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Los seres de Susana Talayero

'Crónica inquieta', la muestra de la artista en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, abarca toda su trayectoria

'El grito', 2014. Susana Talayero.
'El grito', 2014. Susana Talayero.

El universo de Susana Talayero (Bilbao, 1961), una de las artistas mas relevantes de la vanguardia plástica contemporánea, está repleto de flores, rostros, animales, signos y manchas de color. Talayero trabaja con una gran variedad de técnicas, desde el grafismo hasta la encáustica, con las que elabora sus pinturas y dibujos en soportes convencionales como el papel o el lienzo, pero también en álbumes, librillos o baldosas, que responden a sus intenciones expresivas.

En Susana Talayero. Crónica inquieta (1987-2016), que abarca toda la trayectoria artística de la artista, se exhiben piezas realizadas desde finales de la década de los ochenta hasta la actualidad. Entre las pinturas que se pueden contemplar en la muestra, destaca Autoritratto (1987), un rostro de rasgos desdibujados por manchas de color. En otros cuadros cobran un gran protagonismo las figuras que proceden del imaginario animal y del humano y que con aire surreal intercambian sus cualidades, para convertirse en arquetipos o metáforas. La más memorable es una figura fantástica que mezcla atributos humanos y animales, representada en el óleo sobre papel, titulado La kinkona (1999), que simboliza la maternidad. En la inquietante instalación Jardín, formada por obras realizadas entre 1999 y 2009, un espíritu de amenaza se esconde en la naturaleza animada. Es un jardín oscuro que convoca un mundo subterráneo repleto de bulbos, lombrices, tarántulas y mariposas atravesadas por alfileres. En este jardín, en el que están representados niños, palmeras y flores-rostro, destaca una descarnada figura que adquiere una cualidad fantasmal, que recuerda a uno de los personajes de la pintura Seres surreales en un bosque (1936) de Nicolás de Lekuona.

En sus obras mas recientes, Talayero ha liberado colores y líneas, para crear imágenes de gran armonía. Algunas piezas son retratos que remiten a paisajes, como puede apreciarse en la maravillosa acuarela El grito (2014), realizada a base de rayas. Su libertad expresiva evoca un dibujo infantil, a la manera de Cy Twombly. Dos de los lienzos surrealistas más significativos de toda su producción, titulados Retrato bulboso IV (2013) y Cabezona rosa (2014), se pueden enmarcar en una nueva temática cargada de símbolos, que gira en torno a obsesiones de sexualidad y de muerte. En las imágenes, influenciadas por la pintura de James Ensor Las Máscaras y la Muerte (1897), la máscara, siempre ligada al carnaval y la calavera, cercana a la caricatura, simbolizan la condición tragicómica de la vida, en un universo fantástico, tan bufo como macabro.

Susana Talayero. Crónica inquieta (1987-2016). Museo de Bellas Artes de Bilbao. Hasta el 6 de junio de 2016

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