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‘Diario de un nómada’ pone rumbo a África

La nueva entrega de la serie de aventuras se estrena este domingo en La 2

Miquel Silvestre, durante el rodaje de la cuarta temporada de 'Diario de un nómada'.

El explorador y escritor Miquel Silvestre regresa a La 2 con la cuarta temporada de Diario de un nómada: Destino Dakar. La nueva entrega recorre los países de Marruecos, el Sáhara Occidental, Mauritania y Senegal con el objetivo de mostrar "una versión amable de África, muy diferente de la que se ve en los medios", asegura Miquel Silvestre a EL PAÍS. "Quiero ofrecer un espectáculo en el que el público viva esta gran experiencia y pueda sentir que viaja conmigo". La nueva etapa de la serie consta de 13 episodios y se estrena el domingo 18 de septiembre a las 19.00.

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“En 2009 estuve por Mauritania en un tiempo en el que el país estaba afectado por el terrorismo. Recuerdo que un grupo de españoles fue secuestrado por yihadistas, y el Gobierno estaba negociando con los secuestradores. Yo me quedé sin combustible en medio de la zona de actividad de los terroristas y, bueno, ahí pasé mucho miedo”, recuerda Silvestre. Aquella experiencia hizo que el motero optara por regresar al continente africano para demostrar que "la gente en otros países es mucho mejor de lo que nos cuenta la televisión". Uno de los objetivos que se ha planteado Silvestre con la nueva temporada de la serie es desmitificar los estereotipos sobre África para mostrar el lado amable, franco y honesto de los africanos.

Silvestre y dos cámaras que viajan en un todoterreno son toda la producción que tiene detrás Diario de un nómada. Los tres realizan jornadas de 18 horas a contrarreloj, duermen en las mismas habitaciones, lavan, cocinan y comen juntos. Silvestre ejerce guía, director, guionista, presentador e incluso como psicólogo del grupo. "En un incidente en Mauritania, que no sale en la serie, nos pincharon las gomas del 4x4 y nos vimos rodeados de personas que intentaban acercarse. Vi a mis cámaras bastante nerviosos y ahí les dije: 'tranquilos, intentad disfrutar este momento, porque es algo único que van a vivir y de esto es de lo que trata la aventura", recuerda.

A pesar de las adversidades encontradas en la travesía hacia Dakar, Silvestre confiesa que son precisamente las dificultades las que "hacen que el viaje sea mucho más interesante". "En la serie tuve un momento complicado que es cuando tengo un grave accidente en el Sáhara. Podría haberme pasado algo serio pero, por suerte, no pasó nada", precisa. Este incidente hizo que se quedaran varados durante varios días hasta que pudieron reparar la motocicleta. "A pesar de todo, este no ha sido un viaje especialmente difícil si lo comparo a otros que he realizado, como el de Sudamérica. Aunque sí es mucho más complicado al compararlo con el de Europa, por supuesto", matiza. Otros problemas propios del viaje han sido los pasos fronterizos plagados de contratiempos burocráticos, la ausencia de infraestructuras, la falta de repuestos y el mal estado de las carreteras.

Miquel Silvestre, ante la redacción de EL PAÍS.
Miquel Silvestre, ante la redacción de EL PAÍS.Lorena Ruiz

"Para las aventuras se necesitan pocas cosas. En mi caso, una buena moto, una navaja suiza, tapones para los oídos y repelente. Después de eso, lo único que necesitas es curiosidad", enfatiza. La afición por las motocicletas de Silvestre comenzó cuando tenía unos nueve años y su padre le regaló una moto infantil, una Montesa 425. "Me la regalaron cuando hice mi primera comunión. Desde entonces las motocicletas han estado conmigo, ya son parte de mi vida", afirma. En este viaje el explorador usa una BMW R1200 GS, a la que ha bautizado como La gorda. "Solo soy un individuo que le gusta viajar a sitios para conocerse a sí mismo y alejarse de las multitudes y las masas, y para este fin las motos se han convertido en mi vehículo de escape", defiende Silvestre.

Una vida de aventuras

La vida de aventurero de Miquel Silvestre comenzó en 2008 cuando decidió tomarse una excedencia de su trabajo como registrador de la propiedad. Este período lo utilizó para dedicarse a viajar, escribir y estudiar inglés. "Lo que sucedió es que empecé a redactar reportajes de viaje, y me fue bien. A partir de ese punto la vida paulatinamente me facilitó el camino", añade. El aventurero escribió reportajes para EL VIAJERO (suplemento de EL PAÍS), redactó libros de sus viajes y recopiló sus aventuras en su propio canal de YouTube. Más tarde TVE le abriría las puertas para realizar una serie de televisión que se convertiría en Diario de un nómada. "Me di cuenta de que podía vivir mientras viajaba y me sentía más a gusto viajando que quedándome en una oficina que lo único que me daba era dinero. Me acostumbré a gastar y vivir con el dinero que ganaba, así que me dije a mí mismo, ¿para qué volver?".

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