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Los Zigarros: Pelotazos de rock‘n’roll en castellano

El grupo valenciano impulsa en su nuevo disco el sonido de bandas como M-Clan o Los Rodríguez

Ovidi (izquierda) y Álvaro Tormo en el bar In Dreams de Madrid.
Ovidi (izquierda) y Álvaro Tormo en el bar In Dreams de Madrid.ÁLVARO GARCÍA

Ovidi y Álvaro Tormo, son los Angus y Malcom Young de la escena roquera española. Ovidi, cantante y guitarra rítmica, lidera junto a su hermano, guitarra solista, el grupo Los Zigarros. Un balón de oxígeno para los dioses del rock. Un tren de mercancías lleno de pelotazos, con letras lúbricas, guitarras echando humo y amplificadores a todo trapo.

El dúo valenciano luce estética roquera; chaqueta, camisa con chorreras y pelo ensortijado Ovidi (36 años); tupé, chupa de cuero negra, Álvaro (33 años). Bajo las luces rojas del madrileño bar In Dreams, saborean dos piñas coladas. Tienen cara de no haber descansado mucho en los últimos días: “No hemos dormido mucho entre la promo y los conciertos”, cuentan. Los Zigarros surgieron por las inquietudes de los músicos, que abandonaron Los Perros del Boogie por diferencias musicales. “Fue algo natural, como si dejas a tu chica; las bandas se separan cuando las direcciones musicales de los componentes son distintas”.

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Los Zigarros están completados por una sección rítmica formada por Adrián Ribes a la batería y Natxo Tamarit al bajo. Su primer disco, de título homónimo, fue publicado por Universal en 2013 y les valió el beneplácito de público y crítica. Lo grabaron con el productor madrileño Carlos Raya, omnipresente en los discos de rock nacionales. “El primer álbum fue muy excitante. Éramos muy admiradores de Raya y la grabación fue difícil en el buen sentido; nunca habíamos trabajado bajo un nivel de exigencia tan alto, llegamos al estudio con 12 ó 13 canciones y nos las tiró todas abajo. Tuvimos que componer otras 25”, se ríen. “Es como si estudiaras interpretación y de pronto te tocara trabajar con Robert de Niro. Es primera división”, concluyen.

El segundo disco, A todo que sí (Universal), fue editado este año y compuesto durante la gira de Fito & Fitipaldis Huyendo conmigo de mí en la que fueron teloneros. De nuevo contaron la producción de Raya. “Ya éramos colegas y el proceso fue mucho más natural”. La grabación fue en su estudio, a las afueras de Madrid, donde utilizaron el equipo del guitarrista y productor, como un amplificador Gibson de los 50. “Tiene amplis de todas las épocas”, afirman. El álbum fue masterizado por Dave Collins en los A&M Mastering Studios de Los Ángeles.

Sobre el sonido Raya, que últimamente abunda en los discos de rock españoles, los dos guitarristas señalan que no está presente porque el productor “no toca en el disco". “En España no hay más de 15 grupos de rock buenos y Raya es el mejor productor que hay de para este estilo. Tampoco hay muchos más productores de nivel porque no hay industria que genere bandas, estudios, programas de televisión…”, reflexionan. Los dos reivindican a Calamaro como letrista y a Ariel Rot, Txus Maraví (El Drogas) o Adrián Costa (The Criers) como guitarristas. En el panorama internacional Álvaro alaba a Mike Campbell (Tom Petty and the Hearbreakers) o al guitarrista de The Hives como inspiradores de las seis cuerdas.

Pese a sus pintas, Ovidi y Álvaro rehúyen del tópico del roquero que solo escucha bandas de su estilo: “Me harta el roquero que solo escucha AC/DC”, aclara Ovidi. “Escuchamos mucha música y no repudiamos ningún estilo. Beyonce, por ejemplo, nos parece una diosa”. “El último disco de Prodigy me parece brutal y últimamente me he enganchado con los Misfits”, cuenta Álvaro. Otro género que reivindican es el hip-hop: “En España hay muy buen rap. El otro día vino Kase O a nuestro concierto en Zaragoza y le conocimos; Violadores del Verso son muy buenos. También nos gusta ToteKing, SFDK…”

Sus conciertos tienen fama de ser auténticos tour de force de energía y poses guitarrísticas. “No tocamos las canciones tal cual están en el disco porque no va ni con nosotros ni con el propio espíritu del rock and roll. De hecho, antes no teníamos ni repertorio. También tocamos versiones de otros grupos…el mismo día aprendemos los acordes y en el concierto nos arrancamos a tocar la canción. Es uno de los momentos más excitantes porque hay mucho de improvisación”, afirman. En La Riviera el próximo 9 de diciembre no habrá invitados, pero llevarán a un telonero que ya da que hablar: Vurro, un músico que toca en solitario teclados y percusiones ataviado con un peto y la calavera de algún animal. "Es impresionante", se ríen. Pura actitud rock and roll. Como ellos.

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