_
_
_
_
_
CRÍTICA | ANTES DE TI
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un sincerísimo pastel

Cuando alguien acude a ver una película sobre paraplejia, amor y eutanasia sabe a lo que va: básicamente a llorar

Javier Ocaña
Emilia Clarke y Sam Caflin, en 'Antes de tí'.
Emilia Clarke y Sam Caflin, en 'Antes de tí'.

Cuando alguien acude a ver una película sobre paraplejia, amor y eutanasia sabe a lo que va: básicamente a llorar y, en caso de que haya ido en parte obligado pero en buena compañía, a pensarse dos veces la relación. Por eso es básico que este tipo de dramas románticos, al menos, sean sinceros. Y Antes de ti, debut en el largometraje de la hasta ahora realizadora televisiva Thea Sharrock, basado en el best seller de Jojo Moyes, que ha adaptado al cine su propia novela, no miente. Va a por su presumible público con todos los ingredientes en jugosas cantidades: simpatía, delicadeza, cariño, belleza, gusto, dinero y generosidad. O sea, un hartazgo.

ANTES DE TI

Dirección: Thea Sharrock.

Intérpretes: Emilia Clarke, Sam Claflin, Janet McTeer, Charles Dance, Matthew Lewis.

Género: drama. Reino Unido, 2016.

Duración: 110 minutos.

Edimburgo, hermosa ciudad, pocas veces ha salido mejor retratada en el cine. Él, Sam Claflin, parapléjico que busca la muerte, es guapo. Ella, Emilia Clarke, cuidadora excéntrica, bellísimos ojos, luminosa sonrisa, está un par de palmos por encima de lo debido en histrionismo, cuando no era necesario. Hay canciones melosas, una casa de diseño, puestas de sol, cielos estrellados y tormentas de verano. Eso sí, lo que no hay es dolor; se supone que habita por algún recodo, pero nunca se explicita. Y la consecuencia es que vemos a un hombre joven, el clásico misántropo a causa de las consecuencias de un accidente, que quiere morir porque su sufrimiento es atroz. Pero no lo vemos sufrir, porque no hay un solo momento con graves derivaciones de la enfermedad en pantalla, lo que lleva a una enorme distancia entre los deseos de cementerio y la dulzura general de sus últimos días. E incluso en eso, al mentir, la película no engaña: es un pastel que ofrece exactamente lo que ese presumible espectador demanda. Hasta llegar a un desenlace que no desvelaremos, pero que es consecuente con las cuotas de sinceridad y de amabilidad.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_