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120 años de ‘Der Eigene’, la primera revista gay de la historia

Adolf Brand fundó hace 12 décadas en Berlín la primera publicación que reivindicaba la homosexualidad, en la que colaboraron Thomas Mann o Franz Oppenheimer

Cristian Segura
Una portada de 'Der Eigene'.
Una portada de 'Der Eigene'.

En Friedrichshagen, un tranquilo suburbio de Berlín a orillas del lago Mügel, nació en marzo de 1896 Der Eigene, la primera revista gay de la historia. Fue fundada hace 120 años, se publicó hasta 1932 y en ella escribieron nombres como los premios Nobel Gerhart Hauptmann y Thomas Mann, su hijo Klaus, o el sociólogo Franz Oppenheimer, y colaboraron artistas como Sascha Schneider. Pese a ello, el recuerdo de la revista, que primero tuvo una periodicidad trimestral y luego mensual con altibajos, es borroso y confuso, casi tanto como su atribulada historia.

El editor fue Adolf Brand, polifacético personaje, escritor, fotógrafo, activista y anarquista, que salió del armario a finales del siglo XIX. Era uno de los líderes del círculo bohemio y naturista de Friedrichshagen. Der Eigene, difícil de traducir, significaría algo así como Uno mismo. El nombre es un tributo al individualismo radical del filósofo Max Stirner. El contenido de la revista fue eminentemente cultural y estéticamente una aproximación a la belleza clásica griega. El cintillo que acompañaba la cabecera evolucionó con el tiempo, siempre siendo una reivindicación de la homosexualidad. “Una publicación para la cultura masculina” o “Revista para la libertad y la amistad” eran dos de sus mensajes fijos de portada durante los años veinte.

Un dibujo de Sascha Schneider, habitual artista de 'Der Eigene', del cuadro 'Werdende Kraft' ('Fuerza creciente').
Un dibujo de Sascha Schneider, habitual artista de 'Der Eigene', del cuadro 'Werdende Kraft' ('Fuerza creciente').

Sobre las comunas naturistas de Brandenburgo del siglo XIX, en las cuales nació Der Eigene, se organizó en 2015 una extensa exposición en Potsdam titulada Einfach. Natürlich. Leben (Sencillamente. Naturalmente. Vivir). El catálogo relata su trayectoria, sobre todo sus inicios bajo ascendente anarquista: “Der Eigene se rebela contra todos los ideales de la unión entre las personas y lucha contra todos los planes democratizadores del futuro, contra todos los esfuerzos por la igualdad”. Brand concebía la sociedad como un enemigo de la homosexualidad, según escribió en 1898: “Cada normativa nos quiere muertos, atenta contra nuestra manera sagrada de pensar y sentir, contra nuestra naturaleza”.

La revista tuvo una trayectoria accidentada, por problemas de financiación, por el parón durante la Primera Guerra Mundial y también por causas judiciales que Brand tuvo que afrontar. En 1903 fue procesado por “incitación a la pederastia”; Brand fue azote de la abolición del tristemente famoso Párrafo 175 del Código Penal alemán que castigaba las relaciones homosexuales. Su tesón llegó al extremo de publicar que el canciller Bernhard von Bülow era homosexual. En 1907 fue condenado por difamación a 18 meses de prisión. Der Eigene dejó de publicarse en 1907 y Brand no reemprendió su tarea hasta 1919, acabada la Primera Guerra Mundial, según cuenta la historiadora Susanne zur Nieden en el libro Homosexualidad y razón de Estado.

Una portada de 'Der Eigene'.
Una portada de 'Der Eigene'.ARCHIVO DEL MUSEO DE COLONIA

Relación con el nazismo

Brand prosiguió su causa contra el Párrafo 175 durante la República de Weimar solicitando el apoyo político de todos, incluyendo al Partido Nazi. Cuando Adolf Hitler llegó al poder en 1933, la residencia de Brand fue saqueada en cinco ocasiones. Der Eigene hacía un año que había dejado de imprimirse y los nuevos proyectos de Brand toparon con el nacionalsocialismo.

El papel de Brand durante el nazismo ha generado encendidas discusiones entre historiadores y activistas gays. Robert Beachy publicó en 2015 Gay Berlín: A Birthplace of a Modern Identity, una obra de referencia para entender el papel de la capital alemana en la lucha por el reconocimiento de la homosexualidad.

Beachy escribe que Brand “pecó de una increíble miopía” porque, pese ser próximo a la socialdemocracia, perseveró en intentar que el nazismo apoyara su causa. Sucedió justo lo contrario, e incluso se utilizaron sus diatribas contra Magnus Hirschfeld para atacar a este, el fundador del Instituto para la Investigación Sexual. Hirschfeld era homosexual, socialista y judío. Es reconocido por haber creado en 1897 el primer lobby progay del mundo, el Comité Científico-Humanitario. El nazismo arrasó su instituto y Hirschfeld murió en 1935 en el exilio. Brand, recuerda Beachy, cargaba contra Hirschfeld e incluso mandó cartas al Ministro de Justicia para denigrarlo “por ser incapaz de defender moralmente los derechos de los homosexuales”. Que Brand no fuera deportado genera suspicacias. Murió en 1945 en Berlín en un bombardeo aliado.

Otra portada de 'Der Eigene'.
Otra portada de 'Der Eigene'.

Der Eigene, según escribió Christian Barz para la exposición en Potsdam, fue una publicación extraordinaria por su modernidad, nivel cultural y calidad fotográfica, desmarcándose incluso de los tics de otras revistas vinculadas a los movimientos reformistas del momento. Aquella muestra detallaba las publicaciones que fueron herederos de esta: en 1909, en París, nació Akademos; en 1932 se creó en Chicago Amistad y Libertad y en Amsterdam, Wij. En 1967, con la cooperación de antiguos colaboradores de Der Eigene se fundó en Suiza Der Kreis. Fue su último aliento.

Demasiado avanzada para España

Leopold Estapé, referente en Cataluña en el estudio histórico de los colectivos LGTB, explica que el conocimiento de Der Eigene en España se ciñe "a minorías". Actualmente, itinera por Cataluña una exposición sobre la homosexualidad en la historia, de la que es comisario Estapé, en la que se asegura que ni durante la Segunda República se tenía conocimiento de Der Eigene. "La obra de los fotógrafos de Akademos sí que llegó, la introdujo Alfonso XIII, un habitual comprador de imágenes de jovencitos y un usuario de pornografía", dice Estapé. Pero Der Eigene era más avanzada que los sectores más tolerantes con la homosexualidad en la España de entonces, concluye.

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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario Avui en Berlín y posteriormente en Pekín. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.

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