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‘Mares’ navega el mar de Alborán

La serie de aventuras se emite en DMAX los lunes

Telmo Aldaz de la Quadra-Salcedo rema durante una demostración de la pesca en Jábegas en Málaga.
Telmo Aldaz de la Quadra-Salcedo rema durante una demostración de la pesca en Jábegas en Málaga.Ana Bautista

Telmo Aldaz de la Quadra-Salcedo navega en la segunda temporada de Mares (los lunes en DMAX) por el mar de Alborán junto a su compañero Pepe en búsqueda de las historias de las personas cuyas vidas están estrechamente ligadas al mar. "La mayor diferencia con la primera entrega es que ahora contamos las historias desde un punto de vista humano, de las personas que viven del mar y se juegan la vida cada día para llevar los garbanzos a su casa", afirma De la Quadra-Salcedo a EL PAÍS.

"Esto no es algo de Hollywood y decir que soy el mejor, el más fuerte o el más guapo. Solo soy el interlocutor entre las historias que presentamos y el televidente", asevera, y destaca algunas de las profesiones que se ven en esta temporada: pescadores, buceadores dedicados a reparar infraestructura marina, estibadores portuarios, vendedores de espetos e incluso aquellos que se dedican a preservar el legado marítimo español como es la pesca en jábega. “En este programa tenemos un objetivo, y es dignificar y dar el valor que realmente merecen los trabajos del mar”, puntualiza.

La pesca en jábega, presentada por la Asociación del remo tradicional y la Asociación de pescadores del litoral del este, es uno de los legados marítimos de España que de la Quadra-Salcedo presenta en el programa. Esta técnica que data del siglo XV, consiste en una embarcación a remos de 7 a 15 tripulantes y un timonero, que calan una red de 100 metros o más mientras se deja uno de los cabos en tierra. El bote navega en semicírculo y retorna a tierra lejos del punto de partida y lo acompaña el arrastre de la red y la captura de la pesca. La práctica comercial fue prohibida en la década de los setenta por las adversidades que causaba al medioambiente al emplearse en gran escala. "Siempre se ha dicho que en España se vive de espalda al mar, pero no lo creo. El país fue una de las grandes potencias marítimas", defiende. 

Telmo Aldaz de la Quadra-Salcedo navega el litoral de Málaga en una Jábega.
Telmo Aldaz de la Quadra-Salcedo navega el litoral de Málaga en una Jábega.Ana Bautista

En la travesía realizada en la serie, se recorren las localidades de Cádiz, Chipiona, islote de Sancti Petri, Cabo San Lucas, Ceuta, Estepona, Benalmádena, Fuengirola, Puerto Banús, Marbella, Málaga y Almería. "Ha sido un viaje etnográfico, histórico y periodístico. Ahora, con todas las dificultades que te puedas imaginar", señala. Ambos aventureros se han enfrentado a temporales, vientos del levante y temperaturas heladas, pero el más difícil de todos ha sido ganarse la confianza de las personas que se ganan la vida en el mar. "Tienes tíos que tienen más de 30 años pescando pulpo en las condiciones más extremas y tienen su modo de vida amenazado. Con pocas ofertas de trabajo, pesca limitadas y oficios localizados; donde la contaminación y el turismo -aunque traiga muchas cosas buenas- hace sus estragos, debes ganarte la confianza de ellos y demostrarles que vas a respetar sus profesiones, las cuales muchas veces las pasamos por alto", enfatiza.

El presentador Telmo Aldaz de la Quadra-Salcedo es un aventurero que sigue el linaje familiar de su tío, el fenecido periodista Miguel de la Quadra-Salcedo, creador del programa educativo y cultural estudiantil la Ruta Quetzal. De la Quadra-Salcedo (sobrino) recorrió el estrecho de Gibraltar en la primera entrega de la serie y ha explorado países como Francia, Marruecos, Mauritania, Senegal, Mali, Honduras, Haití y República Dominicana por cuenta propia. Una de sus primeras hazañas fue cruzar el Atlántico en 1992 en una travesía conmemorativa del 500 aniversario del viaje de Cristóbal Colón en 1492. "Llegamos a Santo Domingo 12 personas al borde del escorbuto, no teníamos vitamina C, que si una señora de 90 años nos daba con un palo nos hubiera matado. Pero la gente nos acogió, nos dio de beber, posada, cobijo. Al final de eso se trata navegar los mares, de convertirse en un encuentro de personas donde todos podamos aprender algo", concluye.

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