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El cine cristiano prueba suerte en la taquilla ecuatoriana

'Con alas pa' volar' llega a las pantallas locales este viernes con un mensaje moralizante

Fotograma de 'Con alas pa volar'.
Fotograma de 'Con alas pa volar'.

Un melodrama moralizante toma la cartelera ecuatoriana antes de que el verano se extinga. Con alas pa' volar es la historia de una pareja que dedica demasiado tiempo a su trabajo e inicia su proceso de separación. El hijo, aconsejado por su profesor de escuela, hace una y mil peripecias para evitar la ruptura. El director, el ecuatoriano Álex Jácome, dice que la cinta es una película de “principios y valores” cuyo peso recae en la interpretación de Felipe Centeno, un carismático niño de 11 años que se dio a conocer en 2012 en el reality de televisión Pequeños Gigantes. Jácome dice que el papel fue pensado para el menor, al que conoció en otro proyecto y al que no quiso perder de vista.

El guion original fue escrito hace tres años. Posteriormente fue retocado por Julio Román, de Puerto Rico, y el mexicano Arturo Allen (México), ambos conocidos por producciones cristianas. Es quizá por esto que la ópera prima de Jácome se promociona en redes religiosas. El director admite: “Hay principios en la película que tienen que ver con la Biblia, pero viene de una manera natural, no está mostrado de forma religiosa. El niño tiene fe y esperanza de que sus padres sigan juntos y eso es algo que tienen muchos niños, de diferentes religiones y clases sociales”.

Al margen de la moraleja, el filme de hora y media, reunió 1.300 espectadores en su preestreno, algo que no se había visto antes. La película también ha recorrido ciudades secundarias como Riobamba y Ambato, donde habitualmente no se hacen pases previos a los estrenos. Con alas para volar llega a los cines el 19 de agosto y se espera una masiva concurrencia. La expectativa es superar la semana que, en promedio, se mantienen en cartelera las producciones locales.

Con alas pa' volar tiene varios puntos de clímax, lo que rompe con la estructura clásica de presentación, nudo y desenlace. Jácome define el estilo como “escalera” y asegura que el guion fue escrito así para mantener la tensión.

Otro de los retos de la producción es que el público reciba con naturalidad a la familia de afroecuatorianos que protagoniza el filme. Esto pretende romper los estereotipos del cine ecuatoriano, donde los negros solo logran papeles de delincuentes o de personas poco educadas. En la cinta, el padre de familia es piloto y su esposa dirige una empresa de publicidad.

La discriminación no forma parte de la vida cotidiana de esta familia ecuatoriana ficcional. El director admite que no fue fácil dar con Fabio Nieves y Katherine Palma, que encarnan a los padres del niño. Como el menor es negro, los actores debían también serlo. “Ojalá la película sea un estímulo para la integración, para que todo se vea de manera normal”, dice.

La película ha tenido un financiamiento sui géneris. Al proyecto del novel director se sumó un oficial de policía y su esposa, cuya hija también tiene un rol dentro del filme. El proyecto inicialmente no superaba las cinco cifras, pero creció porque se grabó en varias ciudades ecuatorianas y terminó con deudas para los improvisados productores. La buena acogida en los preestrenos les está compensando, al menos eso declara el director. “Las risas pagan todo lo que debo”, dice y se frota las manos para hacer buena taquilla.

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