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Ecuador se apunta al Oscar con un drama social

El filme 'Sin muertos no hay carnaval' de Sebastián Cordero es seleccionado como representante del país andino para los premios de la Academia

Fotograma de 'Sin muertos no hay carnaval'.
Fotograma de 'Sin muertos no hay carnaval'.

El realismo social del cineasta ecuatoriano Sebastián Cordero probará suerte en los Oscar. La película Sin muertos no hay carnaval, que lleva a la pantalla un conflicto de tierras y las relaciones de poder en la ciudad de Guayaquil, ha sido seleccionada como la candidata de Ecuador para los premios de la Academia. Siete representantes de la comunidad cinematográfica de Ecuador votaron por el filme que todavía está en la cartelera del país andino.

Sin embargo, el filme de Cordero, que se estrenó en septiembre, no ha sido muy popular a nivel interno. La asistencia no ha superado los 50.000 espectadores, algo muy bajo si se tiene en cuenta que las películas ecuatorianas más vistas están sobre los 250.000. “Es preocupante la relación del público ecuatoriano con el cine local, en otros momentos la gente respondía muchísimo a películas hechas en Ecuador. No sé si sea la crisis, el esquema de los tiempos en pantalla o la competencia con otras películas”, dice Cordero.

Andrés Crespo, dueño de la idea original de Sin muertos no hay carnaval y actor de la cinta, aventura una explicación para la baja asistencia: “Es una película un poco dura, no es un tema precisamente familiar”. Añade que la virtud de la película es la estructura clásica que tiene: “Me parece una película de los 70, esa cualidad medio retro que la hace poderosa y creo que es muy adecuado para contar el reflejo de una ciudad relativamente pequeña, es como tratar de envolver y narrar las relaciones de poder de una ciudad pequeña”.

Cordero coincide con el actor y siente que el filme, por su estructura, podría caer en gracia en Estados Unidos. “Es muy clásica, con personajes fuertes y complejos, y siento que podría ser muy bien recibida” dice el cineasta ecuatoriano formado en ese país, pero igualmente se muestra cauto. “Este año es bastante reñido, hay varias postulaciones muy fuertes de Hispanoamérica: está Julieta, de Almodóvar; Neruda, de Larraín; la venezolana de Lorenzo Bigas, Desde allá y varias más”.

Al margen de los resultados finales, Cordero expresa estar “muy contento” con la postulación y pone los pies sobre la tierra. “Siento que puede ayudar mucho a la película, a darle más exposición a nivel nacional e internacional, pero es importante poner las cosas en perspectiva, esta es la primera etapa, cada país postula a su candidato más fuerte”, dice.

No es la primera vez que Ecuador elige una película de Cordero. En 2004 corrió la carrera de los Oscar con Crónicas. “Nos fue bien, hubo distribución en Estados Unidos, llegamos al shortlist, que es la lista de nueve películas antes de las nominaciones finales", cuenta. Cordero es uno de los más prestigiosos cineastas ecuatorianos contemporáneos, debutó en el cine con la película Ratas, ratones, rateros en 1999 y su filmografía registra seis largometrajes. Su obra ha sido exhibida en los festivales de Cannes, Sundance, San Sebastián, Buenos Aires y La Habana, entre otros. Su cinta Rabia ganó en 2010 la Biznaga de Oro al mejor largometraje en el XIII Festival de Cine de Málaga.

Ecuador no había presentado ninguna candidatura para los Oscar desde 2014 aún cuando el promedio anual de películas supera la decena. Pero este año, con la creación de la Academia de las Artes Audiovisuales y Cinematográficas del Ecuador, que nace con vocación de permanencia, se ha corregido esto. Actualmente incluso un comité de la Academia local decide qué película participará en la carrera de los Goya.

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