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Senadores

En ‘Alpha House’, cuatro senadores republicanos comparten una casa en Washington. Cuatro tipos diferentes y una actividad común: recaudar fondos para volver a ser reelegidos.

Ángel S. Harguindey

Que un gigante empresarial que basó sus orígenes en la venta de libros on line decidiera hace tres años producir su primera serie de televisión, Alpha House, una sátira inteligente y moderada sobre los profesionales de la política estadounidense, no deja de ser una declaración de principios al alejarse del tremendismo. Fue también la primera serie de la macroempresa que tuvo una segunda temporada. Ahora pueden verse completas en Movistar +.

Cuatro senadores republicanos comparten una casa en Washington. Cuatro tipos diferentes y una actividad común: recaudar fondos para volver a ser reelegidos. Sus jefes de gabinete, sus esposas y sus votantes conforman un microcosmos en el que los problemas cotidianos surgen y se comentan con humor: las bodas gay, el acercamiento a Cuba, la capacidad amatoria del latin lover de origen cubano que, naturalmente, es senador por Florida, el tiro al plato siempre que el plato tenga la cara de Obama, las asistentas domésticas sin papeles...

Las claves de su moderado éxito son, probablemente, unos diálogos ingeniosos escritos por Garry Trudeau y unos intérpretes espléndidos: John Goodman, Clark Johnson, Matt Malloy y Mark Consuelos. Y si resulta encomiable que Amazon apueste por el talento —en enero del año pasado se conoció el proyecto de Woody Allen de realizar con ellos su primera serie para televisión— tampoco puede extrañar que no alcance cotas inolvidables de audiencia.

Olvídense de cualquier posible adaptación a la realidad española. Para empezar, es mucho más verosímil que un senador español tenga cuatro pisos que cuatro senadores compartan uno. De la recaudación de fondos para las elecciones, aquí habría que acudir más a la picaresca que a los actos sociales y si en Alpha House, por ejemplo, hay un estupendo cameo del senador McCain riéndose de sí mismo, ¿se imaginan a Francisco Camps en un probador de una sastrería de postín?

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