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La segunda parte del viaje de ‘Marco Polo’

Los nuevos capítulos de la serie de Netflix ahondan en la personalidad de sus protagonistas

El actor Lorenzo Richelmy, en 'Marco Polo'.

El Gran Kan se encuentra con su imperio en lo más alto, pero su primo Kubai se dispone a vengarse y disputarle el poder. Es el punto de partida de la segunda temporada de Marco Polo, la serie de Netflix que sigue las aventuras del joven aventurero italiano en la corte del emperador mongol Kublai Kan. La nueva entrega, disponible ya en su integridad en Netflix, trae renovadas intrigas, traiciones, tramas románticas, espectaculares escenarios y vestuarios y una multitud de épicas escenas de combate.

"En la primera temporada tuvimos que reproducir ese mundo nuevo, la cultura oriental, lo cual era una gran apuesta para una producción estadounidense", explicó el actor italiano Lorenzo Richelmy, protagonista de la serie, en un encuentro de Netflix en París en el que se presentó esta temporada. "Ahora ya lo hemos experimentado, lo conocemos mejor. Teníamos que crear ese mundo y ahora que lo tenemos creado podemos divertirnos con él. Nos damos cuenta también de lo que nos gusta contar al público y lo que no nos gusta, por lo que es una evolución y es cada vez mejor", añadió.

Esta segunda entrega arranca donde acaba la primera y explora otros tres años en la vida del mercader aventurero. Además, profundiza en la psicología de sus protagonistas. "Algunos van a mostrar su lado oscuro. Marco Polo será más hombre, no simplemente un seguidor, el chico asustado que parecía al principio. Tendrá que tomar decisiones y tendrá más confianza en él mismo", avanzó Richelmy.

Sobre todo, aporta sangre nueva con la aparición de nuevos personajes. Destaca la intrigante Lotus, interpretada por Michelle Yeoh, un personaje del pasado del maestro ciego Cien Ojos (al que da vida el experto en artes marciales Tom Wu). "Soy misteriosa, oscura y peligrosa. En realidad, nunca nos decimos nada con Marco Polo, es únicamente lenguaje corporal", indicó la actriz malasia, descubierta por el público como chica Bond en El mañana nunca muere y consagrada en Tigre y dragón, de Ang Lee.

El motivo para la espera entre una y otra entrega —año y medio— reside en la magnitud de la producción, que en su primera temporada contó con un presupuesto de 90 millones de dólares —Netflix no ha comunicado cifras para la segunda—. "Tenemos cinco meses de preparación: tres meses de construcción, porque lo construimos todo, incluidos los barcos, y luego dos meses para poner en forma y preparar a los actores. Después el rodaje, que son seis meses, y luego el montaje", indicó Richelmy. "Es como hacer 10 minipelículas y la calidad de los escenarios es impresionante", añadió Yeoh.

Para ambos, parte de la ambición de la serie es dar a conocer pinceladas de aquel inmenso imperio. "Conocemos a Marco Polo como un mercante y poco más", señaló Richelmy. "Lo que ocurre es que en aquella época hablábamos de los bárbaros mongoles cuando en realidad eran mucho más civilizados que nosotros. En primer lugar, aceptaban las diferentes culturas. Es una locura que no sepamos casi nada sobre ellos. Nuestra historia es mundial y seguimos centrados en lo que ocurrió en nuestro pequeño mundo".

Durante la presentación, Richelmy aprovechó también para explicar el reto que supuso para él aprender inglés, un idioma que desconocía por completo al iniciar esta aventura. "Siendo un actor italiano, cuando vi la oportunidad de hacer algo así, decidí poner toda la energía que tenía en ello. Lo conseguí porque me apasionaba, porque realmente lo quería. Tenía miedo y ganas al mismo tiempo y luché por ello", explicó. "Es lo más difícil que he hecho en mi vida y espero que sirva para abrir la puerta a más jóvenes europeos en las producciones estadounidenses".

Un festival de artes marciales

Las escenas de combate, meticulosamente coreografiadas, ritman las tramas de la serie desde el inicio y siguen haciéndolo en esta segunda entrega. En total, se pueden apreciar unos 70 diferentes tipos de artes marciales. "Hay de muchos lugares, no solo de China. También está Mongolia. Con los mongoles tiene más que ver con la lucha libre y su estilo de combate es más nómada. En la corte China se usan más las artes marciales y es una lucha más refinada con más técnicas y estilos", explicó Michelle Yeoh. "Es un reto pero al mismo tiempo es un buen entrenamiento y tenemos a un equipo de preparación enorme que viene de todas partes del mundo, de Kazajistán a Alemania, de Canadá a China".

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