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Gael García Bernal, mascarón de proa del cine latino

El actor mexicano protagoniza 'Neruda', recibe el galardón Jaeger-LeCoultre y presenta la tercera edición de los premios Fénix

Gregorio Belinchón
El director Pablo Larraín y el actor Gael García Bernal en San Sebastián.
El director Pablo Larraín y el actor Gael García Bernal en San Sebastián.Javier Hernández Juantegui

El arranque del festival de San Sebastián ha girado en torno a Gael García Bernal (Guadalajara, 1978). El actor, director y productor ha defendido en la sección Perlas Neruda, de Pablo Larraín, ha recibido el premio Jaeger-LeCoultre al cine latino, que se ha entregado por primera vez (una de las novedades del certamen), y ha presentado hoy lunes la próxima edición de los Premios Fénix, de cuyo motor impulsor forma parte. Lo que le ha servido para reflexionar sobre las múltiples facetas de su vida artística. "Me divierto mucho. A mí lo que más me divierte es ser padre, el idealismo que te asalta tras la paternidad. ¿El resto de mis trabajos? Creo que suenan más grandilocuentes de lo que realmente son. Todavía me da abasto el día. La clave es no ver tele. Yo, al menos no me engancho a ninguna serie".

En Neruda encarna al policía Óscar Peluchonneau, el más ficcionado de los personajes reales que aparecen en el filme de Larraín que se estrena este próximo viernes. Con su bigotito, con un terno ocre y sus suaves maneras, el Peluchonneau de García Bernal es un pobre hombre ansioso de alcanzar el reconocimiento, de llegar a ser leyenda... algo que le acerca a su objetivo: Peluchonneau dirige el contingente policial que intenta cazar al futuro premio Nobel, que en ese 1949 ya era gloria nacional y un senador comunista en busca y captura. Allá donde pasa Neruda, aparece el bigotillo de Peluchonneau... dos días más tarde. "El bigote fue una idea mía, que aceptó Pablo. Ese añadido fue muy importante. Cuando empecé a ahondar en el personaje, a construir desde el guion supe que eso añadiría mucho a la parte teatral. Además, tuvimos tiempos para ensayos y para que Pablo aceptara el bigote. Lo cierto es que muchos directores no aceptan propuestas de los actores, sin darse cuenta de que somos nosotros quienes tomamos decisiones constantemente sobre nuestros personajes. En teatro puede que se note más esa labor clandestina entre los intérpretes". El bigotillo provoca incluso a cualquier espectador chileno y español un retrogusto a fascismo. "Efectivamente, y eso explica cómo no llega la poesía de Neruda. No les cala esa sensación de amor, fraternidad, humanidad, y son justo las personas que más lo necesitan".

Un mercado único y un mismo amor

Gael García Bernal es uno de los impulsores de los premios Fénix, que otorga la asociación Cinema23. "El nombre suma los 22 países del área latinoamericana, incluidos España y Portugal, y la suma final reconoce a toda la gente latina que trabaja en el resto del mundo", cuenta Ricardo Giraldo, director de la asociación. "Nació de una borrachera, como tantas cosas buenas", apunta a su lado García Bernal. "Nos preguntábamos: ¿por qué nuestras películas no se ven en nuestros países? Así que decidimos involucrar a un montón de gente que ame el cine latino tanto como nosotros, que quisiera festejar esa pasión. Y a la vez que luchara codo con codo con mejorar la distribución, la visibilidad de estos filmes en los países latinos".

Para el actor, falta más unión. "Tenemos que juntarnos más, luchar por generar una industria y una comunidad". Y no solo con premios. Cinema23 ya edita una colección de publicaciones con guiones de rodaje, ensayos, conversaciones entre cineastas y memorias. Realiza proyecciones de las películas candidatas y crea espacios para encuentros de cineastas. "El 28 de septiembre se anunciarán las nominaciones, y los galardones se entregarán el 7 de diciembre", cuenta Giraldo. Los 750 integrantes de la asociación participan de diversas maneras en las cribas, que empezó con 790 títulos, está ahora en 83 "y finalmente las candidaturas se repartirán entre 20 y 30". Ante su posible choque en intenciones con los Premios Platino, el actor asegura que hay sitio para todos. "Pero yo sí puedo decir que para los actores estos son nuestros premios".

Peluchonneau es un bastardo. "Ese pasado de desprecio le empuja al ansia de hacerse un nombre atrapando al senador en fuga. A la par hay un poeta queriéndose hacer un nombre escapando de la policía. Como los westerns, perseguidor y perseguido se funden en un único personaje. Para mí es conmovedor el malabar pirotécnico de Pablo para que la película cale. La poesía en cine no suele funcionar, no pega. Pastel con pastel. Mala idea". Larraín y García Bernal ya colaboraron en No y encontraron un truco para explicar el acento chileno-mexicano del personaje. Ahora el acento es chileno puro. "Me gustan los acentos porque son máscaras que sirven para que respires, andes, te muevas de forma distinta. Ya eres el personaje. Y este caso es un personaje que cree que hay una cámara siempre viéndole: se toma muy en serio y a la vez quiere salir en la foto bien".

García Bernal sigue con su productora Canana (que comparte con Diego Luna y Pablo Cruz) a pleno rendimiento, continúa grabando la serie Mozart in the jungle en Nueva York (ya llevan tres temporadas) y es parte de la maquinaria fundacional de los premios Fénix, que galardonan el cine latinoamericano. Se sabe cara visible del cine latino y por ello, cuando recogió el galardón Jaeger-LeCoultre leyó el poema América no invoco tu nombre en vano, de Neruda. "Dediqué el galardón al acto fraterno del bien común y desde luego al cine latino. Últimamente me da por reflexionar mucho, pero me parece que aún estoy verde, que me queda carrera. Aunque con el galardón en la mano, ¿sabes de lo que realmente me acordé? De la primera vez que vine aquí, con Amores perros. Después con Y tu mamá también al año siguiente. Ah, y volví con la de Fito Páez [Vidas privadas]. Con Diego he estado, ay, ya no me acuerdo. Va, al final me emociono". Larraín se cuela en la charla y le echa en cara que no le agradezca ser el director que le trae de vuelta a Donostia. El mexicano echa a reír: "Por eso me gusta tanto trabajar con gente que ya conozco, adoro repetir".

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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