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Lucía Lacarra baila con la luz del coreógrafo Russell Maliphant

La bailarina actúa con la compañía del coreógrafo británico en dos de las piezas de ‘Conceal/Reveal’, en los Teatros del Canal

La bailarina Lucía Lacarra, en los Teatros del Canal.
La bailarina Lucía Lacarra, en los Teatros del Canal. ÁLVARO GARCÍA
Rut de las Heras Bretín

A nadie se le ocurriría dar una rueda de prensa descalzo o con unas zapatillas que parecieran las de estar por casa. Tampoco recibir a los periodistas haciendo estiramientos y, al acabar, pedir que salgan rápido para hacer meditación. Nada habitual es que los que cubren estos actos presten atención a lo que los que hablan hacen con sus piernas o pies, si hacen círculos con ellos como la bailarina Yu-Hsien Wu durante la presentación de Conceal/Reveal, el pasado lunes en los Teatros del Canal (Madrid), donde se podrá ver desde hoy hasta el sábado. Y esta es la excepción: que sean bailarines o coreógrafos los que exponen y que, a la vez que lo hacen, gesticulen y se levanten para explicar algunos términos. Así Marlon Dino hizo un movimiento de cadera para explicar una posición de danza contemporánea o Lucía Lacarra muestra en cada uno de sus músculos, hasta los faciales, la pasión que siente por lo que hace.

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Esta bailarina, nacida hace 41 años en Zumaia (Gipuzkoa), ama la danza desde siempre. "Con tres años ya decía que quería ser bailarina. Ni yo entiendo por qué quería bailar. En mi pueblo no había escuela de danza, ni tradición en mi familia, ni en la televisión. Llevaba la vocación dentro y soy feliz por desarrollarla y haber llegado donde lo he hecho. Eso es un bonus que ni me esperaba, yo me conformaba con ser parte del cuerpo de baile de una compañía", dice Lacarra que ya en 2002 recibió el Premio Nijinski; en 2005, el Nacional de Danza por su trayectoria en compañías de todo el mundo y hasta hace unos meses era la primera bailarina del Ballet de la Ópera de Baviera. Ahora está en Madrid de la mano de Russell Maliphant, un coreógrafo que le ha hecho descubrir partes de su cuerpo que no conocía y que la ha llevado a límites insospechados. Y eso es lo que busca ahora Lacarra en su trabajo: "Lo estimulante es descubrir cosas nuevas. Por ejemplo, yo nunca había bailado descalza".

Le gusta sentirse el instrumento con el que los creadores ponen en el escenario sus ideas, es el lápiz con el que cada coreógrafo escribe sus palabras. En este caso, el particular vocabulario de Maliphant. Nunca ha querido pasar al otro lado a pesar de llevar toda su vida dedicada a la danza. Su veteranía le da la libertad, la seguridad, el saber estar en el escenario y una capacidad de disfrutar cada segundo sin pensar si el movimiento que ha hecho es técnicamente perfecto. “Cuando eres joven quieres estar en control total, pero el arte se transmite por emociones y para expresar hay que dejarse llevar, sentir y no medir. Nivelar la balanza“.

La bailarina habla con admiración mezclada con preocupación del camino que está tomando la danza. Se asombra con las proezas que se encuentra en alguna de las actuaciones a las que va, a veces todavía se pregunta: "¿Qué hago yo aquí?“, cuando ve movimientos a los que ella no llegaría. Pero entonces se da cuenta que lo que se recuerda es lo que toca emocionalmente y le da pena que la danza se convierta en algo simplemente gimnástico. Maliphant es un antídoto contra eso, él da importancia a cada paso, sus coreografías son fluídas, orgánicas, cuida al extremo las transiciones porque todo forma parte de las piezas que crea.

El coreógrafo Russell Maliphant en un ensayo con su compañía en los Teatros del Canal.
El coreógrafo Russell Maliphant en un ensayo con su compañía en los Teatros del Canal.Álvaro García

Lacarra participa en dos de las tres piezas que conforman Conceal/Reveal. "Broken Fall, es muy física, dura, totalmente diferente a Piece nº 43, un juego de luz. Los bailarines vamos girando y cambiando de posición como si fuésemos esculturas, lo que acentúa el juego con la luz que es un elemento más". La referencia que Lacarra hace a la iluminación y el número 43 son marca Maliphant, ya que la cifra señala las colaboraciones que lleva con el diseñador de iluminación Michael Hulls, con el que ha creado un lenguaje único de danza y luz. "Raramente he visto a un coreógrafo que como Russell empiece a trabajar la luz al mismo tiempo que la coreografía. En todo momento sabes lo que la iluminación va a hacer y de cómo vas a bailar con ella“.

La manera de expresarse de Lacarra denota un tremendo cariño y respeto por su profesión, por todos, habla de los equipos, los técnicos, las sastras... Sabe que sin ellos no son nadie: "Si falla un bailarín se le sustituye, si los técnicos se ponen en huelga,   no hay función". Sabe que es una profesión de individualidades y dice que hay que unirse, sobre todo cuando se le pregunta por el estado de la danza: "Hay que dejar de hacerse la pregunta y empezar a pensar las soluciones". Unirse y separse son dos de las que ella da. Los profesionales unirse y que la danza y la política se separen. "No puede estar politizada, no puede depender de uno u otro Gobierno. Nutre el alma, forma parte de nuestra tradición, de nuestra manera de celebrar, del Norte al Sur."

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