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En busca del vinilo

David Trueba dirige un documental sobre el viaje del músico Francisco Nixon por media España para poder fabricar en vinilo su último disco

Rut de las Heras Bretín
David Trueba (izquierda) director de 'Salir de casa' y el músico Francisco Nixon.
David Trueba (izquierda) director de 'Salir de casa' y el músico Francisco Nixon.Carlos Rosillo

Todo ocurre en torno a una mesa. El músico Francisco Nixon (Gijón, 1971) y el cineasta y escritor David Trueba (Madrid, 1969) charlan sobre Salir de casa, el documental que acaban de presentar. Fue en torno a una mesa cuando surgió la idea de grabarlo y en torno a una mesa se suceden las conversaciones en el metraje. Pero no una mesa casera, ambos son practicantes de la sentencia del matemático y filósofo Blaise Pascal: “Todo lo malo que nos pasa es por salir de casa”. Una frase que se han repartido. Nixon se quedó con la primera parte para titular su último disco Lo malo que nos pasa (Siesta Records) y Trueba con la segunda para el documental que ha dirigido.

"Haces la música que puedes, no la que quieres. Parece que si eliges una, rechazas la otra y no es así. Todos somos fruto de nuestras limitaciones"

"Un viaje a ninguna parte, que son los mejores viajes", define el cineasta este proyecto. En realidad, es el viaje de un músico a recoger los vinilos del álbum que va a publicar. Nixon le contó a Trueba que quería sacar Lo malo que nos pasa en vinilo, que solo hay una fábrica en la Europa continental con capacidad de producir de manera industrial y que está en Lodenice, una localidad cerca de Praga. El director lo vio claro, quería contarlo. Pero no era un documental sobre Francisco Nixon y su disco, eso solo era la excusa para hablar de la industria musical. Cuando el proyecto se complicaba porque no les daban fechas ni permisos para grabar, ya que la fábrica estaba saturada de peticiones —la demanda de vinilos sobrepasa la capacidad de lo que puede ofrecer—, Nixon descubrió que en Castellón había un grupo de dj's que hacían reggae y, al encontrarse con el mismo problema, decidieron fabricar sus discos, casi como un taller artesanal. Compraron las máquinas por eBay y dieron con el elemento clave: un ingeniero capaz de fabricar las piezas que no localizaban. Un atelier a medida donde se trabaja la técnica mixta, la Red y lo manual conviven en perfecta sintonía.

Si hubo un momento en que del taller se pasó a la gran fábrica, "ahora vamos de la fábrica al taller artesanal", dice Nixon. El documental cambió de escenario y en lugar de atravesar Europa, Nixon, Trueba, Edu Galán —el productor— y Laura López —la cámara— se metieron en un coche una semana e hicieron el recorrido para llegar a Castellón. "Éramos estrellas del rock", bromea Trueba. El camino, no fue directo: Zaragoza, Cádiz, Córdoba, Barcelona. La primera ciudad era parada obligatoria, es la del fallecido Sergio Algora componente con Nixon de La Costa Brava, entre otros. Tocó en el bar que fundó Algora y charló con amigos. Esa dinámica es la que repiten en cada ciudad: la cámara se mete en los conciertos en algún pequeño local y en las reuniones para intercambiar opiniones de cualquier cosa —ya se sabe que las conversaciones con amigos pueden pasar por Cádiz y Barcelona camino de Castellón—. El músico quería sacar a relucir a la gente que le influye. "Los artistas, además de estar limitados por los procesos de producción, estamos limitados por nuestro entorno, por la gente que conocemos, los que nos inspiran. Haces la música que puedes, no la que quieres. Parece que si eliges una, rechazas la otra y no es así. Todos somos fruto de nuestras limitaciones. A mí, a lo mejor, me gustaría hacer un disco country, otro tecno, otro... Y no lo hago porque no sé".

David Trueba y Francisco Nixon, durante el rodaje de 'Salir de casa'.
David Trueba y Francisco Nixon, durante el rodaje de 'Salir de casa'.

La palabra artesano impregna todo el documental. No solo porque empiece con su definición, también porque hacen hincapié en que hay muchos puntos en común entre el que —a pequeña escala— diseña zapatos, tiene una fábrica familiar de aceite, hace discos de vinilo o crea canciones. El artesano-artista trabaja tanto con las manos como con la cabeza. También hay algo de esto en lo que Nixon llama "proyectos secretos" de Trueba. "No son secretos porque no quiero que los vea nadie, simplemente, no los publicito, me da apuro. No los hago esperando que tengan ningún recorrido. A Salir de casa se asomarán los que estén interesados en Fran [Nixon] o en mí y ya está. Sé lo que es vivir la presión de recuperar el dinero invertido en las películas y con esto no tengo ninguna. Pero hay una obligación moral de retratar lo hermoso, para eso soy cineasta". Confiesa que lo hace por admiración, como hizo La silla de Fernando. Él había tenido la oportunidad de conocer a Fernando Fernán-Gómez, "era darle la opción a quien le hubiera gustado cenar con él", o en el que está a punto de terminar de Monólogos de Montaigne con el actor de Els Joglars Ramon Fontserè. Comenta que el otro día se le ocurrió otro momento obligatorio de congelar, conservar y dejarlo para las generaciones venideras: "Habría que filmar en cinemascope el ejercicio que llevó al patinador Javier Fernández a conseguir su segundo mundial. Con buenas cámaras de cine, con una bonita iluminación, con un fondo que lo realce y con movimientos de cámara mejores que los de la pétrea retransmisión televisiva".

A Trueba y a Nixon les une, en parte, el gusto por lo que ellos hacen pero también el interés por lo que hacen los demás, desde las cosas más pequeñas. “Me gusta la actitud de Fran [Nixon], ya ha tenido la dosis suficiente de éxito como para saber que ahora quiere otra cosa.” (Se refiere al éxito en los noventa de Australian Blonde, grupo al que pertenecía Nixon). La conversación como el documental podría durar horas charlando en torno a una mesa, sobre la humildad, sobre el acceso a la información, si está más o menos controlado que en otros momentos, sobre youtubers, sobre la complicada sencillez pulida, sobre sacar canciones de hechos cotidianos como una chica que dobla camisas en Zara, un médico rural o una noticia sobre la fiesta de cumpleaños de un futbolista que invade los medios de comunicación... Coinciden en que una de las frases más destacables de Salir de casa es de uno de los invitados: "Soy coleccionista de arte, nivel profesor de instituto". Eso es lo que tiene mérito, "no subir al Everest, si no llegar a fin de mes", dice Trueba.

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