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El sentimiento latino que habita en Madrid

Los migrantes mantienen sus bailes y costumbres en la capital española

La asociación Arte y Tradición baila una danza tradicional peruana.
La asociación Arte y Tradición baila una danza tradicional peruana.Casa América

Suena un vals, extraño a oídos europeos, tocado con guitarra criolla y cajón. Las bailarinas, lejos de mantener una postura juncal, bambolean suavemente las caderas al salir al escenario. Los vestidos, rojo vino, evocan a los que las europeas lucían cuando el ritmo de tres por cuatro llegó a Lima para fraguar, años después, el vals peruano que el festival Ritmos de América trae a Madrid con motivo del día de la Hispanidad. Organizado por Casa América, el evento muestra cómo gran parte de los más de 160.000 latinos de la capital —según el padrón municipal— mantienen vivas sus raíces.

Valses peruanos interpretados por el famoso trío Los Panchos.

“Perú es muy diverso. Tiene tres regiones: sierra, costa y selva. Nosotros vamos a representar básicamente la costa y la selva”, explica Cristian Guardia, uno de los bailarines de la asociación Llaqta Perú que, junto a Arte y Tradición, escenifican su folclore en la primera jornada del festival en el auditorio del Museo Reina Sofía, donde bailan otras 11 asociaciones el fin de semana del 8 y 9 de octubre.

Los miembros de estos grupos culturales dedican sus días de descanso a ensayar los bailes de sus países, pero no lo hacen por dinero. “No cobro por los talleres [de baile]. Lo hacemos por ocio, no por ánimo de lucro”, afirma Milagros Turín, coordinadora de Llaqta Perú. Turín, de 30 años, llegó con 13 a Madrid, donde ya vivía parte de su familia. A través de ellos conoció, además de Llaqta, la hermandad del Señor de los Milagros. Realizar procesiones y misas para celebrar sus fiestas religiosas es otra forma en la que los peruanos, sexta nacionalidad latina más numerosa en la capital (14.945 empadronados), mantienen sus tradiciones.

“En sus inicios, Llaqta Perú [creado en Madrid en 1995] enseñaba también quechua o historia del Perú para los niños. Pero hoy solo hacemos talleres de danzas”, explica Turín que, al llevar más años fuera de su país que en él, asegura ser de “una generación que ya no sabe de dónde es”. Un caso parecido al de Laura Villarroel, de 26 años, que vive en la capital desde los seis. Esta boliviana conoció los bailes típicos de su tierra en un pasacalles que celebraba una fiesta nacional en Madrid. Le encantaron y se sumó a la Fraternidad Folklórica y Cultural Caporales Universitarios de San Simón filial Madrid, que los representa en Ritmos de América. Villarroel explica que los enormes cascabeles que adornan los costados de los pantalones de los bailarines simbolizan las cadenas de los esclavos negros.

La Fraternidad de San Simón es la asociación que más niños congrega en el escenario del Reina Sofía. Algunos migrantes pasan el relevo de la tradición a sus hijos. “Muchos padres vienen y nos preguntan si tenemos talleres para niños”, afirma Turín, de Llaqta Perú. Otras veces, son los propios hijos los que se interesan. En el evento de Casa América hay hasta adolescentes. Algo inusual, ya que el folclore latinoamericano no está entre la lista de éxitos de los jóvenes, como pasa con el reguetón o la salsa. Los movimientos atléticos de los chicos en los caporales, que recuerdan a una lucha, favorecen esa popularidad.

Bajo los mismos focos, pone también su acento México. Cada Estado de este país tiene bailes, trajes y música propios, según explica Araceli Roldán, de la asociación Nahui Ollín. Este grupo, que ha participado en ediciones anteriores del festival, trae este año los ritmos de Jalisco que, con sus trajes típicos de charro y el particular sonido de sus instrumentos de cuerda y viento, son los más conocidos dentro y fuera del país. Los vestidos de las bailarinas imitan al de las guerreras de la revolución mexicana las adelitas. Todo hecho a mano y traído de México. “A veces compramos los materiales para los complementos y los hacemos nosotros. Pero los trajes vienen todos de allá”, explica Roldán. Un aporte más de historia y cultura que exportan al emigrar.

La asociación Nahui Ollín interpreta una conocida canción tradicional del Estado de Jalisco.

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