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Jordi Gracia: “400 años de mito han ocultado al Cervantes más humano”

El ensayista rescata en su obra al Cervantes real, al que fue soldado, cautivo, sufrió un desahucio y le gustaba el juego

Víctor Usón
Jordi Gracia en el Festival Cervantino.
Jordi Gracia en el Festival Cervantino. Carlos Juica

Jordi Gracia ha enloquecido con tanto Miguel de Cervantes. Así lo reconoce él mismo en el prólogo de su última obra, una biografía sobre el dramaturgo y novelista castellano en la que rescata su lado más humano. “En los dos últimos años he convivido con él, mi mujer y mis tres hijos”, admite entre risas. Recupera al hombre que estuvo preso, sufrió un desahucio, trabajó para lo que hoy sería el Cobrador del Frac y quiso conocer las tabernas de juego y las ventas de prostitución. Trata de retratar la vida real de un escritor “valiente e íntegro pero que no fue perfecto. Miente cada dos por tres”.

Ensayista y profesor de la Universidad de Barcelona, Gracia llega a México para unirse en el Festival Cervantino al mayor homenaje que se le está haciendo al autor de El Quijote por el 400 aniversario de su muerte. Retrata en este certamen a un escritor que transformó la novela, el humor y acabó por “inventarnos como sujetos modernos”. Describe al Cervantes de a pie y al que también fue soldado y estuvo en cautiverio. "Su vida fue la de un guerrillero de la fe católica", asegura.

Pregunta. ¿Humaniza esta biografía a Cervantes?

Respuesta. Desde luego. Es intentar quitarle de encima las aparentes certidumbres y las convicciones absolutas. Despojarle de todo ello para recuperar al Cervantes que fue soldado y cautivo, que tuvo un lío con una señora y al cabo de seis meses se casó con otra. Rescatar al escritor real. 400 años de historia y de mito han estropeado la posibilidad de recuperar a un sujeto muy humano, muy normal en las circunstancias de su tiempo histórico. No fue nada excepcional, excepto moralmente.

P. ¿Qué tenía su moral de excepcional?

R. Niega la simplificación banal de buenos y malos y comienza a pensar como lo hacemos actualmente. Nos inventa como sujetos modernos a través de El Quijote.

P. ¿Llegó a ser consciente de ello?

Cervantes nos inventa como sujetos modernos

R. Muere sin ser consciente de ello pero sí sabe que ha hecho un experimento tan extravagante que ha conseguido aliar a todo tipo de lectores a favor de su libro. Con la excepción de los académicos, los soberbios, los solemnes, los que dicen saber cómo se hace la literatura.

P. Antes de ser un escritor transformador, Cervantes fue un autor de la corte ¿Qué provocó ese cambio?

R. La madurez y la experiencia vital. Cuando vuelve de Argel tiene un perfil totalmente convencional. Es alguien a quien le gustan los libros y las letras pero también las armas. Encarna el modelo de caballero perfecto. Como Garcilaso de la Vega es soldado y poeta. Entonces intenta convertirse en un miembro más del entorno literario de la corte. Pero también en ese momento está más cerca de la gente común, los golfos, las putas, los jueces tramposos. Es ahí donde se empieza a fraguar una nueva conciencia, se percata de que el mundo es más complicado de lo que creía y que el único modo de contarlo es la ficción. Conoce directamente las tabernas de juego y las ventas de prostitución.

P. ¿Cómo definiría la vida de Cervantes?

R. Es la vida de un guerrillero de la fe católica. Es un hombre convencido de ir a Lepanto, que cree en la necesidad de usar las armas para imponer la religión. Hace obras de teatro con un claro componente político y social a favor del imperio y la fe.

La de Cervantes es la vida de un guerrillero de la fe católica

P. Pero no fue una vida muy modélica…

R. Fue valiente e íntegro, pero no fue perfecto. Mentía cada dos por tres, jugaba a las cartas...

P. Transformó la novela en una época en la que estaba presente el olor a chamusquina que dejaban las hogueras de la inquisición ¿Cómo lo logró?

R. Y de hecho las llegó a oler. Con cinco años, su padre entra en la cárcel y les vacían la casa. Sufre un desahucio como los que se hacen actualmente. Evita la censura haciendo uso del recurso del humor, que es el mejor instrumento para hablar con libertad. Además Cervantes no se mete con la inquisición, aunque critique a los eclesiásticos que hablan de lo que no saben.

P. Esta es su tercera biografía tras la de José Ortega y Gasset y la de Dionisio Ridruejo ¿Quién sera el próximo en protagonizar uno de tus libros?

R. Lo próximo no será exactamente una biografía. Será una apología crítica de la transición con Javier Pradera como hilo rojo de la reeducación democrática del antifranquismo en España.

P. ¿Por qué eligió a Javier Pradera?

R. Fue uno de los personajes capitales en la reconstrucción del pensamiento democrático. Estuvo siempre trabajando por ello en la sombra.

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Sobre la firma

Víctor Usón
Es redactor de EL PAÍS desde 2015. Trabajó en la delegación del periódico en México durante cuatro años y anteriormente estuvo en las agencias Europa Press y DPA. Es licenciado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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