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LIBROS

Ave del paraíso en medio del páramo

La nueva novela de Elena Poniatowska se centra en la vida de la escritora Lupe Marín, la primera esposa de Diego Rivera. Un documentadísimo retrato del México moderno

Lupe Marín y Frida Kahlo.
Lupe Marín y Frida Kahlo.Colección personal de Frida Kahlo

Tal vez esta novela de Elena Poniatowska sea la más personal, la más apasionada por su protagonista, Lupe Marín, primera esposa del pintor Diego Rivera. Con la precisión de una relojera, nos acerca la mirada a ese México mítico que todavía vibra a través de sus leyendas, ese tiempo que, como lo dijo Enrique Florescano en su Memoria mexicana, se opone al relato histórico tradicional. De ahí que Poniatowska haya elegido una novela y un personaje que tiene de leyenda, de Prieta Mula, como la llamaba Diego Rivera por su piel morena, su porte alto y su portentoso carácter.

La elección de alguien como Lupe Marín (México, 1895-1983) no es casual, es una forma de devolverle a un sector, esencialmente popular, un cuerpo visible, una presencia. En este trabajo enciclopédico, donde avanzamos a través de frutas pulposas, jícamas, pepinos, mangos o aguacates, escuchamos esta voz alta, irreverente, no domesticada por la dominación patriarcal aunque parezca muy masculina (es curioso, esta Lupe de Elena termina mostrando a un Diego Rivera maternal), frugal y excesivamente refinada, como la Francia aristocrática que admira por su manera de vestir y por su cultura. Es el tiempo en que París brilla como un faro y hace soñar a las mujeres que necesitan verse independientes, porque hay algo de madre-Estado en Lupe Marín, quien publicó dos novelas de su relación con Diego Rivera y con el poeta suicida Jorge Cuesta.

Una castración inevitable: a sus hijas, Ruth y Lupe; a su hijo Antonio, con quien el mito materno se trastoca. Lupe, como México, mantiene a sus habitantes bajo sus faldas, sin dejar que crezcan y se vayan de su lado. Es interesante ver también cómo el Estado-nación, que se ha construido a partir de un país mítico puede atravesar el imaginario colectivo, esa subjetividad que convierte a sus personajes en actores, dotados de un histrionismo un tanto diferente de ese andar silencioso y melancólico con el que se suele representar a la población mexicana, un poco como hizo Juan Rulfo en Pedro Páramo. México es también ese mundo obrero y rural que retrata Diego Rivera, comprometido hasta la médula con el socialismo, pero también la soledad contemporánea de Frida Khalo, un México que entra en la modernidad con un pie en el pasado, de la mano de la revolución.

Para Elena Poniatowska la cosa está clara: una figura como Lupe no puede quedarse en el limbo de los personajes olvidados, su reto (hasta el final de su vida ella será la Única) es entrar en la historia con un lenguaje (el suyo no conoce amaneramientos), con una imaginación y una tradición propias. No solo fue compañera de Diego, sino que estuvo rodeada de toda una generación de escritores como Xavier Villarrutia o el José Vasconcelos de La raza cósmica, de poetas y artistas como Tina Modotti. Lupe, exclusiva hasta la neurosis, terminó hundiendo en la melancolía a varias personas, entre ellas, a su segundo marido, Jorge Cuesta. En esa necesidad de completarse, para ser siempre una mujer única y no una copia, la Lupe de esta novela nos sale al frente con un canto de ave del paraíso en medio del páramo.

Dos veces única. Elena Poniatowska. Seix Barral. Barcelona, 2016. 416 páginas. 20 euros


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