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Muere la artista gitana La Terremoto a los 80 años

Dolores Castellón Vargas logró su mayor popularidad con la canción 'Achilipú'

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Dolores Castellón Vargas, de apellidos tan gitanos como su estampa, falleció el domingo en Valencia a los ochenta años debido a complicaciones de la leucemia que padecía. La artista, también conocida como La Terremoto, se ha ido en un día de verano, cerca de medio siglo después de que en otro verano, el de 1971, una canción la colocara en el cenit de la popularidad. Su Achilipú (o A-chi-li-pú), compuesta por ella y su marido, José Castellón, llegó en un momento en el que la rumba catalana imponía su irresistible compás para convertirse en un éxito de los que marcan para siempre, esos que terminan provocando una asociación inmediata entre artista y canción.

Múltiplemente versionada (de Rocío Jurado a Las Grecas pasando por el Gran Combo de Puerto Rico) e imitada desde entonces por esa rumba, detrás de ella se acumulaba una trayectoria de trabajo con una larga serie de discos y espectáculos desde los cincuenta y, especialmente, los sesenta del pasado siglo.

Concretamente, en 1963, un año especialmente fecundo, llega a presentar hasta dos espectáculos, El tío, tío y Caracoles Twist. Se trataba de espectáculos de variedades, donde pervivía el esquema heredado de la ópera flamenca, y en cuyas funciones se anunciaban humoristas, cantantes o ballets.

Sus canciones, en esos espectáculos, que quedaron recogidas en discos EP (Extended Play) de cuatro canciones, hoy día presa codiciada de coleccionistas, podían ir del flamenco a la copla, del bolero al cha-cha-chá, lo que a la postre venía a dar igual. Sobre esas composiciones ella imponía su carácter, su fuerza y temperamento, su gitanería en el cante y en el baile, para terminar haciendo algo tan propio como inclasificable. Que si cantaora o bailaora, que si copla que si flamenco, daba igual, al parecer lo importante era ver a esta artista barcelonesa nacida en 1936.

Quizás esos términos puedan recordar a otra artista también inclasificable, Lola Flores, y a la reseña que sobre ella se le atribuye (nunca se vio el recorte) al New York Times (“No canta, no baila, no se la pierdan”), pero lo que le uniría a la jerezana sería, sin embargo, una célebre canción, A tu vera, de Rafael de León y Juan Solano, que al parecer habían escrito para La Terremoto, pero que terminó popularizando la Faraona. A Dolores, en cualquier caso, no le faltaron coplas, y para ella escribieron, además de los citados, José Antonio Ochaíta y Xandro Valerio. De hecho, dicen que su nombre artístico provenía de las Bulerías de La Terremoto, una de las composiciones del trío Solano-Ochaíta-Valerio para sus primeros espectáculos.

La Terremoto provenía de una amplia familia de artistas, entre los que destacó de forma especial su hermano Enrique, El Príncipe Gitano,con el que iniciaría ella su carrera artística. También hizo carrera otro hermano, Juan Castellón, El Noy y de la misma familia fueron Los Cuatro Vargas. A Dolores Vargas no la retiró el olvido, sino la muerte de su esposo y compañero. Desde entonces vivía en la localidad valenciana de Xirivella, donde falleció.

 

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