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En Corto | Cristina Ávila Zesatti

“Me gustaría controlar la memoria y el olvido”

La periodista mexicana Cristina Ávila Zesatti responde al carrusel de preguntas de este periódico

Cecilia Ballesteros

Cristina Ävila Zesatti (Zacatecas, 1972) es una corresponsal de guerra atípica porque ella ha elegido el territorio de la paz. Cansada de que en los grandes medios no aparecieran las historias que ella quería contar, abandonó su trabajo en cadenas como CNN, NBC y Telemundo para crear en 2009 el digital Corresponsal de Paz (www.corresponsaldepaz.org) y acaba de sacar su segundo libro La paz que sí existe (y que el periodismo ignora), Texere Editores, un volumen que recoge 20 historias de esperanza y vida en medio del horror en distintos países.

Cristina Ävila Zesatti.
Cristina Ävila Zesatti.

¿Cuál es el último libro que la hizo reírse a carcajadas?

El año que cambió mi vida, de Lorna Martin, no es una gran obra, pero es divertida.

 ¿Quién es su lector perfecto?

El que está lleno de preguntas, con la mente abierta y el corazón dispuesto.

 ¿Qué libros tiene en su mesa de dormir?

Diario de una Bruja, de Phyllis Curott, y El I ching, el libro de las mutaciones.

¿Algún libro le cambió la vida?

La vieja sirena, de José Luis Sampedro, y La insoportable levedad del ser, de Milán Kundera.

¿Qué crónica le gustaría escribir?

La historia del mundo, vista desde su lado pacífico y la crónica de mis amores (todos fallidos).

¿Alguien a quién le gustaría entrevistar?

A José Saramago y Ryszard Kapuscinski, lástima, ambos se me fueron...

 Sus influencias periodísticas....

Mark Twain, Ryszard Kapuscinski, Janet Malcom, Jon Lee Anderson, Jake Lynch, Nellie Bly,..

¿Junto a quién le gustaría sentarse en una fiesta?

Junto a Adolf Hitler, para saber si de verdad era tan terriblemente encantador. 

¿Qué libro le regalaría a un niño para introducirlo a la literatura? ¿ Y al periodismo?

Corazón: Diario de un niño, de Edmundo de Amicis, para la literatura, y Las aventuras de Tom Sawyer, de Mark Twain, para el periodismo.

¿Cuál es su lugar favorito en el mundo?

Hasta ahora, Madrid, pero sueño con Nepal y Tíbet, y con ver una aurora boreal en Noruega.

¿Qué libro le hubiese gustado haber escrito?

La historia sin fin, de Michael Ende, y La invención de la soledad, de Paul Auster.

Si pudiera adquirir cualquier pintura ¿cuál sería?

El beso de Gustave Klimt o su antítesis: El Guernica, de Picasso.

¿Qué cambiaría de usted misma?

Mi angustia perenne y mi obsesión por las obsesiones.

¿Cuándo fue la última vez que lloró?

Hace dos días. Lloro a menudo, me limpia el alma.

¿Cuándo fue más feliz?

Cuando fui inmigrante ilegal en Europa y lo perdí todo, hasta el rumbo; porque ahí redescubrí toda mi fuerza de vida.

¿Qué la deja sin dormir?

La paz (metida en el periodismo y viceversa).

¿Con quién le gustaría quedar atrapada en un ascensor?

En Grecia, con un completo desconocido, ¡qué morbo!

 ¿Lo último que compró y la encantó?

Un vestido precioso, que no he usado todavía.

 ¿Lo que está deseando comprarse?

Ya no tengo esos deseos, los he cambiado por otros.

 ¿La última comida que realmente la sorprendió?

La que compartí con un amigo nuevo. Todo era nuevo y sorprendente esa tarde.

Tequila o mezcal...

Mezcal, nací en su tierra, bajo su influjo (pero bebo lo que cada país bebe cuando viajo).

Última borrachera...

La más reciente, espero no la última: hace una semana.

¿Su espacio favorito en su casa?

Mi escritorio. Rodeada de ideas, libros y páginas blancas y mi cama llena de gatos y perros.

¿En su nevera siempre hay..?

Para mí, salsa picante. Para mis mascotas, latas de carne.

¿El mejor regalo que ha recibido últimamente? ¿Y el mejor que ha hecho?

Un encuentro. Para ambas preguntas.

¿Qué quería ser de niña?

Bailarina profesional, escritora y corresponsal de guerra.

¿Qué le asusta?

El dolor ajeno, el de los humanos y el de los animales (por igual, es algo que NO soporto)

Si tuviera un superpoder....

Tengo varios, y los llevo bien, pero me gustaría controlar a capricho la memoria y el olvido. 

En una fiesta de disfraces ¿de qué se disfrazaría?

De bruja seductora o de tigre saltarín (o ambos, mezclados).

¿Qué le diría a Peña Nieto?

Que yo no lo odio, pero que México tiene una parte de su historia entre sus manos.

¿Periodismo clásico o digital?

Periodismo de manufacturado clásico, llevado a la digitalidad: no están peleados, son complementarios.

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Sobre la firma

Cecilia Ballesteros
Redactora de Internacional. Antes, en la delegación de EL PAÍS América en México y miembro fundador de EL PAÍS Brasil en São Paulo. Redactora jefa de FOREIGN POLICY España, he trabajado en AFP en París y en los diarios El Sol y El Mundo. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense. Autora de “Queremos saber qué pasó con el periodismo”.

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