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Walter White, alias ‘Heisenberg’, se infiltra en el cartel de Medellín

Bryan Cranston, protagonista de ‘Breaking Bad’, encarna a un agente encubierto en su nueva película

John Leguizamo, a la izquierda, y Bryan Cranston, en una escena de 'The Infiltrator'.
John Leguizamo, a la izquierda, y Bryan Cranston, en una escena de 'The Infiltrator'.

Walter White, mejor conocido en los bajos fondos del tráfico de drogas y las series de televisión como Heisenberg, es un infiltrado en el cartel de Pablo Escobar. Bryan Cranston, el actor que representó al célebre personaje de Breaking Bad —un profesor de Química con cáncer que deviene en traficante de metanfetaminas—, caracteriza en su nueva película, The Infiltrator, a un agente federal que penetra la estructura financiera del cartel de Medellín. “Cranston es más que un actor. Es un hombre que ayuda a dar forma al personaje y a la historia. Su intuición es increíble. Me siento muy afortunado de que eligiera tomar este papel”, afirma Robert Mazur, autor de un libro en el que cuenta su experiencia como agente encubierto y en el que está basada la película.

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Mazur trabajó durante casi tres décadas en agencias de seguridad de Estados Unidos (la DEA, en especial), la mayor parte del tiempo dedicado a operaciones contra el lavado de dinero, y estuvo infiltrado cinco años en los carteles de Medellín y Cali, dos de las principales organizaciones de tráfico de drogas del siglo XX. El agente, al igual que Marlon Brando, Robert De Niro, o el mismo Cranston, era un actor de método. Preparó a lo largo de año y medio su papel de hombre de negocios conectado con la mafia, estudiando las formas del inversionista, joyero y jefe de una oficina financiera que personificaría frente a los narcos y sus intermediarios.

Tráiler de la películaVídeo: Sony Pictures

“Estuve tan centrado en ‘la misión’ que no tuve tiempo para preocuparme por mis frustraciones”, explica Mazur sobre los retos de su interpretación-infiltración, más interesado en ese entonces en que su trabajo concluyera en la condena de los delincuentes. “Las fuerzas del orden olvidan que todo ese trabajo no servirá para nada a menos que estén muy bien preparados para el juicio”. Al final de esta operación, hubo más de 80 acusados de distintas nacionalidades, según la página web del autor.

“Muchos bancos internacionales simplemente pagan las multas por las conductas ilegales de sus empleados. Los mercados financieros tienen que saber que tendrán que pagar por sus crímenes de forma individual —es decir, con largas penas de prisión para los lavadores de dinero—”, subraya Mazur. Hace tres años, el banco HSBC canceló una multa de 1.920 millones de dólares por hacer la vista gorda frente a unas cuentas de las que se tenían indicios de que servían a los narcos mexicanos para lavar dinero. Además de atacar a los carteles y a los banqueros corruptos, el exagente propone un énfasis adicional, la “guerra contra la demanda”, un enfoque de salud pública para atender a los adictos y de educación integral para evitar que los jóvenes consuman drogas.

Bob Musella, el alias del agente, estuvo junto a banqueros y empresarios inescrupulosos en fiestas celebradas en suites de 1.000 dólares la noche, bebiendo carísimas botellas de champán, conduciendo convertibles Rolls-Royce y volando en jets privados para descubrir, entre medias, cómo se articulaba la estructura de lavado de dinero de los carteles. Durante la operación, participó en el blanqueo de 34 millones de dólares, pero desdeña la cifra frente a los 65.000 millones del narcotráfico que, calcula, se lavan en EE UU. El Departamento de Estado norteamericano estima que los carteles mexicanos lavan entre 8.000 y 25.000 millones de dólares al año, según datos citados por la Cámara de Diputados de México.

Mazur apenas balbucea un poco de español, pero pudo apoyarse en otro de los infiltrados para hablar con los colombianos, un agente hispanohablante que interpreta en el filme el actor bogotano John Leguizamo (Carlito’s Way). El apoyo de Mazur para comunicarse con los espectadores de la película será este: “Para la mayor parte del mundo, mi personaje es Bryan Cranston. Algunas veces me han acusado de ser un monstruo de control, así que para mí, no controlar lo que otros piensan y saben de mí era inquietante al principio”. Los acompañan en el reparto estrellas como la alemana Diane Kruger (Bastardos sin gloria) y la española Elena Anaya (La piel que habito). El director norteamericano Brad Furman (The Lincoln Lawyer) estuvo a cargo del proyecto, que se estrenará el próximo 13 de julio en Estados Unidos.

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