_
_
_
_
_
SILLÓN DE OREJAS
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Prostituciones y glotonerías

Entre los autores contemporáneos de novela gráfica más interesantes, desconcertantes y polémicos destaca el canadiense Chester Brown

Manuel Rodríguez Rivero
Viñetas de 'María lloró sobre los pies de Jesús', de Chester Brown.
Viñetas de 'María lloró sobre los pies de Jesús', de Chester Brown.

Entre los autores contemporáneos de novela gráfica más interesantes, desconcertantes y polémicos destaca el canadiense Chester Brown (1960). Autodidacta, se dio a conocer con una serie de minicomics autoeditados que pronto le fueron comprados por la influyente revista Vortex. Brown ha pasado por diferentes etapas, y los aficionados al género tienen la suerte de que casi todas ellas están representadas por álbumes publicados en España con más o menos fortuna editorial: Ed, el payaso feliz (La Cúpula), Nunca me has gustado (Astiberri), El playboy (La Cupula), Louis Riel (La Cúpula) -un interesantísimo biopic gráfico sobre el controvertido líder revolucionario canadiense-, y Pagando por ello (La Cúpula; subtitulado "memorias en cómic de un putero"), una controvertida y radicalísima defensa de la prostitución, son algunos de los títulos que dan cuenta de su evolución gráfica, así como de sus obsesiones temáticas e ideológicas. Brown, originalmente de religión baptista, ha cambiado mucho desde sus comienzos contraculturales e izquierdistas hasta su actual pensamiento libertarista (libertarianism, en inglés), una ideología antiestatalista y extremadamente individualista en la que uno puede encontrarse, simplificando, desde partidarios de las teorías de Hayeck, seguidores de Ayn Rand, admiradores del anarquismo "filosófico" o miembros del ala más radical de Tea Party, hasta izquierdistas acérrimos partidarios de la propiedad privada o de la legalización de las drogas y de la prostitución. Más rompedor en sus ideas que en su técnicas artísticas (dibujo simple y desnudo, buscando siempre lo esencial; diálogos planos), en su último libro María lloró sobre los pies de Jesús, subtitulado Prostitución y obediencia religiosa en la Biblia (La Cúpula), un "álbum" de formato bolsillo de casi 300 páginas (tranquilos: sólo 17`90 euros), Brown ilustra pasajes de la Biblia y los Evangelios para continuar la defensa de la prostitución ya iniciada en Pagando por ello. Para Brown, que incluye en su libro un extenso apéndice de citas y referencias manuscritas que han apuntalado sus tesis, la prostitución no sólo estaba perfectamente tolerada en los antiguos textos sagrados y en los Evangelios, sino que incluso María, la madre de Jesús, fue una prostituta. Particularmente interesantes me han resultado los capítulos sobre Caín y Abel, la Parábola de los talentos o las historias de Betsabé y Rabat.

Gargantúas

Entre los refranes anti-glotonería (en cuya abundancia y contundencia apodíctica ha destacado siempre la paremiología hispana), uno de mis preferidos es el que reza "más mató una cena que curó Avicena". En el caso que me ocupa, y que casi acaba conmigo, no fue precisamente cena lo que hubo, sino un almuerzo en que los comensales -una suficiente representación de miembros de Apelano, la Asociación para elegir libremente al autor de nuestro obituario-, se reunieron para dar por finiquitadas las actividades de este curso, darse fe de vida mutua, y despedirse antes de las vacaciones. Y lo cierto es que, siendo todos de buen saque, nos pasamos tres pueblos, tanto en lo que respecta al chisgueteo como a la manduca. La pantagruélica alifara dio para mucho hablar, aunque tengo que reconocer que el trasiego alcohólico provocó que la sobremesa dialéctica distara mucho de alcanzar la profundidad de un simposio platónico. Y, además, los protagonistas de nuestro particular lectisternio eran Rajoy y la parálisis política de los partidos que dicen representarnos, de modo que nada que ver, por ejemplo, con las disquisiciones de Sócrates, Gorgias y Caliclés (en el Gorgias) acerca de los problemas éticos suscitados por la retórica. Total, que luego me pase la sofocante tarde veraniega -y perdónenme por la información no solicitada-, echando la pota en el excusado de mi horno, quiero decir, de mi casa. De manera que se me ocurre que el refrán podría haber sido en este caso uno que he fabricado para la ocasión: "más matan las copiosas comidas que oro tocó el desgraciado rey Midas", por poner un trasunto mitológico de actuales multimillonarios como don Amancio Ortega, el no menos legendario monarca del país de Zara. Por cierto que me entero de que el único autor de libros que figura en la lista Forbes de celebrities mejor pagadas del planeta es el bestselérico James Patterson que, con sus 95 millones de dólares ganados en 2015 -obtenidos en su mayoría gracias a las novelas protagonizadas por el ex-agente del FBI Alex Cross- vuelve a desbancar a colegas (que ni siquiera aparecen en la lista de este año) como Grisham, King, J.K Rowling o la ya casi olvidada E.L.James. Todo lo anterior, con las digresiones incluidas, viene a (relativo) cuento de dos libros muy diferentes en torno a actividades gastronómicas que han caído en mis manos últimamente. El club de los gourmets (Gallo Nero) es una estupenda y breve fábula satírica del gran Junichiró Tanizaki (1886-1995) en torno a los cinco miembros de un peculiar club de exquisitos hedonistas obsesionados por degustar el plato perfecto; a medida que el lector se adentra en el relato (que me trae a la memoria la película de Marco Ferreri, La gran comilona, 1970) aumenta la atmósfera onírica, hasta que finalmente, los tragones encuentran en un misterioso palacio el secreto del placer gastronómico. El otro libro al que me he refería es El primer bocado (Turner), de la historiadora Bee Wilson (de quien la misma editorial había publicado en 2013 La importancia del tenedor), un entretenidísimo (y riguroso) ensayo acerca de la evolución de los hábitos alimenticios de las personas, en el que se exploran asuntos como por qué a los niños les gustan más unos platos que otros o el modo de cambiar nuestros hábitos alimenticios sin fustigarnos demasiado. Por lo demás, y previendo una posible avalancha de peticiones de admisión, lamento comunicar que Apelano ha decidido cerrar definitivamente el cupo de inscripciones.

Coda

Leo con sobresalto en The Guardian que la editorial británica Hesperus Press publicará en diciembre, décimo aniversario de la condena a muerte de Sadam Hussein, la última novela del dictador iraquí, que ya había sido publicada en otros países (en Japón, por ejemplo) con títulos como El baile del diablo. Algo tiene que tener la literatura para que hasta los dictadores quieran hacerse un huequecito en el superpoblado mundo de los autores. Mussolini ya tuvo ese pecadito de juventud, como lo tuvo Franco con Raza (ediciones Numancia, 1942) la novela-guión que escribió bajo su avatar literario-cinematográfico de Jaime de Andrade. Compruebo que, a pesar de que en Amazon venden una copia por 144 euros, en Iberlibros pueden encontrar todas las que quieran por menos de 30. Ya ven, ni siquiera la nostalgia fascistoide encarece demasiado el vomitivo producto.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_