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El fantasma era un machista

La película basada en el exitoso filme de los ochenta recibe críticas porque el reparto lo encabezan cuatro mujeres, una de ellas negra

Tommaso Koch

Al espectro que duerme no lo despiertes. En Hollywood, debieron de creerse que era un refrán. Porque, desde 1989, nadie se atrevía a turbar el sueño de Moquete y compañía. Bueno, casi nadie. Dan Aykroyd había intentado desde los noventa resucitar la saga. Sin embargo su propuesta de una tercera entrega tenía un presupuesto que a la sazón daba miedo: 140 millones. Así que pasaron los años y los guiones. Y cuando Sony se convenció, resultó que los cineastas también estaban aterrados. “¿Por qué ninguno de vosotros que hacéis comedias acepta relanzar Los cazafantasmas?”, le soltó Amy Pascal, entonces jefa de la major, a Paul Feig en una comida. El cineasta dudó. Pero finalmente contestó como todos los demás: “Es un clásico y no queremos tocarlo”.

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Siguiente toma. Ni 24 horas después. Feig se despierta y hace lo mismo que cada mañana: un paseo por su barrio para aclararse las ideas. En realidad, solo piensa en la propuesta de Pascal. Lo cierto es que es tentadora. Más aún para alguien que vio y adoró Los cazafantamas la noche de su estreno, allá por 1984. Pero no basta. “Tenía demasiadas preguntas. No podía garantizarme a mí mismo que lo haría bien”, relata. A su rescate acudió, de pronto, “una epifanía”: “Pensé que podía juntar a las mujeres divertidas que conozco. Y que sería otra historia, desde cero”. Así que, 27 años después de su segundo y último filme, Los cazafantasmas recibieron una nueva llamada. En lugar de cuatro chicos, respondieron cuatro chicas. Pero se les pedía lo mismo: encerrar espectros y enamorar al público a base de chistes disparatados.

Desde hoy, la película llega a las salas españolas, con la esperanza de emular aquella obra de culto. Y con el peso, eso sí, de expectaciones más grandes y aterradoras que El Hombre de Malvavisco. Varios medios especializados han definido este remake como el filme más esperado del año y las principales críticas se han dividido entre un feroz suspenso y un tibio aprobado. Pero un amplio frente de enemigos le declaró la guerra a Los cazafantasmas incluso antes de verla. Su primer tráiler fue el avance más despreciado de la historia de YouTube. Y una lluvia de ataques en las redes sociales puso a dura prueba la resistencia del director y el reparto.

Por un lado, que Feig asegura comprender, le echaban en cara la “osadía” de retocar aquel monumento fílmico solo para hacer caja. “Cualquier película de Hollywood busca sacar dinero. Los cazafantasmas original también. Por eso hacen tantos remakes y reboots. Lo que quieren los directivos es que estén el logotipo y el nombre. Pero luego hay un cineasta, que se guía por la creatividad”, responde el director.

Otra corriente de ataques, en cambio, vomitó sobre la película tanto machismo y racismo que la actriz negra Leslie Jones estuvo a punto de abandonar Twitter por el desconcierto. El propio Donald Trump escribió que no entendía por qué ahora los cazafantasmas eran mujeres. ¿Y por qué no? “Recibía odio como si hubiese matado a siete bebés. Es ridículo estar tan cabreados por una película”, asegura Jones. “¿Cómo es posible que la gente todavía se sienta sorprendida u ofendida de que una mujer tenga una parte en un filme?”, añade Melissa McCarthy, otra de las protagonistas.

A Feig incluso le acusaron de aprovechar el feminismo como tirón para vender la película. “Simplemente quieres a las personas mejores para los papeles. Aunque lo cierto es que a las mujeres en Hollywood nunca se les ha dejado interpretar a los personajes clave, sino a la chica que se cabrea con el héroe porque salva el mundo en vez de estar con su familia. ¡Eso, básicamente, es un villano!”, agrega el cineasta. Feig y su reparto se vengaron incluyendo en el metraje algún chiste de última hora sobre la polémica. Y parecen tener ganas de enterrar el asunto y centrarse en lo cinematográfico. Allí, en el fondo, estaban los problemas mayores.

“No hay manera de no sentir la presión. Aunque de cierta manera nos guiaba el hecho de estar tan nerviosos por lo grande que iba a ser. Afrontas cada película con la idea de hacerlo lo mejor que puedas. Pero en este caso más”, agrega Feig. Y probablemente se quede corto. Él mismo cita un estudio según el cual “el 97%” del mundo reconoce el logotipo de Los cazafantasmas. Pero la galería de iconos del filme original es interminable: el coche, la antigua central de bomberos, el doctor Venkman de Bill Murray o la canción de Ray Parker jr. Más en general, el largo se convirtió en 1984 en la comedia más taquillera de la historia y logró un impacto en la memoria colectiva que bien resume una anécdota que compartió Sigourney Weaver: “Tuve un incendio en casa y vinieron los bomberos. Uno de ellos abrió el congelador y dijo: ‘Wow, señora, mejor llame usted a los cazafantasmas”.

¿Cómo afrontar todo ello? Feig optó por una mezcla de presente y pasado. Él mismo coescribió el guion de una nueva trama, parecida, pero que pudiera dar otro rumbo a la franquicia. A la vez, incluyó varios guiños y cameos del reparto de 1984. “Paul quería que respetáramos y honráramos el original. Así que cada día nos explicaba cómo íbamos a hacer algo y daba alguna referencia a la primera película. Tenía mucho cuidado de mantener el mismo tono”, relata Katie McKinnon, otra de las actrices.

De aquella obra Feig conservó también otra idea: apertura total a la improvisación. “Partíamos del guion en la primera toma. Y luego, cada una era distinta”, explica McKinnon. “Todas venimos de la comedia. Y del Saturday Night Live. Eso te enseña a trabajar en equipo”, agrega Kristen Wiig, la cuarta cazafantasmas. Las intérpretes agradecen al director que aceptara rodar cualquier propuesta alternativa. Aunque él lo explica con el sentido común: “Nunca diré: ‘Esa frase es la mejor versión que exista’. Siempre trabajo con gente talentosa, ¿por qué cortaría esa fuente de creatividad? He tenido muchas situaciones en la sala de montaje en la que una solución que me parecía pésima al final era la mejor”.

Tras meses y meses, escogió sus tomas favoritas. Logró un primer corte de cuatro horas y 15 minutos. Y, finalmente, el definitivo, de dos horas, que está en las salas. ¿Y después qué? Rory Bruer, ejecutivo de Sony, ya ha confirmado que habrá una secuela. El estudio se plantea incluso construir un universo, a lo Star Wars, con distintas entregas y spin-offs. Mientras, las ventas de muñecos de la franquicia se han disparado, como confirmó a Variety la compañía Mattel. Puede que haya cazafantasmas para rato. Según Feig, la clave es que son humanos: “Es una película de superhéroes sobre gente normal. No me puedo identificar con un tipo que tumba un edificio y sigue peleando como si nada. Si a un cazafantasma le rompen una pierna, sé que no puede andar”. Pero seguro que intentará levantarse. El público le necesita. Si no, ¿a quién va a llamar?

Todos juntos, de vuelta

Paul Feig sostiene que Los cazafantasmas original fue "un punto de inflexión". "Tenía el elemento espectral, que no se había probado en la comedia. Era divertida y a la vez asustaba y ofrecía grandes efectos especiales". Como él, millones de fans adoraron el filme de Ivan Reitman y las gestas de Dan Aykroyd, Bill Murray, Harold Ramis y Ernie Hudson, que repitieron en Los cazafantasmas II, cinco años más tarde.

Por tanto, era fundamental para el cineasta poder contar con el reparto original, también por el respaldo que supondría para su película. Pese a que Murray siempre se había opuesto a otras secuelas -nunca leyó los guiones y pidió incluso que mataran a su personaje-, finalmente todos aceptaron. Bueno, salvo Rick Moranis, el Maestro de Llaves del original. A Ray Parker jr., por cierto, tampoco le consultó nadie, como dejó claro el propio intérprete de la célebre canción de Los cazafantasmas. Y, de paso, señaló que la nueva versión, de Fall Out Boy, no le entusiasmaba.

Sea como fuere, Feig descartó que los actores retomaran sus antiguos personajes, porque quería una historia ambientada en otro mundo y porque harían sombra a las nuevas protagonistas. Así que optó por cameos. El de Murray fue escrito especialmente para él. Los demás se repartieron otros roles menores -ojo, incluso después de los títulos de crédito-. Hay hasta un busto de bronce que retrata a Harold Ramis, fallecido en 2014. Además, el filme está dedicado a su memoria.

Pero el reparto original también participó en la creación de la nueva Los cazafantasmas. "Estábamos siempre revisando el material con Dan [Aykroyd] e Ivan [Reitman]. Queríamos ser inclusivos en la medida en que un cineasta pueda serlo: en un momento dado tienes que asegurarte de que puedas rodar tu toma autónomamente", asegura Feig. Y Leslie Jones añade: "Nos repetían que confiaban en nosotras e haríamos un gran trabajo. Bill Murray simplemente me dijo: '¡A por ello!".

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Sobre la firma

Tommaso Koch
Redactor de Cultura. Se dedica a temas de cine, cómics, derechos de autor, política cultural, literatura y videojuegos, además de casos judiciales que tengan que ver con el sector artístico. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Roma Tre y Máster de periodismo de El País. Nació en Roma, pero hace tiempo que se considera itañol.

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