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Cervantes, un emigrante en el Off-Broadway

España apoya la difusión en Nueva York del teatro del autor del ‘Quijote’

La compañía INTAR, durante la representación de 'La elección de los alcaldes de Saganzo'.
La compañía INTAR, durante la representación de 'La elección de los alcaldes de Saganzo'.DAVID GERSTEN

Es el destino irrebatible del emigrante en EE UU: cuando llega, por muchas credenciales que tenga, debe empezar de cero. No importa que uno sea Miguel de Cervantes. Y así lo han entendido el consulado de España en Nueva York y la compañía INTAR en su empeño por introducir en inglés, empezando desde abajo, en el Off-Broadway, la tangencial trayectoria teatral del autor del Quijote.

Dos entremeses, La elección de los alcaldes de Saganzo y El retablo de las maravillas (1615), se han representado hasta el pasado martes en el teatro INTAR como aperitivo para un objetivo más ambicioso: ofrecer los ocho entremeses de Cervantes en tres años, publicar nuevas traducciones más aptas para la representación y conseguir que el gran teatro español entre en la cartelera teatral neoyorquina.

El cónsul de asuntos culturales en Nueva York, Juan José Herrera de la Muela, tuvo esta idea el verano pasado. “En los veranos soy un asistente puntual a Shakespeare in the Park [representaciones gratuitas en Central Park]. El año pasado, me pregunté: ¿por qué no Cervantes in the Park? En Nueva York son muy pocos los que corren riesgos y se pagan caros, pero tendría que ser uno de nuestros objetivos. Digo Cervantes, pero se puede hablar de Tirso de Molina, Quevedo, Lope de Vega o Calderón de la Barca, quizá es el más conocido fuera de España, de todo el Siglo de Oro”, comenta.

Traducciones

La compañía INTAR, por su naturaleza bilingüe, ha sido la elegida para comenzar con discreción el proyecto. En su sala caben 40 personas, su escenografía es simple y las representaciones tienen un aire de work in progress. “Estamos viendo cómo evoluciona nuestra propia producción, porque queremos hacer un teatro activo, no tomar un libro de una estantería polvorienta y darle un aroma académico. Tenemos que hacer algo que funcione con el público general”, dice Lou Moreno, director de la compañía quien, a pesar de su ascendencia gallega, reconoce que conoce de Cervantes “lo mínimo, como todos”.

Los archivos del Broadway oficial tienen registrada una representación de La gitanilla titulada The Bohemian Girl, que se estrenó en 1844. En 1908, una versión del Quijote adaptada al teatro duró solo tres meses en cartel y en 1923 se montó una obra en cuatro actos titulada Sancho Panza.

El Cervantes puro, bien a través de una adaptación seria o de una representación teatral, nunca pudo enganchar al público neoyorquino. Solo ha logrado gran éxito a través de la adaptación descafeinada de El hombre de La Mancha, el musical que en 1965 se coronó con cinco premios Tony, o con la coreografía rusa Don Quixote, que el American Ballet Theatre mantiene como una joya de su repertorio.

“Estamos hablando de la difusión de Cervantes más allá de la lengua. Es un autor universal y la traducción tiene que activarse mucho más”, señala Herrera de la Muela, quien ha creado un consejo asesor para estas traducciones, en el que figuran las filólogas hispanista Edith Grossman y Lia Schwartz y la dramaturga Mariana Carreño-King.

Lou Moreno también se suma al proyecto y bromea con el posible gafe cervantino. Tanto Orson Welles como Terry Gilliam fueron derrotados por los gigantes/molinos de viento al querer rodar sus adaptaciones del Quijote. “Sin embargo, los entremeses son piezas cortas y muy digeribles. Nosotros mismos nos hemos sorprendido con su vigencia”, añade.

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