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‘Las elegidas’ triunfa en los premios Ariel

Los cineastas piden más espacios para ver cine local en la edición 58 de los galardones

Luis Pablo Beauregard
Pablo Cruz, productor de 'Las Elegidas', levanta el Ariel.
Pablo Cruz, productor de 'Las Elegidas', levanta el Ariel. Mario Guzmàn (EFE)

El Ariel ha confirmado el rápido ascenso que David Pablos ha tenido como uno de los jóvenes cineastas más interesantes de México. Las elegidas se convirtió en la gran ganadora de los premios de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas con cinco estatuillas: mejor película, mejor director, guión original, fotografía y actriz revelación para Nancy Talamantes, de 15 años.

Al recoger el premio por el mejor guión original, Pablos agradeció el tiempo que le regalaron las víctimas de las redes de prostitución que entrevistó. Estas historias narradas hicieron que el texto cobrara un sentido propio y se alejara de lo que era en el origen del proyecto: una adaptación a un relato de Jorge Volpi. Pablos, que ya había ganado un Ariel por un cortometraje en 2010, es originario de Tijuana, cuya sórdida zona roja es también uno de los puntos turísticos más visitados de la ciudad y que sirve de escenario a Las elegidas.

Los ganadores

-Mejor película: Las elegidas.

-Mejor actriz: Sofía Espinosa, por Gloria

-Mejor actor: Marco Pérez, por Gloria.

-Mejor director: David Pablos, por Las elegidas.

-Mejor coactuación femenina: Adriana Paz, por Hilda.

-Mejor coactuación masculina: Noé hernández, por 600 Millas.

-Mejor documental: El hombre que vio demasiado, de Trisha Ziff.

-Mejor guión original: David Pablos, por Las elegidas.

-Mejor guión adaptado: Laura Santullo, por Un monstruo de mil cabezas.

-Mejor maquillaje: David Gameros, por Gloria.

-Mejor fotografía: Carolina Costa, por Las elegidas.

-Mejor música: El hombre que vio demasiado.

-Mejor sonido: Jaime Baksht, Matías Barbero por Gloria.

-Mejor revelación femenina: Nancy Talamantes, por Las elegidas.

-Mejor revelación masculina: Martín Castro, por El jeremías.

-Mejores efectos especiales: El más buscado

-Mejores efectos visuales: El más buscado

-Mejor vestuario: El más buscado

-Mejor corto animado: Zimbo.

-Mejor largo animado: La increíble historia del niño de piedra.

-Mejor corto de ficción: Trémulo, de Roberto Fiesco.

-Mejor corto documental: Ausencias, de Tatiana Huezo.

-Mejor película iberoamericana: El abrazo de la serpiente, de Ciro Guerra.

-Mejor ópera prima: 600 millas, de Gabriel Ripstein.

Para su edición 58, el Ariel dejó el Palacio de Bellas Artes, en el centro de la Ciudad de México para instalarse en el monumental Auditorio Nacional, sobre la exclusiva avenida Reforma. La mudanza no solo fue un golpe de efecto de Dolores Heredia, la nueva directora de la Academia, sino que se trata de una estrategia que pretende brindar mayor notoriedad, dimensión y glamour a los galardones de una industria que produjo 140 títulos en 2015.

Casi todos los discursos de los ganadores del Ariel tocaron el mismo tema: exigir más espacios para la exhibición de cintas mexicanas. Así lo hizo Sofía Espinosa, la joven actriz que no sorprendió a nadie al ganar el Ariel por encarnar a la cantante regiomontana Gloria Trevi en el biopic Gloria, que se convirtió en la quinta cinta mexicana más vista el año pasado. Espinosa, de 27 años, pidió a la gente de la industria luchar por “mantener las películas en la sala y que lleguen al público”. La joven actriz tenía prácticamente el premio en el bolsillo desde que se anunciaron las nominaciones, el pasado 14 de abril. Gloria también fue una de las ganadoras de la noche al conseguir cinco premios. Además del de Espinosa, también se llevó el de mejor actor para Marcos Pérez, maquillaje, sonido y edición.

El director Paul Leduc, que recibió el premio a la trayectoria junto a la actriz Rosita Quintana, dio menos rodeos al hacer su diagnóstico de la salud de la industria local. El cineasta que firmó Reed, México insurgente, una importante película sobre la Revolución producida de forma independiente en la década de los setenta, dijo que la mayoría de las cintas que se estrenan ahora en las salas “permanecen prácticamente invisibles”, a diferencia de la época de oro del cine nacional. A pesar del gran número de proyectos que logran producirse anualmente, afirmó que la industria no es un negocio “para los cineastas mexicanos”.

600 millas, la primera película de Gabriel Ripstein, podría ser un buen caso para ejemplificar el discurso de Leduc. El hijo de Arturo, una de las figuras más importantes del cine mexicano, salvó una noche de desastre al abandonar el Auditorio Nacional con dos Arieles en sus manos a pesar de que la película partía como una de las grandes favoritas con 14 nominaciones. La historia que relata un viaje que hace un agente de la DEA capturado por un incipiente narcotraficante consiguió el premio a mejor ópera prima. La cinta fue aclamada en el Festival de Berlín y elegida por la Academia para representar a México en los Oscar. A pesar de las buenas críticas, solo logró ser vista por 92.000 personas cuando fue estrenada en México. Gabriel, de buen humor, bromeó al decir que su premio serviría para reponer la estatuilla de su padre que perdió cuando era un niño con seis años.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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