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CRÍTICA | CERCA DE TU CASA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Balada triste de un desahucio

El guion está lleno de frases hechas, con la novedad de que algunas de ellas están puestas en boca de personajes insospechados

Javier Ocaña
Sílvia Pérez Cruz, en el centro, en una imagen de 'Cerca de tu casa'.
Sílvia Pérez Cruz, en el centro, en una imagen de 'Cerca de tu casa'.

Un musical sobre los desahucios. Dicho así, parece un sacrilegio. El género festivo por excelencia, junto a uno de los dramas cotidianos contemporáneos. Y, sin embargo, no será Cerca de tu casa el primer musical triste de la historia. Los hay, en la línea de la película de Eduard Cortés, sobre reivindicaciones sociales y huelgas (Una habitación en la ciudad, de Jacques Demy), sobre el absurdo de la guerra (Hair, de Milos Forman), sobre la dicotomía entre amor y arte (Las zapatillas rojas, de Powell y Pressburger), e incluso sobre la ceguera y la pena de muerte (Bailar en la oscuridad, de Lars von Trier). Lo primordial es que las notas musicales, las canciones y hasta los bailes, que de todo ello hay en la película, encajen en el tono del relato. Y ahí, con coreografías de Sol Picó, las composiciones de Sílvia Pérez Cruz, también protagonista interpretativa, se revisten de delicadeza, invitan al llanto, llegan a decir sus admiradores.

CERCA DE TU CASA

Dirección: Eduard Cortés.

Intérpretes: Sílvia Pérez Cruz, Oriol Vila, Adriana Ozores, Iván Massagué, Lluís Homar.

Género: drama. España, 2016.

Duración: 90 minutos.

La secuencia inicial, cantada por un sin techo, ya marca el tono. Es un buen aviso al espectador. Sin embargo, la valentísima apuesta del director de La vida de nadie, casi suicida, y eso es bueno entre tanto cine precocinado y predigerido, navega por aguas turbulentas. Las del autor que, por un lado, intenta evitar el maniqueísmo y, por otro, posee un compromiso social tan evidente que le hace caer en el lugar común y en el panfleto. El guion de Cortés y Piti Español está lleno de frases hechas, con la novedad de que algunas de ellas están puestas en boca de personajes insospechados, como un impostado requiebro a los principios absolutos, caso de esa "¡Que paguen su hipoteca, como todos! ¿Para qué la firmaron entonces?", pronunciada no por un banquero sino por la limpiadora del banco.

Por un lado, se muestran ciertos errores (no hace falta ser clarividente para saber que el personaje del marido lleva toda la vida equivocándose en materia laboral, y que lo va a seguir haciendo), pero por otro se eluden reflexiones mayores, tanto del lado ejecutor como del ejecutado del drama, que la saquen del cliché. Cerca de tu casa está muy bien interpretada, y son un gozo la elegante puesta en escena de Cortés y la belleza triste de la fotografía de David Omedes, pero la película viene con las cartas demasiado marcadas, las de su palpable defensa de un enfoque colectivo de las soluciones al problema, y no individual. De hecho, cada vez que alguien toma una decisión por sí solo, la caga. Pero eso, por desgracia, también es la vida.

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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

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