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Rafa Pons, ante el gol de su vida

El cantautor barcelonés inaugura el nuevo ciclo de Los Matinales de EL PAÍS

Patricia Peiró
El músico Rafa Pons, que abre Los Matinales de EL PAÍS.
El músico Rafa Pons, que abre Los Matinales de EL PAÍS.

Cuando el seleccionador inglés anunció en 2014 la lista de convocados para el Mundial de Brasil de ese año, hubo un nombre que sobresalió por encima de los demás: Rickie Lambert. El jugador llevaba años vagando por las categorías inferiores de la liga de su país, incluso tuvo que trabajar durante una época en una planta embotelladora. Pero alguien se fijó en los 29 goles que había marcado tres años antes en la tercera división y el Southampton lo fichó. Un año después estaba en la Premier. Tenía 30 años. Cuando lo convocaron ya había cumplido 31. A eso se le llama hambre de balón, una frase hecha que da título al nuevo trabajo de Rafa Pons, que tras diez años de carrera busca el empujón que Lambert gozó cuando debutó con Inglaterra en Brasil. El disco se grabará en directo, en un concierto que inaugura la nueva temporada de Los Matinales de EL PAÍS el 5 de noviembre. (Teatro Nuevo Apolo, 13.00).

“Le debo mucho al fútbol, creo que soy un buen aficionado, de esos que reconocen la valía del rival y todo eso, me gusta esa magia absurda que se produce cuando toda una grada está nerviosa porque quiere que su equipo marque un gol”, cuenta Pons al teléfono desde Barcelona, donde última el concierto. Este recital servirá para hacer un repaso vital y musical de temas que le han traído hasta el que será su quinto álbum y para dejar entrever qué está por venir, con nuevos temas. “Se abre una etapa en la que aspiramos a tener un altavoz que hasta ahora no hemos tenido”. Se rodeará de amigos en el escenario. Con precaución deja caer algunos nombres que se filtraron hace unos días, como Marwan o El Kanka. “He llamado a gente con la que tengo mucha confianza, es algo muy especial y no quería forzar ninguna colaboración”, explica.

Alguna vez le han dicho que al escuchar sus canciones dan ganas de ir a tomar unas cervezas con él. “No es oro todo lo que reluce”, aclara, “en el escenario todo es fiesta, tengo muy claro que somos entretenimiento, pero también hay veces que acaba el concierto y tengo ganas de ir al hotel a descansar”. Ahora es padre, así que entiende con creces eso de hacer un concierto matutino. Su hijo le quita las manos de la guitarra cuando se pone a tocar en casa porque él ya quiere empezar a rasgar sus cuerdas. Lo de las cervezas también cuela más de una vez, sin ir más lejos, el título de uno de sus discos Persona, animal o cosa define las etapas de una borrachera. Lo dicho, un simpático canalla.

Lejos del estereotipo de cantautor ñoño, lo suyo es puro canallismo: “Nunca he sabido muy bien dónde milito. Creo que hago pop-rock con un componente desdramatizador”. Sus primeros fans fueron sus padres y los amigos de estos. Solían reunirse los fines de semana y en algún momento sonaba la guitarra y su padre cantaba tangos. Hasta que llegó un día, con 14 años, en el que los oídos se dirigieron a él. “Tener una evolución lenta también ha contribuido a que mi público sea muy leal, pero también muy exigente, porque se la juegan cada vez que engañan a sus amigos para traerlos a uno de mis conciertos”. No es de "patapum arriba", que decía Clemente, sino del tiqui-taca de su amado Barcelona.

Un músico amante de las series

Hace seis años, Rafa Pons aseguró sin dudarlo que no había nada mejor que hablar de Perdidos, su serie favorita en aquel momento. "Era una locura, retrasábamos viajes para poder ver un capítulo, me llamaba con mis amigos para comentar las escenas…". Pasado el furor de aquella serie que muchos consideran que inició una nueva forma de ficción televisiva, ahora se inclina más por The Affaire o Mad Men. "Siempre he sido un músico al que le han gustado más el cine, series y libros que la propia música", admite. Uno de sus más ilustres temas es Julia Roberts, homenaje musical a decenas de personajes de la gran pantalla y al cine en general.

Por si las moscas, nunca llega a ser del todo explícito en sus letras ni en las historias que cuenta. Así ha conseguido que nunca haya “cartas al director o fe de erratas” con ninguna de sus canciones. Vamos, que ningún antiguo amor le ha llamado para preguntarle si este o aquel verso tiene algo que ver con ella. Bromea al contar que “por una cuestión de seguridad”, nunca aclara qué partes de la canción son reales y cuáles no. “La verdad es que siempre que me para alguien por la calle es para decirme que alguna de mis canciones ha significado algo en su vida. O era la que escuchaba siempre con sus colegas antes de salir de fiesta o la que le recordaba a su novia. Para mí es un privilegio ser el entretenimiento que la gente necesita cuando sale de currar quemado o cuando ha discutido con su primo”, señala.

El próximo sábado, Rafa Pons cogerá el balón y lo colocará en el punto de penalti. Será un Rickie Lambert.

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Sobre la firma

Patricia Peiró
Redactora de la sección de Madrid, con el foco en los sucesos y los tribunales. Colabora en La Ventana de la Cadena Ser en una sección sobre crónica negra. Realizó el podcast ‘Igor el ruso: la huida de un asesino’ con Podium Podcast.

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