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El Rey Midas del cine italiano

Stefano Sollima, conocido por la serie ‘Gomorra’, acumula éxitos filmando el crimen Ahora estrena la película ‘Suburra’ antes de saltar a Hollywood

Tommaso Koch

Suburra era uno de los peores barrios de la antigua Roma. Entre burdeles y callejuelas oscuras, malvivían plebeyos, gladiadores y prostitutas que Plauto tachó de “deshechos con perfumes vulgares”. Aunque las sombras de Suburra también amparaban encuentros clandestinos entre senadores, criminales y marchantes. Parte del destino de Roma se cocinaba en su agujero negro. En lugar de aquel vertedero surge hoy Monti, una de las zonas más apreciadas de la ciudad. Pero el poder sigue flirteando con la corrupción. Y hay políticos, mafiosos y hasta religiosos que continúan tejiendo juntos los hilos de Italia. De eso tratan el libro Suburra, de Giancarlo de Cataldo y Carlo Bonini, y su adaptación al cine, que Stefano Sollima estrenó el viernes en España.

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El apellido del cineasta (Roma, 1966) no sonará como el de Sorrentino o Moretti, pero tal vez pronto lo haga. Su currículo da fe de una década de ascenso vertiginoso: rodó la serie Roma Criminal (se vio en Canal +), la película A.C.A.B. y, sobre todo, Gomorra. Nunca una serie italiana –inspirada en el libro de Roberto Saviano- había generado tanta audiencia y ventas internacionales. Hollywood olió la oportunidad y ofreció a Sollima un gran trampolín: dirigirá Soldato, una nueva película con los protagonistas de Sicario, de Dennis Villenueve. A la vez, Suburra se convertirá en una serie, disponible en 2017 en Netflix.

Aparte del éxito, el italiano sigue otra constante: rueda noirs de estética cuidada sobre criminales y tiroteos, donde muere incluso la esperanza. “Contar el mal es una herramienta de investigación interesante. Y hacerlo a través de un cine de género permite mantener alto el entretenimiento y a la vez reflexionar sobre el mundo sin pesadez”, afirma. Sollima, además, busca retratar a los demonios tal y como son, sin el atractivo de Vito Corleone o Tony Montana. Fue el mérito principal de la serie Gomorra, según Saviano. “Era el gran desafío. Se habla de un problema real y cotidiano, así que buscamos un punto de vista lo más objetivo posible. Un capítulo se ve desde los ojos del protagonista y tal vez empatices con él pero llega otro, centrado en el niño al que quiere asesinar, y todo cambia”, asegura el director.

Stefano Sollima, durante el rodaje de 'Suburra'.
Stefano Sollima, durante el rodaje de 'Suburra'.EMANUELA SCARPA

Los malos de Suburra tampoco tienen glamur. Se mueven entre lo patético y lo repugnante. Un líder criminal venido a menos, dos aprendices de delincuentes o un político dado a drogas y festines se mezclan en una Roma al borde del abismo, donde el dinero del Vaticano contribuye a perpetuar el mal. “Es una observación de la realidad, transfigurada en clave novelada. Se basa en el lado oscuro de los personajes y la ciudad. Roma no es así, pero es también así”, defiende Sollima. Ciertos contactos con la actualidad son evidentes: el filme incluye a un papa a punto de renunciar y gira en torno al 12 de noviembre de 2011, que en la ficción es “el apocalipsis” y en la realidad fue el día que Berlusconi dejó la presidencia del Gobierno. Y, mientras Suburra se rodaba, salió a la luz el escándalo de Mafia Capital, las infiltraciones criminales en Roma que llevaron a la dimisión del alcalde y a un caos que aún hace estragos.

Sombríos serán también sus futuros protagonistas. En noviembre, Sollima se pondrá tras la cámara para Soldato. El director desmiente que sea una secuela de Sicario: “Mantiene los personajes de Benicio del Toro y Josh Brolin, pero no tiene ninguna conexión narrativa o emotiva”. ¿Qué le impactó al fichar para Hollywood? “El presupuesto. Trabajas sabiendo que tu película llegará a todo el planeta. Aunque la diferencia con Europa no es tan exagerada: no tenemos un sistema industrial comparable, pero sí casos sueltos de producción a un nivel muy elevado”.

En realidad, Sollima siempre ha aspirado a hablar al mundo: “El cine está destinado a un público amplio. Yo me crié en los setenta con películas que no temían confrontarse con el escenario internacional. Quiero contar un universo preciso, pero con criterios de narración universal. Tenemos actores, guionistas o montadores que contratan en todo el planeta. Entonces, ¿por qué no podemos hacerlo nosotros?”.

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Sobre la firma

Tommaso Koch
Redactor de Cultura. Se dedica a temas de cine, cómics, derechos de autor, política cultural, literatura y videojuegos, además de casos judiciales que tengan que ver con el sector artístico. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Roma Tre y Máster de periodismo de El País. Nació en Roma, pero hace tiempo que se considera itañol.

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