (2014, premio Planeta) y Los usurpadores.

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El investigador de Zepeda es un ser mítico de cuatro cabezas, ocho ojos y ocho oídos indagadores, los sentidos multiplicados por cuatro, lo mejor del periodismo, la universidad y la seguridad en la era cibernética. Su creador señala otra virtud de su cuádruple detective: es menos vulnerable que si fuera una sola persona, a la que eliminarían en cuanto se asomara a un agujero sucio. Los cuatro Azules han asumido la misión moral de “documentar y exhibir en público lo que hay detrás de la infamia”.

Ahora no parten de un asesinato común ni investigan una red mafiosa, como en las novelas anteriores: reconstruyen el crimen de Guadalajara. Analizan la podredumbre del poder como energía en acción, carne de periódico, porque las novelas populares conservan su nexo histórico con la prensa más sensacional, en la que nació la novela por entregas. El encuentro de personajes ficticios y reales, como Cristina Kirchner o Salma Hayek, Felipe González o Robert Redford, más que una sensación de realidad, produce un efecto de irrealidad general, de extrañamiento. Jorge Zepeda ha escrito una sátira, lo propio en fases de disolución, cuando el orden se transforma en caos organizado por los ogros. El arte no tiene que ver con lo real, sino con lo concebible, y hoy lo concebible puede ser fantástico.

En Los usurpadores se cumple la ley de no decir que algo es desagradable, sino de mostrarlo, y aquí hay sexualidad como alarde macho, y violencia hiperbólica que casi siempre surge del sillón de un gobernador. Ese espasmo violento contradice la demora en intimidades de los protagonistas, y a veces la intriga parece exigir menos peso sentimental y más motor, menos palabras. La historia, bien articulada, es la mejor entrega de una serie que crece con nuevos personajes: un campeón internacional de tenis convertido en propietario del mayor periódico de México, o un joven sicario superdotado. Y el final, como una promesa de continuación, anuncia una batalla de aires bíblicos entre un rey y su hijo, Absalón contra David. La esperamos.

Los usurpadores. Jorge Zepeda Patterson. Destino, 2016. 480 páginas. 19,50 euros

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